Los números indican que las mujeres son las principales víctimas de la violencia doméstica. Sin embargo, el fenómeno no está reducido sólo a ellas, sino que afecta cada vez más a los varones. En 2023 se recibieron 143 denuncias de varones víctimas de violencia intrafamiliar, mientras que en el primer trimestre del año la cifra asciende a 48 hechos.
Cuando se habla de violencia de género o de abusos verbal y físico en el ámbito doméstico, automáticamente se piensa en los daños que sufren las mujeres y sus hijos.
Sin embargo, también es algo que puede sucederles a los hombres. Todos recuerdan a don Ramón, el legendario personaje de la serie televisiva “Chavo del 8”, quien fuera permanentemente golpeado, humillado y vapuleado a la vista de todos por doña Florinda. Pese a todas sus frustraciones, su bronca y rabia contenida, él jamás devolvió con violencia cada una de las agresiones recibidas.
ASOCIACIÓN DE HOMBRES MALTRATADOS |
---|
Desde la “Asociación de Hombres Maltratados” se indicó que “el concepto de hombre maltratado no es nuevo, ni una nueva expresión, ni un símbolo, ni un ejemplo. Es una realidad, igual de feroz que el maltrato a mujeres. No hay diferencias”. La violencia en el ámbito familiar está prevista en los códigos penales en casi todo el mundo, pero existe una poderosa corriente social que pretenden reducir el término violencia a la que ejercen los hombres y padecen las mujeres, negando así cualquier opción que la situación sea la opuesta. Naturalmente, esta situación conduce inexorablemente a una discriminación cada vez más aguda e insostenible, que no sólo no evita el maltrato sufrido ni por hombres ni por mujeres, sino que además genera una situación propicia para dotar a las mujeres maltratadoras de un arma nueva y muy poderosa contra los hombres: las denuncias falsas. Puesto que la presunción de inocencia de un hombre acusado de malos tratos está cuanto menos muy en entredicho, una denuncia falsa provoca la detención del hombre, su puesta a disposición judicial y, con frecuencia, la prisión preventiva, con la única esperanza del sobreseimiento del caso. Pero la presión social a la que están sometidos los jueces es tan grande que la inocencia absoluta no asegura a los hombres la libre absolución en un caso en que no hay pruebas contra él, como debería obligar la presunción de inocencia que existe desde el Derecho Romano (in dubio pro reo). De modo tal que una mujer puede maltratar al hombre con absoluta impunidad, amparada en el sistema judicial. |
Pero, ¿por qué se supone que debe ser gracioso que Doña Florinda abofetee a Don Ramón cuando le dé la gana? ¿Don Ramón no tiene sentimientos? ¿Es que a nadie le importa lo que siente? ¿Qué hubiese pasado si tan sólo un día le hubiera devuelto el golpe a Doña Florinda? ¿Por qué nadie toma como agresión lo que ella le hace a él?
Es cierto que era otra época y era común burlarse de hechos violentos, tuvieran al hombre o a la mujer como víctimas. Aún hoy, son muchos los que opinan que es normal que el hombre violentado se calle y lo guarde celosamente, ya que él representa el “sexo fuerte”, de modo que no le es posible admitir que está siendo víctima de violencia de parte de su esposa o novia. A manos de una mujer, a manos del “sexo débil”.
Sin embargo, esas historias que suelen guardarse en el anonimato, en las sombras, no son únicas. Se multiplican aquí y allá, aunque nadie ose hablar de ellas. Un hombre golpeado es aquel que, habitualmente, es agredido en forma física o verbal, por su pareja. La gran diferencia que caracteriza a los hombres golpeados de las mujeres maltratadas es que éstos, por una cuestión cultural, no suelen denunciar la situación que padecen
Un hombre golpeado es aquel que, habitualmente, es agredido en forma física o verbal, por su pareja. La gran diferencia que caracteriza a los hombres golpeados de las mujeres maltratadas es que éstos, por una cuestión cultural, no suelen denunciar la situación que padecen.
