06 de enero, 2025
Entrevistas

Abordar la inteligencia emocional es fundamental para el desarrollo de una buena infancia, y una adultez sana. De que se trata este enfoque a tener en cuenta.

Según un informe de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), quienes cuentan con inteligencia emocional poseen tres cualidades fundamentales que los diferencian del resto. Estas características no solo potencian el desarrollo profesional, sino que también son claves para construir relaciones laborales más sólidas y efectivas.

Una de las principales cualidades de las personas con inteligencia emocional es la capacidad de reconocer y comprender sus propias emociones. Este autoconocimiento permite manejar mejor las reacciones ante diferentes situaciones y tomar decisiones más acertadas.

“Es más fácil construir niños fuertes, que reparar adultos rotos”, sentencia Ludmila Anriquez, Licenciada en psicología M.P 821 respecto a la Inteligencia Emocional, fundamentalmente en los niños, en la etapa infalible de construcción del ser humano a tomar en cuenta en el presente.

En diálogo con LA COLUMNA, la profesional abordó el tema detallando algunos puntos que ayudarán no solamente a los futuros adultos, sino a las madres y padres a desarrollar un ambiente más saludable para todos.

 

 ¿Qué entendemos por inteligencia emocional?

Entendemos a la Inteligencia Emocional como la capacidad para gestionar, comprender o manejar nuestras propias emociones.

Es una “habilidad” que debe ser estimulada y desarrollada desde temprana edad, con el fin de dirigir y equilibrar individualmente las emociones. Por lo tanto, consideramos que las personas con Inteligencia Emocional son capaces de: Identificar sus propias emociones, Manejar y expresar las emociones de manera adecuada, Aceptarse a sí mismos y a los demás, desarrollar un fuerte autocontrol y empatía, desarrollar la capacidad para resolver problemas.

 

¿Qué tan beneficioso es el reconocimiento de las emociones en los niños y niñas?

Que los niños puedan reconocer sus emociones es primordial para desarrollar adultos sanos y funcionales. Es tan beneficioso que permite, desde la infancia, un desenvolvimiento armonioso en la vida cotidiana, propiciando que se establezcan lazos positivos con ellos mismos, con su familia y con sus pares.

La educación emocional existe, y puede ser de gran utilidad para cualquier persona, sobre todo si su desarrollo comienza tempranamente.

 

¿Qué conductas negativas son las que se pueden lograr cambiar mediante este autocontrol, auto reconocimiento, autopercepción?

Muchos niños presentan dificultades para expresar lo que piensan, sienten y/o quieren, lo que genera que utilicen ciertas palabras o conductas que no hacen más que generar confusión en los adultos.

Tomemos como ejemplo la pandemia y la cuarentena: si pensamos que a nosotros (los adultos) nos afectó demasiado, ¿Por qué no pensar también que los niños, por más pequeños que sean, no sufrieron las consecuencias del encierro y de la nueva normalidad? Los cambios de ánimo constantes, la angustia, modificaciones del sueño y alimentación, el llanto, actitudes desafiantes, entre otras, son manifestaciones que creemos pueden haberse acentuado aún más en aquel contexto.

Tal es así, que estamos convencidas de que, una vez que el ser humano puede identificar y diferenciar las emociones, que van aconteciendo en su interior, pueden servir como herramientas para elegir alternativas más saludables.

  

 ¿Cuáles el rol del padre o madre en todo este desarrollo?

Es imprescindible contar con el apoyo de los padres para poder sostener los cambios a lo largo del tiempo. Consideramos que la Inteligencia Emocional, debe ser trabajada en el grupo familiar. Por lo que se vuelve fundamental la predisposición y el compromiso de los padres para el desarrollo y potenciación del nuevo conocimiento adquirido por los niños/as.

 

¿Cómo es el abordaje en consultorio?

En el consultorio nos encontramos con el niño/a y la familia o de manera individual. En ambos casos se utilizan los recursos lúdicos para la estimulación sensorial, motriz y cognitiva.

Además de desarrollar capacidades relacionadas a la propia persona, tiene que ver con un desenvolvimiento grupal, a partir del cual se favorece la interacción con los pares, la sensibilización ante otras realidades, la empatía, la colaboración, el establecimiento de límites, la solidaridad, entre otros temas, son los que se puede abordar en las consultas.

 

 

 

 

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