Santiago del Estero vuelve a encabezar la lista de las provincias más afectadas por la pérdida de montes. El 2024 terminó con 54.123 hectáreas menos cubiertas de árboles.
La organización ecologista Greenpeace revela en un nuevo informe que durante 2024 la pérdida de bosques en el norte argentino fue de casi 150.000 hectáreas, un 10% más que el año anterior. Desde la entidad advierten que la mayoría de los desmontes en Santiago del Estero y Chaco, son ilegales.
“El consenso científico viene alertando sobre la emergencia climática y de biodiversidad en la que nos encontramos. En ese sentido, más deforestación significa más cambio climático, inundaciones, desertificación, desalojos de comunidades campesinas e indígenas, desaparición de especies en peligro de extinción y enfermedades”, indicó Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace.
El elaborado por la ONG parte del procesamiento de imágenes satelitales y estima que durante 2024, en la región se desmontaron 119.886 hectáreas de bosques nativos. Santiago del Estero fue la provincia más afectada con 54.123 hectáreas; le sigue Chaco, con 39.182 hectáreas; Formosa, con 15.069 hectáreas y Salta, con 11.512 hectáreas.
En lo que respecta a los incendios forestales, el informe destaca que el año pasado, se quemaron en la región 29.763 hectáreas. Formosa perdió 21.846 hectáreas de monte mediante esta modalidad; Salta, 3.591 hectáreas; Chaco 2.536 hectáreas y Santiago del Estero 1.790 hectáreas.
Así, la sumatoria de áreas desmontadas e incendiadas revela que la pérdida de bosques nativos en el norte del país en 2024 fue de 149.649 hectáreas: Santiago del Estero 55.913, Chaco 41.718, Formosa 36.915 y Salta 15.103.
El reporte de la organización ecologista destaca que, si bien comparado con la década previa a la Ley de Bosques, desde el año 2014 se mantiene cierta tendencia de disminución de la deforestación, durante 2024 fue superior a la del año anterior (134.700 hectáreas, según datos oficiales).
En este contexto, Greenpeace reclame medidas más drásticas. “Es claro que las multas no son suficientes para desalentar desmontes ilegales e incendios forestales; y los responsables rara vez son obligados a reforestar. En muchos casos es evidente la complicidad de funcionarios. Tenemos que terminar con esta impunidad. En forma urgente debe prohibirse y penalizarse la destrucción de bosques”, señaló Giardini.
DEPARTAMENTOS
El sistema interactivo de monitoreo y alerta forestal Global Forest Watch (GFW) señala que desde 2001 hasta 2023, Moreno, Alberdi y Juan Felipe Ibarra fueron los departamentos que mayor cantidad de cobertura arbórea perdieron; juntas constituyen el 53% del total.
** Moreno 535 kha
**Alberdi 341kha
**Juan Felipe Ibarra 178 kha
**Pellegrini 167 kha
**General Taboada 128 kha
A su vez, se destaca que hubo un total de 49.869 alertas de incendios que afectaron a unas 544 hectáreas. No obstante, con esta modalidad, el más afectado fue el Departamento Juan Felipe Ibarra, con 431hectáreas. Le sigue Alberdi, con 21 hectáreas, Copo, cono 18 hectáreas y Pellegrini y Moreno, con 17, respectivamente.
MÁS CALOR
Vale recordar que los árboles son esenciales para mitigar las altas temperaturas que en nuestra provincia, con frecuencia, superan los 40 ºC en verano. Esto se debe a su capacidad para absorber las emisiones de CO2 (dióxido de carbono).
“En su equilibrio natural el CO2, junto con elementos como el metano, el ozono, los gases fluorados, y los óxidos nitrosos, cumple una función clave para que la vida en nuestro planeta sea posible: contribuye al efecto invernadero al atrapar el calor de la atmósfera terrestre”, explican desde la ONG.
Ocurre que, en los últimos siglos, las actividades productivas e industriales han generado más y más de estas emisiones de CO2 que lejos de desaparecer, se acumulan en la atmósfera, calentando la Tierra y generando así el cambio climático.
Lo cierto es que el CO2 es el gas más abundante y persistente debido a las actividades humanas y junto a otros más nocivos, como el metano, agravan el problema.
CANIDO ARRASA
El año pasado, Greenpeace denunció que uno de los desmontes más extensos de la región lo realizaba la familia Canido, dueña de las gaseosas Manaos, en una finca ubicada cerca de Nueva Esperanza, al norte de Santiago del Estero. Según precisó, hasta noviembre ya habían sido arrasadas más de 10.000 hectáreas de bosques nativos con fines ganaderos.
Claramente, ´la principal causa de la pérdida de bosques en Argentina es el avance de la frontera agropecuaria para ganadería y soja que en gran medida se exporta a Asia y Europa, sobre todo en la región del Gran Chaco, el segundo ecosistema forestal más grande del continente.
Noemí Cruz, la entonces coordinadora de la campaña de Bosques de la organización, indicó: “los desmontes provocan cambio climático, desaparición de especies, inundaciones, sequías, desertificación, enfermedades, desalojos de indígenas y campesinos, y pérdida de alimentos, medicinas y maderas. Estamos ante una evidente emergencia climática y de biodiversidad que debería llevar a que los gobiernos actúen en consecuencia, prohibiendo los desmontes, en lugar de promoverlos”, advirtió. ”Por otra parte, el sistema de multas no es suficiente contra la ilegalidad, es necesaria la penalización”.