En “¿Mujeres violentas?”, realizado por Alejandra Waigandt y publicado en Artemisa Comunicaciones, la investigadora señaló que “cuando se habla de la violencia hacia las mujeres, algunas personas suelen preguntar ‘¿y qué pasa con los hombres golpeados?’”. Ante lo cual, señaló que “la violencia que ejerce el varón sobre la mujer es endémica y deja en situación de vulnerabilidad a un enorme porcentaje de la población femenina. El maltrato ejercido por la mujer no llega a ese nivel”.
RESENTIMIENTO Y DECEPCIÓN |
La principal causa de la violencia femenina contra los hombres consiste en el hecho de que se trata de relaciones enfermas, aunque los problemas económicos, la falta de trabajo y las adicciones aumentan las formas de violencia. Los especialistas indicaron que el maltrato a los hombres existe en todos los estratos sociales, aunque señalaron que la mayoría de los casos se registra entre hombres de 25 a 45 años. La causa es que el hombre está siendo desplazado del lugar de proveedor de los bienes de la familia. Al disminuir su salario o quedar sin trabajo, aparece una situación que daña su autoestima y aumenta la agresión del grupo familiar hacia él. Desde una perspectiva sociológica, la causa puede ser el cruce entre las nuevas expectativas de las mujeres y la realidad que se les presenta. Una de las razones por las cuales las mujeres pueden sentir cierto resentimiento hacia sus maridos es el hecho de que ya no sólo se ocupan de las labores de la casa y de sus hijos, sino que ahora deben salir a trabajar como los hombres para mantener su familia. Como la mujer no abandonó los papeles clásicos, y carga con ambos, atraviesa un síndrome de resentimiento y decepción que no confiesa. Muchas mujeres viven en una encrucijada caótica entre el hogar y el trabajo, y su casa es el único lugar de desahogo para ellas. La mujer pelea contra el varón que la oprime y el hombre golpeado, en este caso su marido, es un representante de esta opresión. |
Sin embargo, no son pocos los hombres que se convirtieron en involuntarios protagonistas de las crónicas policiales y forman parte de ese grupo de varones maltratados por mujeres. Aunque las estadísticas demuestren que la cantidad de casos es considerablemente menor en hombres que en
mujeres, el fenómeno de la violencia familiar no está reducido a una cuestión de género y afecta cada vez más al sexo masculino, que debe soportar todo tipo de maltratos de sus parejas.
Tal es así que, según surge de los datos estadísticos emanados de la Oficina de Protección a las Víctimas de Violencia Familiar y la Mujer (OVFyM), del Poder Judicial de Santiago del Estero, en el primer trimestre de 2024 se registraron 278 casos de violencia de género. De los cuales, en 230 hechos las víctimas son mujeres, mientras que en 48 casos los afectados son varones.
Las estadísticas son presentadas en forma trimestral y si bien los números son contundentes en cuanto a que las mujeres son las que mayor caudal de violencia reciben, no son las únicas. Tal es así que, en 2023, de un total de 1298 casos de violencia de género, hubo 143 casos donde las víctimas fueron hombres, discriminados de la siguiente manera:
Primer trimestre: 37 casos
Segundo trimestre: 31 casos
Cuarto trimestre: 42 casos
Mientras que, en 2022, de un total de 1191 casos de violencia de género, los hombres fueron víctimas en 102 casos:
Primer trimestre: 19 casos
Segundo trimestre: 29 casos
Tercer trimestre: 33 casos
Cuarto trimestre: 21 casos
En 2021, de un total de 1169 casos, hubo 106 casos de hombres afectados por hechos de violencia de género:
Primer trimestre: 21 casos
Segundo trimestre: 23 casos
Tercer trimestre: 27 casos
Cuarto trimestre: 35 casos
En 2020, de un total de 871 casos, hubo 77 hechos que tienen a los hombres como víctimas. Cabe recordar que este período coincide con las más fuertes restricciones de aislamiento por COVID. Con lo cual, las denuncias fueron menores que en otros años.
