La primera ministra británica Liz Truss renunció el jueves, luego que sus políticas económicas causaran turbulencia en los mercados y minaran su autoridad.

Truss hizo el anuncio luego de sostener una reunión organizada apuradamente con un funcionario del Partido Conservador a cargo de evaluar si la primera ministra tenía el apoyo de los conservadores en el Parlamento.

“No puedo cumplir el mandato por el que fui elegida”, dijo frente a su residencia del número 10 de Downing Street.

Solo un día antes, Truss había prometido permanecer en el poder y dijo que era “una luchadora y no una alguien que abandona”.

Pero Truss se fue el jueves después de que se vio obligada a abandonar muchas de sus políticas económicas y perdió el control del Partido Conservador.

Su salida deja a un partido dividido en busca de un líder que pueda unificar sus facciones enfrentadas.

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