El papa Francisco pidió tomar el ejemplo de Mama Antula en «la opción por los últimos», al recibir en el Vaticano a un grupo de peregrinos argentinos que participará el domingo de la ceremonia de canonización que convertirá a María Antonia de San José de Paz y Figueroa en la primera santa del país.

«Saludo a mis hermanos obispos provenientes de Argentina, y a todos los sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles que los acompañan», sostuvo el Pontífice al encontrar este viernes en la Sala Clementina del Palacio Apostólico vaticano a cerca de 150 fieles que el domingo irán a la misa de canonización que se hará en la Basílica de San Pedro a las 9.30 hora local (5.30 de Argentina).

«La caridad de Mama Antula, sobre todo en el servicio a los más necesitados, hoy se impone con gran fuerza, en medio de una sociedad que corre el riesgo de olvidar que el individualismo radical es el virus más difícil de vencer. Engaña. Nos hace creer que todo consiste en dar rienda suelta a las propias ambiciones», agregó el Papa sobre la laica consagrada.

En una audiencia en la que estuvieron presentes, entre otros, el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, y el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, el Papa dijo que «en esta beata encontramos un ejemplo e inspiración que reaviva la opción por los últimos, por aquellos que la sociedad descarta y desecha».

«Que su ejemplo les ayude pues a ser ese signo de amor y ternura entre nuestros hermanos», afirmó.

Y el Papa añadió: «Recordemos también que el camino de la santidad implica confianza, abandono, como cuando la beata María Antonia llegó sólo con un crucifijo y descalza a Buenos Aires, porque no había puesto su seguridad en sí misma, sino en Dios, confiaba en que su arduo apostolado era obra de Él».

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