VIOLENCIA CONTRA LOS VARONES NO ES VIOLENCIA DE GÉNERO |
En abril de 2019, la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Laboral y de Minería de la Ciudad de Neuquén, rechazó un recurso de apelación interpuesto por el actor en el marco de una causa sobre hechos de violencia contra su persona. El hombre apeló la decisión de primera instancia que rechazó su demanda referida a hechos de violencia que enmarcó en la Ley Provincial N° 2786 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres y en la Ley Nacional N° 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los Ámbitos en que Desarrollen sus Relaciones Interpersonales por no ser uno de los sujetos protegidos por estas normas. Este fundamentó su recurso manifestando que, si bien la norma hace referencia exclusivamente a las mujeres como sujeto de protección, una interpretación literal de ésta implicaba una discriminación “injusta” que excluye a los varones y a los autopercibidos, considerando que la voluntad del legislador comprende la protección de derechos de todos los sexos. Los jueces de la Cámara, confirmaron la sentencia de primera instancia que rechazaba su pretensión, basándose en algunos de los argumentos que esgrimidos durante el debate de la sanción de la Ley Provincial N° 2786, en el que se manifestó que esta ley constituía una acción positiva favorable a las mujeres dado que formaban parte de un grupo que históricamente había sufrido violencias y discriminación. Los jueces destacaron también que la Ley N° 26.485 aborda una problemática exclusiva de las mujeres, quienes se encuentran inmersas en una situación de violencia estructural que encuentra su fundamento en las relaciones desiguales y jerarquizadas entre los sexos. Así, la existencia de dicha desigualdad entre los géneros motiva la protección especial que la norma brinda a las mujeres. (Fuente: Poder Judicial de Chubut) |
En 2019, los casos fueron 821. Los hombres víctimas fueron 109:
Primer trimestre: 29 casos
Segundo trimestre: 23 casos
Tercer trimestre: 25 casos
Cuarto trimestre: 32 casos
De modo que en los últimos 5 años (de 2019 a 2023) hubo 5.342 casos detectados en su totalidad, siendo 537 hombres afectados por hechos de violencia en el ámbito familiar. Lamentablemente, las mujeres fueron las más afectadas: 4805 hechos.
De esa recopilación de datos surge que los afectados masculinos desde enero a marzo de 2024 fueron 48 casos. En este caso, el rango etario es el siguiente:
Jóvenes entre 18 y 21 años: 1 afectado
Adultos entre 22 y 29 años: 6 afectados
Adultos entre 30 y 39 años: 18 afectados
Adultos entre 40 y 49 años: 14 afectados
Mayores entre 50 y 59 años: 2 afectados
Adultos entre 60 y 74 años: 4 afectados
Mayores más de 74 años: 3 afectados
De modo tal que los hombres más afectados por hechos de violencia tienen edades que oscilan entre los 30 y 39 años.
Mientras que el nivel de instrucción de esos 48 afectados en el primer trimestre de 2024 es el siguiente:
Analfabetos: 1 caso
Primario completo: 15 casos
Primario incompleto: 4 casos
Secundario completo: 6 casos
Secundario incompleto: 19 casos
Terciario completo: 1 caso
Terciario incompleto: 1 caso
Así es que las estadísticas determinan que los más afectados son hombres que tienen el secundario incompleto.
El informe estadístico de la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación indica que, en 2023, hubo 8623 hechos de violencia doméstica que tuvieron como víctimas a 8623 personas a partir de los 18 años. De ellos, fueron 7261 las mujeres afectadas, mientras que los hombres fueron 1362.
