24 de octubre, 2025
Colaboración

El viernes pasado, 17 de octubre de 2025, se cumplieron ochenta años de la revolución de 1945, un hito que sigue resonando en la memoria colectiva de Argentina como un símbolo de la lucha del pueblo por sus derechos y su soberanía.

Este levantamiento, que llevó a la liberación de Juan Domingo Perón y al nacimiento del peronismo, no solo transformó el panorama político de nuestro país, sino que también se convirtió en un referente para los movimientos populares de América Latina y el mundo.

Sin embargo, su verdadero significado sigue siendo objeto de debate, a menudo distorsionado por quienes buscan minimizar su impacto o reducirlo a un simple episodio de desorden.

 

Un acto de justicia popular, no de "barbarie"

A lo largo de las décadas, el 17 de octubre ha sido caricaturizado por algunos sectores como un estallido de "barbarie", un término que, como lo señalaba Arturo Jauretche en “Los profetas del odio”, refleja más los prejuicios de clase que la realidad de los hechos.

Jauretche narraba una anécdota reveladora: en el siglo XIX, el porteño Tezanos Pinto, vestido con un traje de lana bajo el sol abrasador de Santiago del Estero, llamó "bárbaro" al gobernador Juan Felipe Ibarra por tomar mate en chiripá. Mientras que Ibarra, a su vez, tildó de "bárbaro" al porteño por su atuendo inadecuado.

Esta historia, sencilla pero profunda, ilustra cómo las élites han usado el término "barbarie" para deslegitimar las expresiones populares, desde los caudillos del siglo XIX hasta las masas que colmaron la Plaza de Mayo en 1945.

 

Hoy, en 2025, esta dinámica persiste

Las redes sociales y los medios digitales amplifican tanto las voces que reivindican el 17 de octubre como las que lo descalifican, a menudo sin un análisis profundo. En un mundo híper conectado, donde la desinformación puede distorsionar la historia en tiempo real, es más importante que nunca recuperar la esencia de aquel día: un pueblo unido que salió a las calles para reclamar justicia, dignidad y un futuro mejor

 

El 17 de octubre y su legado en el siglo XXI

El 17 de octubre de 1945 no fue un hecho aislado, sino el punto culminante de un proceso histórico en el que los trabajadores, los sectores populares y las clases marginadas encontraron una voz en la figura de Perón.  Aquel día, miles de personas marcharon hacia la Plaza de Mayo exigiendo la liberación de un líder que representaba sus anhelos de justicia social, soberanía económica y derechos laborales. Este movimiento marcó un antes y un después en Argentina, consolidando un modelo de inclusión que desafió las estructuras de poder tradicionales

En el contexto actual, el legado del 17 de octubre sigue siendo relevante. Argentina enfrenta desafíos como la desigualdad económica, la inflación y la polarización política, problemas que resuenan con las luchas de hace ochenta años.

Sin embargo, el mundo ha cambiado: la globalización, la tecnología y el cambio climático han transformado las demandas populares. Hoy, el espíritu del 17 de octubre podría inspirar movimientos que busquen no solo justicia social, sino también sostenibilidad, igualdad de género y acceso equitativo a la tecnología.

Dos revoluciones, un mismo pueblo

En 1945 comparaba el 17 de octubre con la revolución del 6 y 7 de junio de 1811, cuando el pueblo porteño se movilizó para defender sus derechos en los albores de la independencia. Ambas fechas, separadas por 134 años, comparten un elemento común: la voluntad colectiva de un pueblo que se levanta frente a la injusticia.

En 2025, estas gestas nos recuerdan que la historia no es solo un relato del pasado, sino una guía para el presente. Los argentinos hemos demostrado, una y otra vez, nuestra capacidad para moldear nuestro destino cuando actuamos con unidad y propósito.

 

Una fecha para la reflexión, no para la división

Reivindicar el 17 de octubre no significa adherir ciegamente a un partido o una ideología. Se trata de reconocer un momento en el que el pueblo argentino fue protagonista de su historia, desafiando a quienes pretendían silenciarlo.

En un país donde la polarización sigue siendo un obstáculo, esta fecha nos invita a reflexionar sobre la importancia de escuchar a las mayorías, de construir consensos y de trabajar por un futuro inclusivo.

Ochenta años después, el 17 de octubre de 1945 sigue siendo un faro de inspiración. Es un recordatorio de que, cuando el pueblo se une, su voz es imparable.

Como decía Jauretche, los pueblos, cuando agotan su paciencia, "hacen tronar el escarmiento". Que este aniversario nos motive a recuperar esa fuerza colectiva para enfrentar los desafíos de nuestro tiempo con la misma valentía y determinación.

 

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