El 15 de diciembre de 1983, el presidente de la República Argentina, Raúl Alfonsín, aprobó el decreto 187, un paso histórico en la consolidación de la democracia y la justicia en el país.
Este decreto dio lugar a la creación de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), un organismo que sería clave para investigar y esclarecer las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante la última dictadura militar.
La CONADEP, presidida por el escritor Ernesto Sábato, tuvo como misión principal la recopilación de testimonios, documentación y pruebas sobre las desapariciones forzadas, torturas y asesinatos perpetrados por el terrorismo de Estado.
El informe resultante de su trabajo, conocido como el “Nunca Más”, fue un documento clave para comprender la magnitud de la represión y para comenzar a dar respuesta a las miles de víctimas de la dictadura.
Raúl Alfonsín asumió la presidencia en un contexto extremadamente delicado, tras la caída de la dictadura y el retorno a la democracia. La sociedad argentina estaba profundamente marcada por el dolor y la división, ya que los crímenes cometidos por la junta militar dejaron heridas profundas.
Alfonsín entendió que la reconciliación nacional debía pasar por el reconocimiento de los crímenes de la dictadura y la búsqueda de justicia para las víctimas.
El decreto fue una de las primeras acciones de su gobierno en materia de derechos humanos, y constituyó un compromiso claro con la justicia. Al crear la CONADEP, Alfonsín no solo respondió a las demandas sociales de conocer la verdad sobre lo ocurrido, sino que también marcó un rumbo político en el que la defensa de los derechos humanos y la memoria histórica jugaron un papel fundamental.
A través de la Comisión, el gobierno de Alfonsín sentó un precedente en el país y en América Latina sobre la importancia de investigar las violaciones a los derechos humanos, incluso cuando el poder militar de la dictadura aún conservaba vestigios de poder.
Por tanto, no es cierto que los derechos humanos "nacieron" con los Kirchner. Si bien el gobierno de Néstor Kirchner y su sucesora, Cristina Fernández de Kirchner, tuvieron un fuerte impulso en la lucha por los derechos humanos, especialmente en la reactivación de los juicios por crímenes de lesa humanidad, las bases para esta política fueron sentadas en la etapa de Alfonsín.
La creación de la CONADEP fue, en este sentido, un punto de inflexión que permitió el avance en el esclarecimiento de los crímenes de la dictadura y la reivindicación de los derechos humanos como un eje central en la política argentina.
Ello fue el primer gran paso hacia el reconocimiento y la reparación de las víctimas del terrorismo de Estado. Los derechos humanos en Argentina no nacieron con los Kirchner, sino que fueron parte de una construcción colectiva que comenzó con la recuperación de la democracia en 1983, con la creación de la CONADEP y con la firme voluntad de Raúl Alfonsín de enfrentar el horror del pasado.