Investigadores de la UNSE desarrollaron estudios acerca del potencial de la planta para colaborar en la producción de plantines. El resultado fue óptimo y concretaron un taller para compartir la experiencia.
Profesionales de la Universidad Nacional de Santiago del Estero desarrollaron diversos estudios que sustentan el valor de los recursos del monte. Entre ellos está el uso de la jarilla como un bioestimulante para la producción de algarrobo blanco.
Ancestralmente, esta planta que crece generosamente en Santiago del Estero, era muy apreciada por sus propiedades “medicinales” para el tratamiento de numerosas afecciones. Ahora, investigadores de la Facultad de Ciencias Forestales de la UNSE la estudian en plantines del tradicional árbol.
Luego de las pruebas que se llevaron a cabo en el Instituto de Silvicultura y Manejo de Bosques (INSIMA), decidieron aunar esfuerzos con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria para dictar un taller que permita compartir los resultados y los conocimientos adquiridos.
La capacitación, denominada "Preparación y uso de bioestimulante de jarilla en la producción de plantines de algarrobo blanco" se concretó con el objetivo de conocer los beneficios de los bioestimulantes y practicar su elaboración y aplicación en la producción de plantines de algarrobo blanco.
El taller contó con la participación de estudiantes de diversas carreras, egresados y técnicos del INTA. La Dra. Carla Rueda estuvo a cargo de la presentación del encuentro. Luego se proyectó un video de la Dra. Carolina Santacruz, quien explicó el papel de los bioestimulantes, sustancias que mejoran la tolerancia de las plantas al estrés y su eficiencia nutricional.
Más tarde, la Ing. Adriana Gómez presentó los resultados de un experimento realizado con fitoextractos de cuatro especies, destacando que la jarilla (Larrea divaricata) fue el mejor bioestimulante para el algarrobo blanco en la fase de rustificación.
La Ing. Soledad Cordero Vega explicó cómo obtener el extracto de jarilla, mientras que Agustina Garavaglia describió su cosecha, secado y molienda. En la parte práctica, los participantes prepararon el concentrado de bioestimulante y calcularon su aplicación sobre los plantines. Finalmente, se realizó una discusión sobre la viabilidad y desafíos de su aplicación en viveros.
El taller fue posible gracias al apoyo de becarias, ayudantes de cátedra y personal del INSIMA, en el marco de proyectos de extensión e investigación relacionados con la restauración de bosques y la intensificación sostenible de los agroecosistemas.
La Larrea divaricata (nombre científico) o jarilla hembra, es un pequeño arbusto silvestre y ramoso, con flores solitarias amarillas, que crece en zonas áridas y montañosas, desde el norte al sur del oeste argentino.
En los últimos tiempos, la jarilla se volvió conocida en el mundo de la cosmética capilar, donde se le adjudican propiedades para combatir la calvicie. Y, aunque siempre tuvo utilidad como fuente de combustible, el extracto de sus hojas tiene propiedades beneficiosas antioxidantes, antiinflamatorias, antimicrobianas e inmunomoduladoras, además de aportar vitaminas y minerales, que fueron de estima para los pueblos originarios que habitaron esa región.
Actualmente, la sustancia resinosa contenida en sus hojas es de uso tópico como remedio veterinario, y la infusión o té se utiliza contra el cólera, fiebres intermitentes y para disminuir el dolor causado por luxaciones y fracturas.