28 de diciembre, 2024
Colaboración

 

Karina Milei, la hermana del presidente de Argentina, Javier Milei, está en el centro del debate, en torno a variadas especulaciones, pero sigue rodeada de un gran halo de misterio y, podríamos decir, de cierto oscurantismo.

Es importante destacar que la información sobre su rol exacto dentro del entorno político de Javier Milei no está completamente definida y se presta a una variedad de interpretaciones.

De lo que no existe duda alguna es que su presencia es excluyente, que su poder de decisión es cuasi absoluto, podríamos decir todo el gobierno gira en derredor suyo. El propio presidente lo ha confirmado una y otra vez, como lo dice, ella es la jefa y los jefes son, en definitiva, los que deciden y tienen la última palabra.

Es harto elocuente que es la persona con mayor influencia sobre su hermano, especialmente en lo que respecta a decisiones personales y políticas.

Sin embargo, la magnitud de su influencia y su implicación directa en la política del país al principio no fue mensurada acabadamente y ahora nos topamos con alguien que está en la construcción de la estructura jurídica política del espacio para evitar requerir ayuda a otros “sellos” partidarios. Pero también se observa que, a dónde va el presidente va ella, es una especie de primera dama, pero con un cargo ejecutivo en la propia presidencia y donde ella -con su firma- hace y deshace.

Muchos dudaban de ella, creían que era una exageración del propio Milei que de por sí es generador de esas posturas radicalizadas y muchas se preguntaban: ¿Es realmente el "jefe" detrás de Javier Milei?

El presidente ha mencionado en varias ocasiones a su hermana en términos de un vínculo estrecho y de apoyo, pero no había quedado claro al principio de la gestión si su rol iba a constituirse en una figura con poder político directo.

Habría que especular que Karina es una especie de consejera personal para el presidente, aunque no existen pruebas claras de que ella sea quien tome las decisiones políticas de forma oficial, algunos juegan fichas a que sí es la que termina decidiendo.

En cuanto a si es "el jefe detrás del poder", es una afirmación que se basa más en especulaciones que en hechos confirmados, pero podríamos conjeturar cada vez con mayor precisión, que sí lo es.

Y lo que llama poderosamente la atención es que su perfil como persona ajena a la política no parecía que adoptaría tal centralidad como la que ha obtenido en este primer año de gobierno.

Hay que recordar que Karina Milei como su hermano no tienen una carrera política o una formación profesional vinculada a la gestión pública.

Se la conoce por haber trabajado como repostera, lo cual es un detalle relevante al hablar de su perfil y algunas malas lenguas también la sindican como “tarotista”.

Lo que al principio se indicaba que su presencia en el entorno de Javier Milei iba a centrarse más en una cuestión de apoyo personal que de ambición política explícita pareciera que se va modificando al decurso del tiempo. Ya se comienza a vislumbrar alguna posible candidatura, además con mayor asiduidad se estaría confirmando que la presidente del nuevo partido libertario “La Libertad Avanza” ya tiene nombre y apellido: Karina Milei.

Por lo pronto, es la presidente provisoria en estos incipientes momentos donde se está conformando la estructura partidaria y se fueron consiguiendo los reconocimientos en distintas jurisdicciones. Por lo pronto, ya tuvo mayor visibilidad en viajes al interior del país como así también fue oradora en algunos discursos, algo que nos permitió conocerle la voz.

Ahora bien, lo que también se rumorea por los cenáculos políticos es que la hermana presidencial es también un límite para el crecimiento de otras congéneres del sexo femenino. Marcela Pagano, Diana Mondino y Victoria Villarruel fueron bajadas del olimpo libertario sin mucha explicación, pero en todo momento se observa una puja con ella, ¿celos?

Y en este punto, también habría caído en la misma situación la “ex primera novia”, Fátima. Con la nueva “primera dama”, Yuyito, habría algo diferenciador, la edad, no habría problemas de dejar descendientes y crear vínculos a futuro, diríamos que es, en todo caso, algo fungible, que puede durar, no haga sombra, no genere problemas de cartel y no provoque la pérdida del poder real.

Es que se rumorea que Karina tiene especial cuidado en las relaciones con otras mujeres en el entorno político.

La acusación de que ella "no permite que otras mujeres con ambiciones se acerquen a su hermano" es una crítica que ha aparecido en ciertos círculos, pero no hay evidencia concreta que la respalde de forma tajante.

Hacia adelante, el futuro de Karina Milei en la política es incierto.

Aunque algunos pueden verla como una figura que influye en la vida personal y política de su hermano, no está claro si tomará un rol más activo en la política del país o si su influencia se mantendrá dentro de un plano más privado y cercano a Javier. Pero, si observamos con detenimiento sus últimos movimientos, es probable que se extenderá su influencia y decisión en todo lo cercano al presidente y al gobierno.

Sin tener las características propias de una política en el sentido convencional, sí juega un papel importante dentro del actual estado de situación nacional.

El Vizconde de Ponson du Terrail afirmaba que "el hombre reina y la mujer gobierna". Esta frase tiene un aire irónico que refleja una realidad de poder detrás del poder, donde la figura masculina puede ostentar una corona simbólica mientras que la figura femenina desempeña el verdadero control en las sombras.

Claramente, este concepto puede adaptarse a la situación de Karina Milei, la hermana del presidente Javier Milei, si se piensa en su papel tras bambalinas.

En el escenario político argentino, Javier Milei es el rey en la palestra, con su característico discurso incendiario y su imagen de hombre fuerte que ha llegado a la presidencia.

Pero, si miramos más de cerca, tras las cortinas de poder, aparece Karina, su hermana.

Ella, con una sonrisa más discreta, parece dirigir los hilos de la administración desde la sombra. Porque, siguiendo al Vizconde, el presidente puede ser la cara visible del cambio, pero, al final del día, es Karina quien ajusta los detalles de las decisiones, sin perder nunca el protagonismo de los pequeños giros que mueven las grandes piezas.

Lo que ocurre tras bambalinas es tan relevante como lo que se muestra ante el público.

Quizás sea este el verdadero equilibrio de poder en el gobierno de los Milei, mientras la figura pública del presidente parece reinar, es la hermana quien, en la intimidad del poder, maneja los asuntos clave.

Julio César Coronel

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