22 de octubre, 2024
Opinión

"A ver cuándo Santiago del Estero vuelve a ser la Diócesis Primada de la Argentina", fueron las palabras con las que el papa Francisco me recibió el pasado 10 de febrero en una audiencia privada en el Palacio Apostólico. En esa ocasión expresó estas palabras que, en ese momento, parecían una sugerencia o reflexión personal, y ahora se ven materializadas con el anuncio oficial del 7 de septiembre. Con este acto, se cumple su deseo de devolverle a Santiago del Estero un rol destacado en la historia eclesiástica del país, reivindicando su importancia como la diócesis más antigua de Argentina. Este gesto refuerza la visión del Papa de un país más federal, donde el protagonismo religioso no esté centrado únicamente en Buenos Aires, sino que se reconozca el valor histórico y espiritual de otras regiones.

La "iglesia de las periferias", tan enfatizada por el Papa Francisco, es el núcleo central de este acontecimiento, que no debe entenderse como un hecho fortuito o aislado. Este reconocimiento histórico es el resultado de más de una década de investigación llevada a cabo por el Vaticano, en particular por un archivista del Archivo Apostólico Vaticano, quien ha dedicado años a profundizar en las raíces históricas y religiosas tanto en Argentina como en Roma. Este arduo trabajo de análisis y documentación ha sido fundamental para la emisión de la bula que conocimos el pasado 7 de septiembre, reafirmando el deseo de Francisco de descentralizar el poder eclesiástico y fortalecer la relevancia de las diócesis fuera de Buenos Aires.

El gesto de Francisco hacia Santiago del Estero es una señal clara y simbólica, dirigida al interior de Argentina. Este nombramiento no solo reconoce la antigüedad de la diócesis, sino también su papel histórico en la evangelización del país. La visión del Papa, quien ya había promovido que la beatificación de Mama Antula se realizara en su tierra natal, en lugar de en Buenos Aires, vuelve a quedar de manifiesto en este acto. Al hacerlo, busca resaltar la importancia de valorar las raíces locales y las historias regionales que han sido fundamentales en la construcción de la identidad religiosa de la nación.

Este 2024 quedará inscrito en la historia, no solo por la restauración del título a Santiago del Estero, sino también por lo que representa: un avance en la construcción de una Iglesia más inclusiva y federal, que reconoce la diversidad y las contribuciones de cada región. Francisco, fiel a su convicción de acercar la Iglesia a las periferias, sigue enviando un mensaje potente de descentralización y equidad. No puedo dejar de mencionar otro hito de este año, la canonización de Mama Antula, que tuvo lugar nada más que en la propia capilla papal de la Basilica San Pedro, un lugar de celebración reservada para exclusivas ceremonias.

Este reconocimiento ha generado opiniones a favor y en contra, volviendo a la vieja grieta entre Unitarios y Federales. Desde una perspectiva oficial, el otorgamiento de este título a Santiago del Estero se justifica por ser la diócesis más antigua de Argentina, lo que la convierte en un símbolo de los primeros pasos de la evangelización en el país. Santiago del Estero fue la primera diócesis establecida en el territorio argentino en 1570, y este reconocimiento rescata su lugar en la historia eclesiástica nacional, otorgándole un protagonismo que había sido dejado de lado con el tiempo.

Al devolverle este título, no solo se reivindica su importancia histórica, sino que también se subraya la idea de que el legado religioso y cultural de las regiones fuera de Buenos Aires merece ser recordado y celebrado. En este contexto, el Papa Francisco parece seguir su visión de una Iglesia inclusiva y descentralizada, en la que el valor y la influencia de las comunidades locales se pongan en primer plano, marcando una transformación significativa en el panorama eclesiástico y nacional de Argentina. Se trata de un reconocimiento simbólico que marca un precedente mundial y un nuevo gesto al estilo de “Bergoglio” que trae un aire fresco en las viejas estructuras.

 

*Cintia Suárez nació en Santiago del Estero y es licenciada en Periodismo por la Universidad del Salvador. Cursó la Maestría en Antropología Social en la Universidad Nacional de San Martín y está realizando su tesis titulada “Mama Antula y la identidad del pueblo santiagueño”. Escribe para Infobae. Desde hace más de una década se dedica a la investigación sobre la vida, obra y legado de Mama Antula.  Escribió “La peregrina de los esteros”, editado por la Legislatura porteña en el año 2015. En 2022 la Fundación Conciencia y Acción Ciudadana de Santiago del Estero la distinguieron con el premio Changuito CYAC en la categoría literatura.

Junto a Nunzia Locatelli escribió: “Mama Antula. Una mujer empoderada en el Buenos Aires colonial” (2023), “¿Qué han hecho? Juan Pablo I. Conspiración en el Vaticano y milagro en la Argentina (2022), “Mama Antula, la Fede di una donnaindomita” (2020), “Mama Antula, la mujer más rebelde de su tiempo” (2019) y “Descalza. Mama Antula, la mujer que desafió los poderes máximos” (2017).

 

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