Teniendo en cuenta su rango etario, pueden ser diversificados de la siguiente manera:
Entre 18 a 21 años: 60 afectados (2%)
Entre 22 a 29 años: 196 afectados (1%)
Entre 30 a 39 años: 366 afectados (3%)
Entre 40 a 49 años: 323 afectados (2%)
Entre50 a 59 años: 156 afectos (1%)
Entre 60 a 74 años: 166 afectos (1%)
Desde los 75 años: 95 afectados (1%)
Las mujeres afectadas superaron en proporción y número a los varones en todos los grupos de edad. El informe destaca que la proporción entre niñas y niños afectados es de aproximadamente una niña por niño en los grupos de menores edades (0 a 10 años), aumentando considerablemente la cantidad de mujeres afectadas por cada varón a medida que crece la edad. El máximo es de 7,8 mujeres por cada varón afectado en el grupo de 22 a 29 años. A partir de este punto máximo, esta proporción desciende a medida que aumenta la edad de las personas afectadas.
Entre los 40 y los 49 años la misma es de 5,5 mujeres por cada varón y, para las personas mayores, la proporción es de aproximadamente 3 mujeres por varón afectado.
El 12 de mayo pasado, un hombre de 24 años se presentó en la Comisaría Comunitaria Nº 20 de Villa Atamisqui para denunciar que era víctima de agresiones físi cas por parte de su pareja, una mujer de 23 años, con quien estaba conviviendo desde hacía dos años y era la madre de su hija de
siete meses.
El joven contó que la pareja vive en la localidad de Soconcho, en la casa paterna de él. Precisamente en ese lugar estaban compartiendo una reunión familiar cuando la mujer dejó la mesa y se encerró en su dormitorio. Cuando él fue a ver qué le pasaba, ella le hizo una escena de celos y luego lo atacó físicamente, incluso con una trompada en su rostro, y se fue de la casa.
El hombre señaló que no era la primera vez que ocurrían hechos de violencia. Sin embargo, esta vez estaba presente en el lugar toda la familia. Ante lo cual, decidió que era el momento de darle un punto final y se decidió a denunciar los hechos. Además, pidió que se tomen cartas en el asunto
para evitar que ella regrese al hogar familiar y aseguró que comenzaría los trámites correspondientes en el Juzgado de Familia para obtener la custodia de la hija que tienen en común.
El hecho fue informado a las autoridades de la Unidad Fiscal de Violencia de Género e Intrafamiliar, quienes ordenaron que se concretaran diversas medidas procesales para salvaguardar la integridad física del denunciante.
El viernes 5 de abril, un hombre de 45 años se presentó en la Comisaría Comunitaria Nº 46 de Beltrán, departamento Robles, para denunciar que fue golpeado por su ex pareja, una mujer de 43 años.
Aunque la pareja se encontraba separada, con la idea de retomar la relación, decidieron compartir un almuerzo en la casa de ella. Sin embargo, luego de un cruce de opiniones, ella le habría propinado un golpe en el rostro, ocasionándole una lesión cerca del ojo izquierdo. Frente a ello, el hombre se fue del lugar y presentó su denuncia, que está siendo investigada por la Unidad Fiscal de Género de Banda y Robles. De modo tal que la Fiscalía, a cargo de la Dra. Pilar Gallo, dispuso que sea examinado por el médico de Sanidad Policial, quien le diagnosticó lesiones curables en 5 días salvo complicaciones
Además, desde el Ministerio Público Fiscal se ordenó que se realice un relevamiento vecinal en los domicilios de ambos, se dispuso que se reciban testimoniales y se notifique a las partes de medidas restrictivas de conducta. De igual manera, los efectivos tratan de determinar si existieron otros hechos de violencia doméstica que no fueron denunciados oportunamente por temor a represalias.
Un hombre de 32 años decidió ponerle fin a su matrimonio, regresando a la casa de sus padres. Con mucho pesar, decidió irse del hogar que compartía con su esposa, 10 años menor que él, y sus hijos de 5 años y 4 meses.
