19 de abril, 2025
Nota de Portada

Durante un velorio, una criatura de 5 años fue abusada. Su agresor no fue un adulto perverso, sino un primo de 16 años. Cada vez son más los menores de edad, incluso niños, convertidos en agresores sexuales. Un flagelo que no se detiene en Santiago del Estero.

El sábado 12 de abril, el cuerpo de una mujer fue encontrado en una vivienda abandonada del barrio Borges. Su muerte habría sido a causa del abuso de sustancias prohibidas. Si bien su deceso causó profundo pesar entre sus familiares, a nadie le sorprendió que ella hubiera terminado de esa manera. Desde hacía años su vida venía cuesta abajo por su adicción a las drogas, abandonando incluso a sus cuatro hijos menores, los que quedaron al cuidado de sus tíos, hermanos de la mujer. Ellos se hicieron cargo de sus sobrinos, aunque la mujer reaparecía con frecuencia, principalmente a pedir dinero para continuar con el consumo más que para saber de sus hijos.

Durante la tarde del domingo 13 a la tarde, cuando el cuerpo de la mujer fue entregado a la familia, luego de la autopsia de rigor, sus hermanos decidieron velar sus restos en la casa paterna. Ellos no pensaron nunca en velarla en una empresa fúnebre. Para todos era lógico darle el último adiós en su barrio.

Entre los familiares, vecinos y amigos que llegaron a dar el pésame y a despedir sus restos, estaba uno de sus sobrinos, quien llegó acompañado de su esposa y de su pequeña hija de cinco años.

Ellos decidieron pasar al fondo de la casa, donde se levantaba la vivienda de uno de los hermanos de la mujer fallecida, quien tenía a su cargo a uno de sus hijos de 16 años.

La niña, ajena al dolor y a la situación que se vivía en su entorno, jugaba con sus primitos en el patio de tierra, mientras su mamá no le quitaba los ojos de encima.

En un determinado momento, como ya estaba anocheciendo, les dijeron que pasen al frente, por lo que la mujer recogió los juguetes de su niña y le pidió que se trasladaran de lugar. La criatura lo hizo de inmediato.

Allí fue donde se encontraron con el adolescente, quien estuvo un instante conversando con ellos y luego les dijo que iría hacia el fondo, a ponerse zapatillas, pues andaba de ojotas. A nadie le pareció extraño, sin embargo, la mamá se quedó mirándolo porque el joven no quitaba su mirada de la niña, a quien ella tenía bien vigilada.

Sin embargo, estando ya en la parte delantera de la casa saludando a otros familiares, la mujer perdió de vista a su hija. Nadie podía imaginar lo que estaba a punto de suceder.

 

LA PEOR PESADILLA

Cuando la mujer se dio cuenta que su hijita no estaba, uno de los niños con los que estaba jugando previamente le dijo que fue al fondo a tomar agua.

La mujer estaba por ir a buscarla, cuando de repente oyó el grito desgarrador de su pequeña. Salió corriendo, presentía que algo malo le había ocurrido.

Vio que la criatura venía a su encuentro desde una zona con arboleda, casi sin poder caminar, doblada de dolor y llorando.

En medio de su desesperación le preguntó qué le sucedía, cuando vio que el adolescente se alejaba del lugar, arreglándose el pantalón. Por su mente pasaron mil cosas en una fracción de segundo, todas horribles. Quería que no fuesen verdad.

Su pequeña le pidió que se fueran, porque el “nene grande” le había metido “su coso” y le dolía mucho.

Ya no tenía dudas. Su peor presentimiento se había hecho realidad: el adolescente, sobrino de su marido, había abusado sexualmente de su hijita.

La nena dijo que le había pedido un vaso de agua y luego él la llevó hacia el fondo y la sometió cerca de un árbol.

 

UNOS Y OTROS

Desesperada, la mamá comenzó a gritar. Su marido no entendía qué había pasado. Lo que ella le decía no podía ser verdad. Claro que no. Era su primo, a quien conocía desde niño, hijo de su tía, la mujer a quien estaban velando. Pero también era su hija la que lloraba, y quien se había convertido en la víctima del peor de los delitos.

