14 de marzo, 2025
Pienso, luego existo

 El 8 de marzo es una fecha simbólica para la lucha por los derechos de las mujeres, un día cargado de historia y reivindicaciones globales que comenzó a celebrarse en 1975, cuando la ONU institucionalizó el Día Internacional de la Mujer.

Hoy, en 2025, esta jornada cobra un nuevo significado en la Argentina, particularmente en el marco de un gobierno con una ideología libertaria, liderado por Javier Milei.

La postura de los libertarios sobre la igualdad de género no es una novedad, sino que se enmarca dentro de un debate internacional que involucra las tensiones entre el liberalismo económico y las demandas sociales de derechos igualitarios para las mujeres.

La igualdad de género, en un contexto libertario, se ve desde una perspectiva que prioriza la libertad individual y los derechos civiles. Desde el enfoque de Javier Milei y su gobierno, la igualdad de género no se presenta como una cuestión que deba ser directamente gestionada por el Estado, sino como un ámbito en el que deben prevalecer las libertades individuales y la autonomía personal.

En principio, el enfoque libertario defiende la igualdad ante la ley y el derecho de las personas a decidir su destino, independientemente de su género.

Sin embargo, en la práctica, esta visión puede resultar contradictoria con las demandas del movimiento feminista, que históricamente ha señalado la necesidad de políticas públicas activas para superar las desigualdades estructurales.

En un gobierno libertario, la igualdad de género podría ser vista como un tema relacionado con la eliminación de obstáculos para que las mujeres puedan competir en igualdad de condiciones en todos los ámbitos, pero sin necesariamente apostar por un enfoque de acción afirmativa o políticas públicas de cuotas, como las que promueve el feminismo tradicional.

Si bien el gobierno de Milei y sus aliados han subrayado la importancia de los derechos individuales, la fecha sigue siendo una oportunidad para reflexionar sobre las brechas de género que persisten en la sociedad, especialmente en lo que respecta a la violencia de género, la brecha salarial, la participación política y económica de las mujeres, y el acceso a la salud reproductiva.

Desde el punto de vista de un gobierno que cuestiona las políticas intervencionistas del Estado, podría haber una tendencia a minimizar la necesidad de la intervención pública en los temas de género, planteando que la igualdad se alcanzará únicamente si el mercado y las estructuras sociales funcionan sin distorsiones.

Así, las mujeres, según esta visión, tendrían la misma oportunidad de participar en la sociedad como cualquier otra persona, sin la necesidad de políticas de acción positiva.

Esta postura puede generar fricciones con las organizaciones feministas, que argumentan que las brechas no desaparecen por sí solas y que aún existen barreras estructurales que requieren medidas específicas para garantizar la igualdad de derechos y oportunidades.

Hoy, el debate sobre la igualdad de género sigue siendo un tema central. Si bien se han logrado avances significativos, como la legalización del aborto, la brecha salarial sigue siendo una realidad, al igual que las altas tasas de femicidios y la violencia machista.

Es necesario reconocer que, aunque la igualdad formal ante la ley es un derecho fundamental, las desigualdades estructurales exigen un enfoque más amplio y acciones concretas para erradicar las barreras que siguen limitando el acceso de las mujeres a oportunidades y derechos.

Este Día Internacional de la Mujer sigue siendo un llamado a la acción, no solo para conmemorar los logros alcanzados, sino para seguir luchando por un futuro donde las mujeres puedan vivir sin discriminación, violencia o exclusión.

 

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