Sólo su círculo más íntimo conocía los motivos de su separación, aunque la incredulidad reinaba entre ellos. No parecía real que su esposa lo agrediera constantemente en forma verbal e incluso física. A nadie le cuadraba mucho la idea, pero asintieron en silencio, pensando que el motivo de su alejamiento habría sido otro distinto, quizá una infidelidad o algo parecido.
Sin embargo, toda duda se esfumó como por arte de magia, cuando ella apareció en la casa de sus suegros, en el barrio Herrera El Alto, de la ciudad de Termas de Río Hondo. Aparentemente, llegó convertida en una furia y comenzó a increparlo duramente. Los gritos retumbaban en todo el lugar. Le reprochaba su abandono y le exigía que regrese al hogar conyugal. Como él se mantenía firme en su propósito, ella habría comenzado a lanzarle puñetazos, de los que él intentaba protegerse.
En un determinado momento, ella le golpeó fuerte y reiteradamente la cara, a punto tal de arrancarle un par de dientes. Con el rostro ensangrentado, lo único que él intentaba era detener esa agresión, pero sólo con palabras e intentando esquivar los puñetazos. Alterados por el escándalo, los padres de él salieron a ver lo que sucedía. Jamás imaginaron que encontrarían a su hijo tan golpeado, ni menos que su nuera fuera la atacante. A duras penas lograron detener las agresiones y la echaron del lugar, aunque ella se negaba a abandonar la pelea.
Con una absoluta impotencia, él dejó que su familia le curara las heridas. Pero como su rostro estaba prácticamente desfigurado por los golpes, tuvo que ceder y aceptar ser llevado hacia un centro asistencial, donde se le constató que además de haber perdido varias piezas dentales había sufrido la fractura de su maxilar.
Luego de varios cabildeos, consejos familiares y de pensarlo una y otra vez, él decidió denunciar a su esposa en la Seccional 40º. La justicia ordenó su detención. Sin embargo, ella pareció esfumarse como por arte de magia. Nadie volvió a hablar de aquél caso, ocurrido hace un par de años.
En otro hecho ocurrido hace algunos años, un hombre de 39 años se presentó en la seccional 10º del barrio Autonomía para denunciar que había sido ferozmente agredido por su ex esposa.
La violencia se habría desatado mientras el hombre y su esposa, de 28 años, aún convivían bajo el mismo techo en el barrio Santa Lucía Ampliación. Lejos de copiar sus actitudes, él habría preferido separarse, lo que sucedió cuatro meses atrás. Sin embargo, la violencia no habría concluido con la separación. Al contrario, cada vez que él regresaba al hogar para visitar a sus hijos, apelando al régimen de visitas establecido legalmente, habría recibido, además de una oleada de insultos y ofensas de todo tipo, golpes de parte de la mujer.
Aparentemente, el hombre habría documentado cada detalle de la violencia recibida, donde constaban los golpes y las lesiones, con sus correspondientes fotografías, como medio probatorio de su palabra.
De modo tal que cuando aquél día recibió una golpiza mayor de la habitual cargó consigo toda la documentación, guardó su rabia e impotencia, y, totalmente humillado, se presentó en sede policial para plantear lo ocurrido. Con los elementos presentados y los testimonios del hombre agredido, la justicia ordenó el arresto de la mujer.
El siguiente caso tuvo como protagonista a un hombre que, con evidentes signos de golpes en su cuerpo, se presentó en la comisaría 9º del barrio Huaico Hondo para denunciar que había sido atacado por su pareja.
El hombre contó que había llegado a su hogar en el barrio Borges mucho más tarde de lo habitual, hecho que fue severamente recriminado por su concubina. Pero más allá de las explicaciones que él podía darle, ella empezó a insultarlo, acusándolo que su retraso era producto de un engaño amoroso.