Los gritos de la mujer alertaron a todos los presentes, quienes tampoco podía creer lo que estaba sucediendo. Ella repetía que el jovencito había violado a su niña.

Casi de manera automática se formaron dos bandos. Uno, conformado por la familia directa del acusado, quien no daba crédito a los dichos y repetía que era mentira. El otro, proveniente de la familia del papá de la nena, quienes sí creyeron en la versión de la mamá, sobre todo en el llanto desconsolado de la pequeña. Así, mientras unos intentaban proteger al adolescente, los otros lo buscaban con furia.

Aprovechando la confusión, el joven huyó del lugar, pero lo alcanzaron no muy lejos del lugar donde estaban velando a su madre.

Las acusaciones cruzadas entre quienes decían que él había abusado de la niña y de quienes repetían que no podía ser verdad fueron subiendo de tono y casi se convirtió en violencia física, hasta que llegó la policía, a quien alguien había llamado. Los efectivos tuvieron que poner paños fríos entre aquellos que querían lincharlo y los que lo protegían.

 

INTERNADA

Los miembros de la seccional 9° dieron aviso de la situación a la fiscal Vanina Aguilera, de la Unidad de Delitos Contra la Integridad Sexual, quien ordenó la aprehensión del adolescente y el traslado de la pequeña hacia el Cepsi.

La pequeña fue trasladada hacia el centro de salud infantil, donde fue atendida por las heridas recibidas, signo inocultable del abuso sufrido. Es más, los profesionales de la salud decidieron su internación para lograr curar las laceraciones físicas. Las de su alma, nadie sabe si cerrarán alguna vez.

Asimismo, la fiscal pidió el secuestro de la ropa de la niña y la del joven acusado. Por supuesto que solicitó la declaración testimonial de aquellas personas que estaban presentes en el lugar y que pudieran aportar algún tipo de datos.

Cuando el adolescente fue llevado a la comisaría, los familiares de la nena se presentaron en el lugar, reclamando justicia y pidiendo que no tenga beneficios por ser menor de edad.

Una vez que la criatura sea dada de alta, será entrevistada en cámara Gesell, para que pueda dar su versión de los hechos, sin ser revictimizada y cuidando siempre protegerla.

 

RECLAMO DE JUSTICIA

Una vez que el abuso sexual de la niña tomó estado público, la noticia se viralizó rápidamente, despertando la furia de los vecinos y familiares de la criatura. Durante la siesta del lunes14, al frente de la vivienda donde hasta esa mañana se realizó el velorio de la madre del acusado, se presentaron decenas de personas, exigiendo justicia.

Los reclamos airados pasaron de los gritos y las pancartas a incidentes, sobre todo cuando los manifestantes comenzaron a quemar cubiertas y arrojar piedras contra la casa del joven. Precisamente, los familiares de éste pedían calma, asegurando que él se encontraba tras las rejas. Sin embargo, desde la vereda de enfrente no se tranquilizaron con esta justificación y pidieron que toda la familia del acusado se fuera del barrio.

Como la situación estaba fuera de control, el personal policial comunicó de los acontecimientos a la fiscal de Delitos Comunes, Dra. Eugenia Callegari, quien pidió la presencia del Cuerpo de Infantería, para proteger la morada del acusado y sus familiares.

A su vez, la Dra. Aguilera intentó indagar al adolescente, aunque se negó a hacerlo por consejo de su abogado defensor. Sin embargo, solicitó que sea sometido a pericias psiquiátricas y psicológicas de parte del cuerpo judicial forense.

 

A LA ESPERA

Al cierre de esta edición, la jueza de Control y Garantías con competencia Juvenil, Dra. Érika Casagrande había comenzado la audiencia para resolver qué pasaría con el adolescente acusado de abusar sexualmente de su primita de cinco años.

El Ministerio Público Fiscal solicitará convertir la aprehensión en detención, lo cual sería de esta manera, mientras que el abogado defensor, Dr. Franklin Moyano y el defensor oficial del Ministerio Pupilar, pedirán medidas para proteger del adolescente acusado, sobre todo, teniendo en cuenta que intentó ser golpeado por otros presos mientras estaba en la comisaría de su zona. Por lo tanto, para evitar mayores incidentes fue derivado a la Alcaidía de Tribunales de la ciudad de La Banda. El Dr. Moyano pediría la inimputabilidad del menor, pues padecería de un retraso madurativo.

La resolución de la Dra. Casagrande debe estar acorde con lo determinado por la Ley Provincial 7349, que es el procedimiento penal juvenil, oficializado en julio de 2022. Sin embargo, el joven no es inimputable, pues ya tiene 16 años.

Como el delito por el que se lo acusa, abuso sexual con acceso carnal, podría recibir una pena de hasta 15 años de prisión.

 

RÉGIMEN PENAL JUVENIL DE SANTIAGO DEL ESTERO

El procedimiento penal juvenil fue oficializado en julio de 2022. Entre los puntos más importante de la normativa se dispone que el fiscal “deberá informarle directamente y sin demoras a los adolescentes sospechados de cometer un delito los hechos que se le atribuyen”, y todo deberá transmitirlo “en forma clara, precisa y en un lenguaje que puedan comprender, evitándose el uso de tecnicismos legales”.

A través del Boletín Oficial el Gobierno de Santiago del Estero promulgó la ley N°7.349 el nuevo procedimiento penal juvenil aplicable a personas menores de 18 años de edad al momento de la comisión de un delito.

En junio de 2022, la Cámara de Diputados de la provincia dio sanción definitiva a la iniciativa que dispone que en todos los casos el fiscal, previo a acusar, deberá priorizar la desjudicialización del caso proponiendo la aplicación de salidas alternativas. De este modo, la ley atiende el mandato contenido en las normas internacionales de priorizar la llamada Justicia Restaurativa en el nuevo proceso penal juvenil.

Otra cuestión a destacar del régimen es que la aprehensión de un adolescente sin orden judicial solo procederá excepcionalmente cuando fuere sorprendido in fraganti en la comisión de un delito, y sólo cuando fuere absolutamente indispensable para hacer cesar los efectos del ilícito.

Asimismo, prevé que en ningún caso el adolescente podrá permanecer en una Comisaría o dependencia policial debiendo ser trasladado siempre a un programa o entidad de la Autoridad Administrativa Proteccional y debiendo resolverse su situación en no más de 24 horas.

 

DETALLES DEL RÉGIMEN

En cuanto al proceso, el régimen penal juvenil determina que “serán partes esenciales del mismo el adolescente al que se le atribuye el delito, el defensor, el fiscal con competencia especializada en la materia, el representante del Ministerio Pupilar y el equipo técnico interdisciplinario”.

Y añade: “Desde el inicio de la investigación y durante todo el proceso, la persona adolescente deberá ser asistida por un defensor penal especializado oficial o particular. A este le concierne la asistencia técnica y la defensa en sus derechos e intereses. Deberá entrevistarse inmediatamente con el sindicado, se encontrare privado de la libertad o no, y se le notificarán previamente todos los actos procesales que puedan afectar sus derechos y garantías, bajo pena de nulidad”.

En relación al Equipo Técnico Interdisciplinario establece que “intervendrá en los supuestos a través de la elaboración de dictámenes no vinculantes y efectuando las sugerencias adecuadas para cada caso”.

Deberán ser capacitados en materia penal de niños, niñas y adolescentes, y estarán integrados por profesionales de la psicología, la psiquiatría, del trabajo social y otras especialidades que se consideren con incumbencias en la temática. La actuación de los profesionales que lo conforman seguirá una metodología propia de acuerdo con la especificidad de su disciplina y se encuadrará dentro de los respectivos códigos de ética vigentes. En este sentido, la normativa establece que “los representantes legales o referentes del adolescente tendrán derecho a participar en las actuaciones y podrá requerirse su presencia en defensa de los intereses de éstos” y, además, tendrán “derecho a acceder a la causa, sin que por esto sean considerados parte”.

Respecto de la imputación, el fiscal deberá informarle directamente y sin demoras los hechos que se le atribuyen, explicarle su calificación legal, las pruebas existentes en su contra y los derechos y garantías, y todo deberá transmitirlo “en forma clara, precisa y en un lenguaje que pueda comprender, evitándose el uso de tecnicismos legales”.

