La Sociedad Argentina de Cardiología y la Fundación Argentina de Cardiología buscan concientizar a la población sobre la importancia de tomar cursos de reanimación pulmonar y conocer las maniobras adecuadas para hacerle frente.
Definimos a la muerte súbita (MS) como: muerte natural de causa cardiovascular, que se produce en forma inesperada con un corto intervalo desde el inicio de los síntomas desencadenantes, habitualmente ocurre en menos de una hora o que acontece durante el sueño. Representa la mitad de las muertes cardiovasculares y el 25% del total de las muertes en adultos. Aproximadamente un 50% ocurre en personas sin enfermedad cardíaca conocida, siendo esta su primera expresión.
Puede ocurrir a cualquier edad porque no existen indicadores previos. Las personas con mayor riesgo de muerte súbita son los lactantes de hasta 6 meses, y los adultos con enfermedades cardiovasculares vinculadas a la carga genética y los hábitos poco saludables. En niños y jóvenes la cantidad de casos es menor, y se debe en su mayoría a alteraciones cardiovasculares congénitas.
“Se calcula que más de 40.000 personas por año sufren una muerte súbita en Argentina. La mayoría ocurre fuera de centros asistenciales. Este terrible evento puede suceder a cualquier edad, aunque a medida que pasa el tiempo la probabilidad de que ocurra es mayor”, explica la Dra. Valeria El Haj.
Causas
La causa más frecuente es la enfermedad isquémica del corazón, como el infarto agudo de miocardio, pero existen otras entidades, por ejemplo genéticas, que sufren algunas personas jóvenes.
Reportes internacionales dan cuenta de una incidencia anual de paro cardíaco extrahospitalario variable y que oscila entre 20 y 140 casos por 100.000 habitantes. Si bien las estadísticas vitales de la Argentina no reportan como causa de defunción a la muerte súbita, en base a la información internacional y según reportes nacionales, podemos estimar localmente unos 40.000 casos anuales.
En base a estas consideraciones, se espera aproximadamente 1 caso de muerte súbita cada 1000 habitantes y es por este motivo que, epidemiológicamente, resulta razonable establecer la obligatoriedad de contar con al menos un cardiodesfibrilador automático externo (DEA) en lugares públicos y privados de acceso público con concentración o circulación diaria superior a 1000 personas/día.
Prevención primaria
La prevención primaria de la muerte súbita consiste en:
La velocidad con la que se reaccione para socorrer a la víctima le ofrece más posibilidades de sobrevivir. “Por cada minuto de retraso en actuar, se pierde un 10% de posibilidades de salvar a esa persona, es por eso que es fundamental concientizar a la comunidad sobre la importancia de aprender maniobras de para Reanimación Cardio Pulmonar (RCP)”, desarrolla la profesional.
Con tan sólo tres pasos se puede salvar una vida:
La Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y la Fundación Cardiológica Argentina (FCA), ofrecen cursos de dos horas para aprender a realizar las maniobras adecuadas de Reanimación Cardiopulmonar básica (RCP). Saber hacer estas maniobras y conocer la cadena de supervivencia puede significar la diferencia entre la vida y la muerte de una persona que sufre un ataque que le genera un desvanecimiento súbito. “Si todos los habitantes de la Argentina supieran cómo actuar, se reduciría un 70% las muertes súbitas que ocurren fuera del hospital”, destaca El Haj.
La cadena de la vida es el conjunto de acciones dirigidas a salvar la vida de las personas que se encuentran en parada. Cualquier persona puede llevar a cabo esta cadena. Cada minuto de retraso a la hora de ponerla en marcha disminuye las posibilidades de que la persona sobreviva hasta en un 10%.
Cinco eslabones de la cadena de supervivencia
Por último, la profesional sostiene que los cinco eslabones de la cadena de supervivencia son los siguientes:
1). Reconocimiento precoz y pedir ayuda.
2). Resucitación cardiopulmonar (RCP) precoz:
3). Desfibrilación precoz: el desfibrilador externo automático, conocido como DEA, puede ser utilizado por cualquier persona. Son dispositivos que producen descargas eléctricas con el objetivo de que el corazón reaccione y vuelva a funcionar. Su uso aumenta las probabilidades de supervivencia y suelen ser sencillos de utilizar, ya que hay una voz que guía a la persona que lo utiliza.
4). Soporte vital avanzado efectivo: este eslabón es el que llevan a cabo los profesionales sanitarios en el hospital
5). Cuidados integrados post paro cardíaco: cuidados que recibe el paciente de los profesionales sanitarios con el objetivo de que este vuelva a un funcionamiento cerebral normal, un ritmo cardíaco estable y una función hemodinámica normal.