En su ardua tarea de brindar ayuda, la profesional santiagueña sostiene que el ESI (Educación Sexual Integral), es una herramienta fundamental para prevenir posibles casos de vulneración, tal cómo lo es el abuso sexual.
“Tuvimos un caso donde a una niña no le habían enseñado como decir vagina, ella lo llamada galleta. Una vez, le había comentado a su maestra que un tío le quería comer la galleta. La maestra no había tomado noción de la gravedad del asunto, pero porqué a esa niña no le habían enseñado a decir correctamente su parte intima”, relata la Licenciada en Sicología, Rosario Sanguedolce, quien se desempaña dentro de la Oficina de los Derechos del Niño y del Adolescente de la Municipalidad de la Capital, atendiendo las situaciones que llegan desde todo Santiago.
Respecto a la situación de abuso sexual, la peor de todas dentro de la vulneración de los derechos del niño, niña y adolescentes; la sicóloga sostiene sobre la importancia de generar primeramente la confianza con las hijas e hijos, para que puedan contar lo que les está sucediendo. Y hace hincapié, en segundo término, en la Educación Sexual por parte de las educaciones escolares, advirtiendo que “es importante que los niños sepan las partes del cuerpo, que son propias, privadas. Nadie los puede tocar. Y que sepan que si alguien los toca, deben avisar”.
En diálogo con LA COLUMNA, la profesional remarcó detalles importantes sobre el informe que tiene como eje la denuncia de abuso sexual por parte de un pastor evangélico, sucedido en el barrio Borges.
Cuando se presenta una situación de abuso, ¿cómo se debe actuar?, especialmente como padres o tutores de la víctima.
Es importante que el niño pueda tener la confianza en los padres. No es fácil para ellos contar, si ellos no cuentan, es muy complicado que los padres lo sepan.
Es importante como papás poder decirles a los niños que nadie puede tocarlos, ni puede hacerlos pasar situaciones que los hagan sentir mal, ni obligarlos hacer cosas. Cuando esto sucede, se debe contar a los papás para que los puedan ayudar.
Los niños suelen sentir esta culpa de pensar que han tenido responsabilidad y que lo van a retar. Hay que quitarle esa culpabilidad, hacerlos sentir que no tienen la culpa de lo sucedido.
¿El sentimiento de culpa es natural en los niños o lo genera la otra persona que comete el delito?
Hay que recordar un punto clave, el abuso en el 90% de los casos es alguien que el niño conoce y donde depositó confianza, si no es un pariente o amigo de la familia, o casos extremos cómo padres o abuelos.
Es justamente desde ese lugar de poder que se ejerce el abuso.
Recordemos que el abuso es un mal uso del poder. Es importante no olvidarnos que el niño no se alejará inmediatamente de esa persona, o sentirá repulsión, porque también tiene sentimiento de cariño, ya que es alguien en quien confía.
Entonces cuando esta persona empieza hacerle daño, inician sus sentimientos contradictorios. Sumado a que el abusador siempre ejerce una manipulación terrible sobre la víctima, donde lo amenaza diciendo que le pasará algo a él o la familia. Todo esto genera en el niño o adolescente muchos sentimientos contradictorios.
No solo existe el abuso físico, el abuso psicológico que le hacen es terrible. Las secuelas son inconmensurables en este sentido.
Un niño o adolescente no es lo mismo que un adulto. Ellos recién se están formando psicológica o psíquicamente. No tiene las herramientas suficientes para defenderse solo. No pueden decir que No. En este sentido, son obligados. Siempre.
El niño o adolescente no puede consentir un abuso, jamás. Ni adultos, tampoco. Es un ejercicio de poder. El cuerpo del otro es un objeto para el violador o abusador. Lo usa para placer propio.
Repito, el niño no tiene la capacidad de decir esto no quiero, no puedo, voy a llamar a alguien. Están manipulados. Las actitudes del violador hacen que callen, y se sometan a los abusos. Si algún juez plantea que puede haber consentimiento, está yendo contra la naturaleza humana.
Cómo papás, ¿qué debemos hacer para darle la seguridad y confianza para que comenten lo que les sucede?
Es muy importante la Educación Sexual Integral. Ayuda a que el niño pueda nombrar las partes del cuerpo como corresponde y poder decir, que puede llegar a pasarle si alguien lo está tocando o abusando.
Tuvimos un caso donde una niña no le habían enseñado como decir vagina, ella lo llamada galleta. Una vez ella le había comentado a su maestra, que un tío le quería comer la galleta. La maestra no había tomado noción de la gravedad del asunto, pero porqué a esa niña no le habían enseñado a decir correctamente. Es importante que los niños sepan las partes del cuerpo, que son propias, privadas. Nadie los puede tocar. Y si alguien los toca, deben avisar.
Es generar confianza, recordarles mientras se están bañando, cambiando. Encontrar el momento para decirles todo esto.
¿Se puede detectar a simple vista aquellos posibles abusadores en cuanto a conductas o prácticas que tengan?
Desde la sicología tenemos ciertas características de los abusadores. Entre ellas, la manipulación emocional, abusar del poder que tiene, agresiones, usar al otro como objeto para mi placer (es muy característica del perverso).
¿El abusador siempre tiene conciencia del mal que está causando?
Siempre, sí.
Siempre sabe que lo que está haciendo no es lo correcto. Salvo que hablemos de alguna persona que tenga una deficiencia mental. Pero la mayoría de los casos los abusadores tienen conciencia del daño que están causando.
No es una sicopatía –que tiene que ver con la siquiatría-, lo que se plantea desde la psicología es que son personalidades o estructuras psíquicas que son perversas.
Después de una situación de abuso, ¿cómo se trabaja con el niño desde la sicología?
Lo importante es que el niño no se re victimice, hay que evitar eso. Que cuente una y otra vez lo que sucede no hace bien.
Al haber una denuncia, nosotros comenzamos con la investigación, para poder acercar al niño al consultorio para que cuente lo que ha pasado. Que sea un solo relato. Después de allí lo volcamos a las defensorías o juzgados que lo pidan. Si el niño cuenta en cada lugar que va, es nocivo. Le genera mucha angustia. Hay que darle el espacio solo en un único ámbito, y que sea profesional.