27 de noviembre, 2025
Actualidad

Un informe evidenció que 7 de cada 10 argentinos aseguran que la presión económica repercute directamente en su vida diaria. Una realidad que pesa y crece.

El estrés financiero es actualmente una preocupación significativa para una gran parte de la población argentina. Según el Estudio de Bienestar Financiero 2025 de la consultora Mercer, alrededor del 70 % de los trabajadores argentinos reportan algún grado de estrés relacionado con sus finanzas.

El informe identifica como principales factores de esta tensión económica la inflación persistente, la incertidumbre macroeconómica y la pérdida sostenida del poder adquisitivo. Estos elementos no solo afectan los bolsillos de los trabajadores, sino también su salud mental, ya que 7 de cada 10 argentinos aseguran que la presión económica repercute directamente en su vida diaria.

Otro dato relevante es que el 22 % de los encuestados indica que siente que no tiene control sobre sus finanzas, mientras que el 19 % ha tenido que pedir dinero prestado para cubrir gastos esenciales en los últimos seis meses. Además, un “imprevisto” de unos 250.000 pesos desestabiliza las cuentas de 3 de cada 10 argentinos, según Mercer.

El estrés financiero no se limita al ámbito personal: también tiene consecuencias en el rendimiento laboral. Mercer revela que el 61 % de los encuestados admite que las preocupaciones económicas lo acompañan durante su jornada de trabajo. Por otra parte, el 14 % de los participantes experimenta niveles tan elevados de estrés que afectan su descanso y su sueño.

Además, el estudio muestra que una parte de la población carece de planificación o conocimientos adecuados para manejar sus finanzas. El 31 % señala que la falta de conocimiento es el principal obstáculo para una gestión eficiente de sus recursos. Aunque el 55 % afirma planificar sus finanzas mensualmente y ocho de cada diez declara tener el hábito del ahorro, no todos logran sostenerlo de manera efectiva.

Otro aspecto revelador es la escasa educación financiera formal: entre el 44 % y el 54 % de los trabajadores recurre a familiares o amigos para pedir asesoramiento sobre sus decisiones económicas.

De acuerdo con el estudio, hay variaciones según el género: las mujeres reportan preocuparse más que los hombres en materia económica, lo que sugiere que las estrategias para mitigar el estrés financiero podrían requerir un enfoque sensible al género. Otro factor es el endeudamiento: la combinación de altos precios, falta de ahorro suficiente y préstamos para hacer frente a gastos básicos crea un círculo de tensión permanente.

 

CONTEXTO EN SANTIAGO DEL ESTERO

Para poner en perspectiva este fenómeno a nivel local, algunos datos de Santiago del Esteroreflejan condiciones socioeconómicas que pueden agravar el estrés financiero:

Según datos del INDEC para el primer semestre de 2025, el 32,5 % de las personas en el aglomerado Santiago del Estero–La Banda se encuentra bajo la línea de pobreza.

Un estudio del Conicet y la Universidad Católica de Santiago del Estero analiza la evolución de la pobreza en la provincia entre 1980 y 2024, señalando que, pese a mejoras en ciertos indicadores (como necesidades básicas insatisfechas), la pobreza monetaria muestra “saltos importantes” en periodos recientes.

Estos datos indican que, en provincias como Santiago del Estero, una proporción significativa de la población vive en condiciones vulnerables, lo que podría intensificar la experiencia del estrés financiero.

CONSECUENCIAS

El estrés financiero tiene consecuencias múltiples:

Salud mental: la preocupación constante por las finanzas puede generar ansiedad, insomnio y fatiga emocional.

Productividad laboral: el rendimiento en el trabajo se ve afectado cuando los empleados se distraen con problemas económicos.

Decisiones económicas poco eficientes: la falta de educación financiera y planificación puede llevar a ciclos de deuda o ahorro ineficaz.

Uso de redes informales para asesoramiento: el recurso a familiares o amigos para orientación financiera puede limitar las opciones y perpetuar dificultades.

Además, la diferencia por género y la falta de programas empresariales para apoyar el bienestar financiero evidencian una brecha institucional. Según Mercer, solo alrededor del 30 % de las empresas ofrecen programas de asesoramiento financiero a sus empleados.

Dado el panorama, tanto a nivel nacional como provincial, se vuelve crucial fortalecer la educación financiera. Proveer herramientas para planificar, ahorrar, manejar deudas y responder a imprevistos podría disminuir el estrés económico.

El estrés financiero en definitiva es un fenómeno extendido en Argentina —afectando a siete de cada diez trabajadores, según Mercer—, con causas que van desde la inflación hasta la falta de educación financiera. Sus efectos se perciben en la salud mental, el rendimiento laboral y la capacidad de planificar el futuro económico.

En provincias como Santiago del Estero, la presión económica puede ser aún más aguda. Por ello, es esencial impulsar políticas de educación financiera.

 

Compartir: