El 3º domingo de noviembre recordamos a las víctimas ya no están, a los que sobrevivieron con secuelas de todo tipo y sus familias que luchan día a día por salir adelante.
El tercer domingo de noviembre se conmemora el Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tránsito. Una dolorosa efeméride que propone también concientizar a la población sobre la importancia de cuidar nuestra vida y la de quienes nos rodean.
El año pasado murieron doce personas por día en siniestros viales, según datos de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV). No obstante, con más de 4.300 fallecidos en 2023, las cifras es la más baja desde la creación de la agencia mencionada en 2008 y sin contar el 2020 excepcional de la pandemia.
Un “terremoto”, “un tsunami”, “destrucción total”, “dolor sin fin”, “rabia”, “odio”, “no hay palabras…” estas son solo algunas expresiones que recoge la organización Luchemos por la Vida, de familiares de víctimas de siniestros viales. Entre ellos hay padres, hijos, hermanos, nietos, abuelos, sobrinos, parejas que en instantes sintieron que se les venía el mundo abajo.
“Un hecho imprevisto, impensado, no querido por nadie, sucede. Y la tragedia sume a los sobrevivientes en la peor de las pesadillas”, expresan desde la ONG que año a año presenta sus propias estadísticas y lleva adelante campañas para prevenir las problemática.
“Luchemos” señala que “el 3º domingo de noviembre recordamos a las víctimas de tránsito que ya no están, a los que sobrevivieron con secuelas de todo tipo, pero también a sus seres queridos, víctimas que sufren daños profundos, en muchos casos irreversibles, en su salud física y psíquica que afectan sus vidas para siempre”.
Por eso, se unen al pedido imperioso a las autoridades estatales para que asuman su responsabilidad, brinden sostén a los sobrevivientes, e implementen todas las acciones necesarias para aumentar la seguridad vial, como propone el Plan Mundial para el 2º Decenio de Acción para disminuir real y significativamente el número de víctimas en el tránsito. “El mejor homenaje en memoria de las víctimas de tránsito es trabajar para que a otros no les pase”, sostienen.
DATOS
Como se dijo, las últimas cifras puestas en serie en relación con los números de años anteriores, es la más baja desde 2008. La única excepción es el año 2020, cuando en plena cuarentena por el covid-19, y restricción de circulación mediante, se registraron 3.513 víctimas fatales. El número de 2023 muestra también un leve descenso del 2 por ciento con respecto a 2022, cuando se produjeron 4.567 fallecimientos. En 2021, por su parte, ocurrieron 4.483 muertes, lo que muestra una cierta estabilidad en los guarismos posteriores a 2020.
Además, los números de los últimos tres años se encuentran por debajo de la media total desde 2008 hasta la fecha, media que se ubica en 5.011 muertes. La reducción también se registra si se comparan las cifras de los últimos cinco años en relación con las de la primera década desde la conformación de la ANSV. En ocho de esos diez años se habían superado los 5 mil casos, con un pico de 5.611 muertes en 2017 y un promedio diario de 15,4 siniestros fatales. Desde 2019, en tanto, la cifra no volvió a pasar los 5 mil fallecimientos y el número de este año marca un descenso de más de 1.200 muertes con respecto a ese pico de 2017.
El documento también desagrega los datos del año pasado en relación a distintas variables. En cuanto al tipo de evento en el que se produjeron las muertes, el informe indica que se trata, por amplia mayoría, de siniestros ocurridos entre dos o más vehículos. El 53 por ciento de las muertes se dieron en el marco de colisiones, definidas como el impacto de vehículos en movimiento, a lo que hay que sumarle un 5 por ciento de choques, definidos como el impacto de un vehículo en movimiento con otro detenido. Recién con el 12 por ciento aparecen las muertes producidas en vuelcos y, con el 11 por ciento, los atropellos a peatones.
Las rutas, en tanto, se mantienen como el tipo de vía en el que ocurre la mayor cantidad de siniestros de este tipo, con el 46 por ciento de los casos, un número conformado mayormente por eventos ocurridos en rutas nacionales por sobre las provinciales. A las rutas le siguen las calles de las ciudades o pueblos, con el 25 por ciento de los siniestros, las avenidas, con el 12 por ciento, y las autopistas o autovías, con el 3 por ciento.
En cuanto a la franja horaria de los siniestros hay una paridad casi total entre la noche y el día: el 46 por ciento ocurrió en horario diurno, entre las 7 y las 19 horas, y el 48 por ciento en horario nocturno, entre las 19 y las 7, mientras que se registró un 6 por ciento de eventos sin precisión de horario. Los fines de semana, en cambio, el registro horario sí muestra una variación, ya que se registra "un marcado pico durante la madrugada", particularmente entre las 5 y las 7 de la mañana, horario de salida de los locales bailables.
Las motos, por su parte, siguen siendo el vehículo más peligroso para sus usuarios. Así lo indica el segmento del informe dedicado al perfil mayoritario de las víctimas fatales, que precisa que el 40 por ciento de las personas fallecidas eran usuarias de motos. Los autos, con el 25 por ciento, las camionetas, con el 7 por ciento, las bicicletas, con el 4 por ciento, y los transportes de carga, con el 2 por ciento, completan la lista de vehículos involucrados en este tipo de sucesos. El 10 por ciento de las muertes, por su parte, corresponde a peatones asesinados en siniestros en la vía pública.
La marcada diferencia de géneros en las víctimas de los siniestros también resulta llamativa: el 75 por ciento de los fallecidos fueron varones, mientras que sólo el 21 por ciento fueron mujeres, cifra que se completa con un 4 por ciento sin registro. El rango etario de entre 15 y 34 años es el segmento con más muertes registradas, lo que permite a la ANSV concluir que existe un "claro perfil de víctima fatal": "Hombres, jóvenes entre 15 y 34 años de edad, y usuarios de motos", se lee en el informe, que precisa que ese perfil, además, "se sostiene históricamente".
El cruce de esos datos con los horarios registrados de los sucesos muestra, además, que las víctimas mujeres aparecen con mayor recurrencia "en horarios vinculados a los cuidados infantiles" como el "ingreso y egreso de la escuela". "Los varones, en cambio, destacan entre las 3 y 6 de la mañana y entre las 20 y 23 horas", precisa el informe.