La especialista puso su mirada sobre los diferentes dispositivos de enseñanza y la transformación que los mismos realizan y lo harán en un futuro.
La educación inicial tiene un desafío por delante de cara a la propuesta de llegar a las tecnologías, hace un tiempo impensadas, pero que ahora están vigentes. Mónica País Fernández, Doctora en Educación por la Universidad Nacional de Entre Ríos y Licenciada en Ciencias de la Educación, de la Universidad de Buenos Aires, manifestó su postura sobre el contexto actual de enseñanza y que es lo que viene en lo mediato e inmediato.
“La abrupta aparición de la Pandemia nos llevó valernos de herramientas digitales, en este caso educativas, como modo habitual de aprendizaje, pero también puso de manifiesto las desigualdades económicas y sociales en el terreno de las nuevas tecnologías”, respecto a este contexto la pregunta que subyace es ¿cómo es el panorama en este sentido y sobre todo en el nivel inicial?
Al respecto la docente sostiene que “pensar en las posibilidades de transformaciones del dispositivo escolar, implica desarmar básicamente cuál era esa normalidad. “Encontrarnos es fundamental para revisar supuestos que se naturalizaron a lo largo de décadas y que el escenario de la pandemia con el riesgo de la vida, lo cotidiano escolar, nos impone en la agenda de estos tiempos.
Implica una transformación genuina de ciertos patrones para comprender la realidad escolar. Quizás no logre un impacto directo en cambios de la lógica de tiempo, espacios y currículas, pero si hay un nuevo eje ordenador en el discurso que con el tiempo tendrá impacto en la organización didáctica y en la mirada pedagógica”.
¿Es posible enumerar factores favorables como desfavorables respecto de esa normalidad que, según aseguran algunos, la hemos perdido para siempre?
Finalmente tendremos que reconocer que el Covid ha realizado transformaciones, produjo cambios que seguramente tendrán ciertos efectos duraderos, ciertas marcas indelebles.
Exactamente no fue el virus el que ha provocado las marcas de transformación, sino que hay que leer las huellas del liberalismo que se ha articulado con cierto discurso crítico, y de cara a los nuevos tiempos que vienen. Como planteamos las Nuevas Tecnologías, a los niños, adolescentes, padres y docentes. Tenemos el mundo en las manos con el poder de la información disponible para todos, y ya no resulta necesario ir a la escuela.
La otra gran transformación es la de los vínculos, las relaciones, los valores, la lógica que llamamos el capitalismo neoliberal, que nos impone como estilo de vida cotidiano.
No es la pandemia la que ha mostrado las peores formas en las que la humanidad resuelve su cotidianidad. El bichito invisible no nos va hacer mejores, al contrario, exacerba las peores partes de todos nosotros como sociedad, individuos, tribus y tenemos que renacer con nuevas formas.
Las que veníamos usando no nos van a llevar por buenos caminos, es una percepción que tenemos muchos, quizás de manera desorganizada, muy íntima, pero muchos creemos que esto es un paso más para reconocer una crisis como oportunidad.