Consigna que “el interrogatorio en la audiencia de imputación es eventual y sólo procede si el adolescente presta su conformidad”, y la audiencia de debate tendrá carácter reservado pudiendo optar adolescente por lo contrario en respeto a que su autonomía progresiva y a que su opinión sea tenida en cuenta.

Por último, la nueva ley determina que las sanciones socio-educativas (antes llamadas medidas tutelares) solo podrán implementarse una vez firme la sentencia que considere responsable al adolescente y previo a la audiencia en la que se debata si corresponde aplicarle o no pena, pudiendo consistir las mismas en una reparación no pecuniaria del daño causado, la prestación de servicios a la comunidad, como también ordenarse la orientación y supervisión del tratamiento a seguir.

 

BUSCANDO RAZONES

Este caso, lamentablemente, no es el único donde los responsables de abusos sexuales son menores de edad e incluso niños.

Según expertos, se calcula que un tercio de los abusos sexuales infantiles son cometidos por adolescentes o, incluso, por niños de 12, 11 y hasta 9 años.

El grave problema es que la sociedad no está preparada para asumir que un agresor sexual puede ser un menor de edad. No se sabe cómo actuar. Estos niños deben ser tratados pues aún están en etapa de desarrollo y pueden ser recuperados. El gran riesgo de no hacerlo es que se profundicen sus conductas abusivas.

“Lo que distingue una agresión sexual es que no hay un consentimiento mutuo entre dos iguales. Existe una relación de sometimiento de un niño sobre otro, un abuso de poder, y diferencias grandes de edad”, afirman los expertos.

Las razones para que un menor de edad se convierta en abusador son múltiples: en muchos de los casos, los niños agresores han sido, antes, también víctimas de abuso; en otras, son jóvenes que han recibido una sobreestimulación sexual, como el acceso a pornografía, a una edad en que su sexualidad está en formación.

Pero, según los especialistas, no hay un perfil definido ni un solo factor desencadenante. Ocurre en todos los estratos sociales y en todo tipo de familias. Cuando el daño ya está hecho, la terapia integral, a toda la familia, es indispensable para reparar.

 

HISTORIAS REPETIDAS

Como si fuese una epidemia de la que es imposible encontrar el antídoto que logre combatirla, los abusos sexuales contra menores siguen en su escalada sin fin. Cada día, en todos los rincones del dilatado territorio provincial, aparecen nuevos hechos en donde los menores son las víctimas inocentes de la perversión. Lo peor de todo es que los victimarios dejaron de ser sólo adultos mayores de edad. Al contrario, con mayor frecuencia, los abusadores son otros menores, que valiéndose de la inocencia y credulidad de los más pequeños terminan sometiéndolos.

Aunque no hay cifras ni datos precisos, los dichos del Lic. Leandro Peiretti, perito oficial del Gabinete de Psicología Forense del Poder Judicial, son contundentes. “Nos topamos constantemente con casos de estas características que sorprenden por ahí al común de la sociedad, pero no son tan lejanos. Es decir, es común que haya un porcentaje significativo de este tipo de casos dentro del ámbito tribunalicio”, señaló.

A la vez, habló de cifras, dolorosas en sí mismas. Una o dos veces al mes ingresan causas de esta naturaleza. Es un número bastante significativo o elevado para la cantidad de población que existe dentro de la provincia.  Pasa muchas veces, más de lo que uno imagina. A veces tiene una repercusión mediática y otras veces no, pero sí es común que suceda”.

 

Sin dudas, lo sucedido a la niña conmocionó no sólo a su familia, sino también a todos aquellos que se enteraban de los hechos. A todos les llamó la atención la escasa edad del abusador. Nadie podía comprender cómo un adolescente llegó a convertirse en un abusador. Qué tipo de motivaciones había tenido para llegar a cometer hechos de tales características. Alguien se preguntó qué habían visto o vivido en sus hogares para tener tales conductas. Quizá habían copiado lo que vieron, o simplemente repitieron lo que a ellos les hacían. Los interrogantes se multiplican, nadie termina de entender cómo y porqué un menor puede abusar sexualmente de otro menor. Más allá de las respuestas de los expertos en la problemática y de innegable realidad, la niña que se convirtió en víctima del abuso no entiende por qué perdió su inocencia de la peor manera.

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