09 de mayo, 2025
Emprendedor

La joven que creció entre pinceles y arcilla, hoy canaliza su mundo interior en piezas únicas de cerámica. EF Pottery no es solo un emprendimiento: es su forma de estar presente, de sanar y de crear belleza desde lo cotidiano.

Estefanía Ferrado ha crecido rodeada de arte. Su madre es profesora de pintura, y en su casa funciona VH Deco, un taller de pintura, mosaiquismo y cerámica. Junto a sus dos hermanas,  pasó su infancia pintando y creando, por lo que todas en su familia son “hadas artesanas”. 
El taller, ubicado en Moreno Sur 870, es un lugar que refleja el compromiso y el cariño de quienes trabajan ahí. Todo es colorido, pero no de manera abrumante, sino de una forma armoniosa y natural.  Resalta en medio de la transitada calle y no necesariamente por el cartel que indica “VH Deco”, sino por la vitalidad que le brinda las hermosas y tupidas plantas, acompañadas por piezas de mosaiquismo. No es de extrañar que Estefi haya sido influenciada por su entorno, y que no haya podido evitar buscar la alternativa de seguir conectada al mundo artístico. 
Aunque estudia Psicología —una carrera que ama y elige—, en agosto de 2024 decidió transformar  su pasión por crear en un emprendimiento: así nació EF Pottery. Su marca dedicada a realizar piezas de cerámica personalizadas con dedicación y entusiasmo.

En diálogo con LA COLUMNA, Estefanía Ferrado habló sobre su emprendimiento de cerámica, su vínculo con el arte y como lo combina con la carrera de Psicología.

-¿Qué te ha llevado a emprender?
- A mí me gusta,  en mi casa todos son artistas y como siempre he visto el arte, está en mis manos. Entonces me gusta replicarlo, de la forma en la que sea. Si bien me dedico a pintar, me dedico a un montón de cosas, la cerámica es donde me he animado a hacerlo como emprendimiento. Mi cable a tierra. Sirve cuando estas con demasiadas cosas, un momentito para conectarte e interactuar con tus cosas, con tus creaciones.

-¿Vendes por medio de redes sociales?
 -Sí, generalmente por redes, porque hago pedidos personalizados. Por ahí son los asesoramientos de qué es lo que necesitas, qué es lo que te gusta. Te doy ideas, o replico lo que vos quieres. En la medida de lo posible que se pueda replicar también, lo más parecido posible. Y se trata de hacer ese asesoramiento personalizado por redes, pero si quieren venir al negocio y preguntar también lo hago. 

- ¿Y qué siente al saber que sos la encargada de crear algo significativo para otras personas?
-La verdad es que es algo muy lindo saber que se ha reconocido el trabajo artesanal, después de tantos años de lucha de los artesanos. He visto el compromiso de dedicar horas de trabajo. Y que alguien al menos reconozca con el simple hecho de decirte; “ay, qué divino que has salido”, o “ay, me gustó tu trabajo”, o “sos prolijo”, o lo que fuere, es una satisfacción. Más allá de lo económico, es el reconocimiento del otro a tu trabajo. Porque vos te has sentado y has dedicado tu tiempo específicamente para eso.

 

-¿Cuáles son las piezas que más te gusta crear?
- A mí me gusta hacer las tazas personalizadas. Si bien hago de todo, eso me gusta. Me gusta que mi marca esté relacionada o representada por hacer tacitas.

-¿Cuáles son las complicaciones que tienes en tu emprendimiento?
-Bueno, tener más disponibilidad horaria sería algo genial. Es difícil a veces mantener el emprendimiento. Por momentos hay cosas que sí me exceden, por ejemplo el cambio de tiempo. 
Cuando está despejado es un día genial para hacer cerámica, pero cuando esta nublado o llueve son días pésimos. Otros días hace mucho calor, entonces hay tiempos determinados en que nosotros prendemos el horno, por las altas temperaturas de aquí. En enero, por ejemplo, hemos prendido tres veces el horno, muy poco pero es por las altas temperaturas de la provincia. Aquí lamentablemente, en Santiago, no hay mucha tensión. Por más que no haga calor o lo que fuere, el horno necesita una determinada cantidad de energía para que no se corte la cocción. Si se corta la cocción, se rompe todo lo que está adentro. Las piezas necesitan doble horneado, y a veces el tiempo se extiende demasiado entre cada uno. Por lo que hay cosas que escapan de mí.

-¿Puedes decir que tu emprendimiento es rentable?
-Por el momento, sí. Yo tengo los medios por los cuales lo puedo hacer, tengo la posibilidad. Tenemos el horno aquí en casa, es una gran ventaja. Tengo entendido que quienes emprenden de esto, en general, muchas veces esperan hacer grandes cantidades de pedidos para que vean una remuneración, porque la horneada si es costosa. Yo  puedo aquí ir solventando, teniendo lo propio. De todas formas, si uno se dedica al 100%, yo creo que sí tendría la remuneración correcta.

-¿Cómo crees que podrías unir el mundo de la psicología con esto del arte? 
-El arte, citando a cualquier psicólogo, a cualquier terapia, es algo que se utiliza para sublimar. Sublimar es un mecanismo que utilizamos las personas para drenar o canalizar todo lo que tenemos adentro. Sea energía, sea impulso, sea lo que fuere, que lo tenemos y lo tenemos que tirar para afuera. ¿Cómo lo tiramos para afuera? De manera socialmente aceptable, a través de la sublimación, a través del arte. Y el arte también nos une a la realidad en la que estamos, nos estructura. Nos genera eso que vos dices, me siento bien, me siento conectado o me siento desconectado porque vengo sintiéndome mal.  Y ese es mi punto de encuentro  conmigo misma porque me gusta.

-¿Recomiendas emprender? 
-Totalmente, uno no tiene que quedarse quieto. Emprender si puedes hacerlo desde algo que te gusta, es genial. Y si te va bien, buenísimo, bienvenido sea. Y si no es de algo que te gusta, o intentas o pruebas. En todas las experiencias, salga bien o mal te va dejar algo. Las experiencias nunca van a afectar, por más de que no sean retribuibles o lo que uno espera, siempre suman. 

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