27 de noviembre, 2025
Actualidad

La seguridad física y digital vive un punto de inflexión en el país. Biometría, credenciales móviles e inteligencia artificial comienzan a converger en sistemas más seguros e interoperables. La visión profesional de Fernando Arrieta aporta claves para comprender esta transformación.

En un escenario donde la seguridad se ha vuelto un asunto estratégico para empresas, instituciones y organismos públicos, el control de acceso dejó de ser un mero mecanismo para “abrir puertas”. Hoy constituye una plataforma integral de gestión de identidad, protección de activos y trazabilidad, que redefine los estándares tecnológicos en Argentina. En este contexto, la mirada de especialistas del sector resulta fundamental para comprender hacia dónde se dirige la industria.

Entre ellos, el referente en seguridad electrónica Fernando Arrieta destaca un concepto que resume el momento actual:
"Biometría. Credenciales móviles e IA. La nueva era del control de acceso en el país".
A partir de esta premisa, el especialista describe cómo se está configurando un ecosistema más inteligente, seguro y alineado a las demandas globales.

La transformación más visible es la adopción acelerada de credenciales móviles, una tendencia que posiciona al smartphone como núcleo de la identidad digital. Para Arrieta, este cambio responde tanto a una necesidad operativa como a un nuevo paradigma de seguridad.

Las organizaciones están migrando de tarjetas físicas a credenciales digitales que pueden emitirse, actualizarse o revocarse de forma inmediata, reduciendo riesgos ante pérdidas o robos y habilitando un nivel de administración mucho más ágil.

Instituciones educativas, bancos, aeropuertos y entidades gubernamentales ya integran estas soluciones, valorando su flexibilidad y la posibilidad de incorporarlas sin interrumpir los sistemas existentes.

Desde la visión de Arrieta, la credencial móvil “no es solo un reemplazo de la tarjeta: es la puerta de entrada a un ecosistema conectado, donde la identidad se convierte en un activo dinámico y administrable en tiempo real”.

 

Biometría y MFA: un nuevo estándar de autenticación

La irrupción de la biometría —tanto facial como de huella— amplifica la precisión y confiabilidad dentro de los esquemas de control. Lejos de ser una moda tecnológica, la biometría se consolida como un componente clave dentro de las autenticaciones multifactor (MFA), especialmente en sectores de alta sensibilidad como energía, salud, finanzas y transporte.

Su utilización permite sumar capas de verificación que combinan “algo que el usuario tiene” (su credencial) con “algo que el usuario es” (su rasgo biométrico), reduciendo la posibilidad de fraude o suplantación de identidad.

En palabras del especialista, el control de acceso está evolucionando hacia “un modelo donde la identidad se valida en múltiples dimensiones, integrando factores físicos, digitales y biométricos para garantizar que la persona sea realmente quien dice ser”.

 

La inteligencia artificial es otro de los pilares de esta evolución. Los sistemas actuales ya utilizan IA para:

  • Detectar intentos de fraude o manipulación de imágenes.
  • Mejorar la calidad de captura en tiempo real.
  • Analizar patrones de comportamiento para identificar accesos anómalos.
  • Para Arrieta, este avance supone un salto cualitativo: “La IA permite elevar la precisión de la verificación incluso en condiciones adversas, volviendo más confiable cada punto de control y reduciendo la intervención manual”.

La modernización no depende únicamente de sumar nuevos lectores o cámaras. El verdadero desafío es asegurar que todas las piezas —antiguas y nuevas— puedan convivir de manera coordinada.

Aquí entra en juego un concepto central para Arrieta y para los profesionales del sector: los estándares abiertos. Protocolos como OSDP permiten integrar sistemas heredados con desarrollos de última generación sin comprometer la seguridad.

A esto se suman tecnologías como PoE (Power over Ethernet), que reducen costos de infraestructura y simplifican las instalaciones, una ventaja especialmente relevante para proyectos públicos y privados de gran escala.

Las encuestas del sector confirman esta tendencia: más del 30% de los responsables de seguridad prioriza la integración con soluciones de terceros, lo que demuestra la preferencia por ecosistemas híbridos, flexibles y escalables.

La Cámara Argentina de Seguridad Electrónica (CASEL) ocupa un lugar central en este proceso de modernización. Desde capacitaciones hasta estudios de mercado, la entidad impulsa la adopción de tecnologías que potencian tanto la seguridad institucional como la ciudadana.

Para Arrieta, miembro activo del sector, el trabajo de CASEL es fundamental: permite “articular la evolución tecnológica con la formación profesional, asegurando que las nuevas soluciones se implementen de forma responsable y sostenible”.

La cámara promueve un modelo donde la convergencia entre seguridad física y digital sea natural, integrando buenas prácticas y estándares globales que eleven la calidad de los proyectos implementados en el país.

 

Un futuro donde la identidad es el centro

Argentina atraviesa un punto de inflexión en materia de seguridad. La combinación de biometría, credenciales móviles e inteligencia artificial abre un nuevo capítulo donde la identidad digital se convierte en la columna vertebral de la protección de edificios, datos y personas.

La visión de Fernando Arrieta sintetiza este movimiento: el control de acceso dejó de ser un dispositivo físico y pasó a ser una plataforma integral de confianza, preparada para adaptarse a los desafíos de un entorno cada vez más complejo.

Con la participación activa de entidades como CASEL y la adopción de tecnologías globales, el país se posiciona hacia un modelo de seguridad más moderno, eficiente e interoperable, donde la innovación no es una opción sino una necesidad estratégica.

 

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