Como él parecía no inmutarse ante la escena de celos, ella empezó a golpearlo y patearlo en distintas partes de su cuerpo. Sólo una vez que él estuvo tirado en el piso, totalmente indefenso y cubierto de golpes, ella se fue de la casa. Los médicos dijeron que sus lesiones serían curables en 30 días.
Si bien en más del 90% de los casos de violencia de género, las personas afectadas son mujeres, es necesario admitir que ellas también pueden ser agresoras y realizar maltratos de forma similar a los hombres.
Si bien los casos que llegan a las páginas policiales y los que más sorprenden tienen que ver con violencia física, la más ejercida es la violencia psicológica como el maltrato verbal (insultos, ridiculización, críticas despectivas) y el maltrato emocional en el que la víctima siente manejados
sus actos, se siente controlada por su agresor (intimidación, maltrato verbal, insultos, coacción).
Tal como se describió, también hay numerosos casos registrados que reflejan que la mujer ejerce, igual que el hombre, violencia física, abusos, violencia sexual (violaciones, acoso) y, en el peor de los casos, asesinatos.
Las consecuencias del maltrato en hombres, igual que en las mujeres, son devastadores: desordenes psicológicos tales como depresión, ansiedad, pánico, estrés postraumático, miedo, sentimiento de inferioridad y de culpabilidad o justificación de las agresiones acontecidas. Los especialistas también han apreciado un aumento del riesgo de suicidio en las víctimas de la violencia doméstica.
Junto con todo ello, el maltrato es un problema social que no sólo afecta a la víctima, sino que deja huella en todo su entorno: hijos, resto de familia o amigos.
Para muchos, la idea de un hombre golpeado resulta extraña. ¿Cómo es posible que un hombre pueda ser golpeado por una mujer sobre la que tiene superioridad física? Sin embargo, los especialistas consideran que es normal asumir que porque el hombre es más fuerte- debería poder defenderse más fácil. La realidad es que si la fortaleza física no va acompañada de una cierta fuerza emocional no funciona. La incapacidad es exactamente la misma que tiene la mujer. El hombre no puede reaccionar porque su autoestima está bajísima.
Asimismo, no hay que dejar de tener en cuenta que, a pesar de ser relaciones agresivas, los lazos que unen son tan fuertes y el deterioro que se ha ido haciendo sobre la personalidad es tan importante, que la víctima queda paralizada.
No obstante, la violencia que ejercen las mujeres sobre los varones es diferente. En estos casos, el porcentaje más alto es de tipo emocional y psicológico. Tienen que ver más con la manipulación, con el insulto, con bajar la autoestima. Además, la violencia física está reforzada generalmente por amenazas de hacerle perder los hijos, de muerte, cosas que de alguna manera paralizan.
La población de hombres golpeados es pequeña. De los datos aportados por la OVFyM surge que, en los últimos cinco años, 537 hombres denunciaron ser víctimas de violencia intrafamiliar, lo que representa un 10% de los 5342 casos denunciados.
Para ellos, para su autoestima, es absolutamente denigrante plantear un caso de este tipo. Entonces, prefieren acallar su problema. Le cuesta demasiado admitirlo. Como sucede con la mayoría de los problemas de violencia familiar, la situación empeora día tras día y los maltratos aumentan puertas adentro. Tal como se explicó, cuando se habla de violencia familiar hacia los hombres, se suele pensar solo en la agresión física, pero el maltrato verbal y psicológico suele ser mucho más doloroso para ellos
Si bien hablar de violencia de género es sinónimo de violencia contra las mujeres, víctimas de hombres perversos, insensibles, inescrupulosos, que pueden llegar a causarle hasta la muerte. Sin embargo, cada vez se visibilizan más casos de hombres que son maltratados por ellas. Hombres que sufren en silencio. Hombres que aguantan todos los agravios porque fueron educados como “machos”, que tienen que soportar todo lo que venga. Hombres que representan el sexo fuerte y no pueden darse el “lujo” de mostrar que son abusados verbal y físicamente por sus parejas.