El Tren al Desarrollo volvió a poner sobre rieles la emoción de viajar. Hoy se consolida como mucho más que un transporte: es un puente entre generaciones y un emblema que conecta a Santiago del Estero con La Banda, al tiempo que rescata la magia de lo clásico.
El Tren al Desarrollo, ese ícono santiagueño que combina modernidad, nostalgia y turismo, cumple nueve años de funcionamiento recorriendo las vías de la línea Mitre y conectando a diario a la ciudad de Santiago del Estero con La Banda.
Su recorrido comienza en la Estación Fórum, frente a la terminal de colectivos de la capital, y continúa por la Estación del Jardín Botánico, la Estación del Nodo Tecnológico, hasta llegar a la Estación La Banda.
Cada parada es mucho más que un punto de llegada: es un portal hacia algunos de los atractivos más importantes de la provincia.
En la Estación Botánico, por ejemplo, el visitante puede descubrir un entorno único donde conviven el Estadio Único Madre de Ciudades, el Puente Carretero, el Museo del Jardín Botánico y el propio Jardín Botánico, que ofrece un pulmón verde en medio del paisaje urbano.
El viaje no solo conecta dos ciudades fundamentales del territorio santiagueño, sino que también se ha convertido en un atractivo turístico en sí mismo, ya que muchos visitantes y vecinos santiagueños experimentan por primera vez lo que significa viajar en tren.
El encanto de lo clásico
El Tren al Desarrollo es mucho más que un medio alternativo de transporte. Es un puente entre generaciones y una invitación a redescubrir la vigencia de lo clásico. Representa esa visión nostálgica y pintoresca de un tiempo pasado, donde los trenes eran sinónimo de encuentro y movimiento, pero que hoy se resignifica como símbolo de progreso y continuidad.
Lo antiguo aquí no es vetusto, sino útil y vigente. Es la prueba de que la tradición puede convivir con la innovación en un Santiago del Estero que crece a ritmo acelerado, pero que no pierde de vista sus raíces ni el valor de sus símbolos históricos.
Uno de los aspectos más distintivos del tren es que su trayecto se realiza en un viaducto elevado a 5,30 metros de altura, lo que le otorga al recorrido un carácter único. Viajar en él no es solo trasladarse de un punto a otro: es una experiencia en las alturas, donde la ciudad se ve desde otra perspectiva, generando en cada pasajero una mezcla de adrenalina y asombro.
Este rasgo diferencial lo convierte en una atracción que fascina tanto a quienes lo utilizan como medio de transporte habitual como a quienes lo eligen como paseo turístico, especialmente familias y visitantes de otras provincias que llegan atraídos por su propuesta singular.
Nueve años de historias sobre rieles
Desde su puesta en marcha, el Tren al Desarrollo se consolidó como un símbolo de identidad y orgullo para los santiagueños. En estos nueve años, miles de personas lo han abordado, ya sea para trasladarse, para conocer los principales atractivos de la capital y La Banda, o simplemente para disfrutar de la experiencia de viajar en tren sobre un viaducto elevado.
El aniversario de este medio de transporte invita a reflexionar sobre su importancia como hito cultural y social, que combina lo mejor del pasado ferroviario con la fuerza del presente y la proyección hacia el futuro.
En un Santiago del Estero que avanza con obras, tecnología y desarrollo, el Tren al Desarrollo recuerda que también es necesario detenerse a valorar lo que permanece, aquello que, con el paso de los años, sigue generando emoción, identidad y sentido de pertenencia.