La sequía que afecta a Uruguay desde hace al menos dos años está teniendo en estos últimos meses un efecto crítico en los hogares de Montevideo y sus alrededores. La escasez del recurso natural en los embalses que nutren a OSE –la empresa pública encargada del abastecimiento– provocó un aumento de los niveles de cloruro y de sodio en el agua que sale de la canilla.

OSE cuenta con una planta potabilizadora en Aguas Corrientes, en el departamento de Canelones, a 60 kilómetros de Montevideo. Desde allí, toma agua dulce del Río Santa Lucía Grande, que llega del norte. En la jerga, se suele decir que esa agua viene de “río arriba”, según explica una nota del diario El País publicada en mayo.

Pero las fuentes de las que se nutre el Río Santa Lucía Grande tienen escasez del recurso natural –o están directamente secas–, por lo que el agua que aportan no es suficiente para abastecer al área metropolitana. En esa zona viven cerca de dos millones de personas, más de la mitad de la población uruguaya.

La plata potabilizadora de Aguas Corrientes, entonces, debe recurrir a lo que se denomina “río abajo” para tomar el agua que necesita: en lugar de potabilizar el agua que llega desde el norte, lo hace con la que viene del sur.

El agua que toma OSE está más cercana al Río de la Plata, en donde el recurso natural tiene más cloruro y sodio, dos elementos que no se pueden eliminar en la planta potabilizadora. Así, el agua que llega a los hogares es más salada.

Esta composición del agua llevó al gobierno a recomendar que las embarazadas y personas con enfermedades renales crónicas, insuficiencia cardíaca y cirrosis eviten el consumo de agua de OSE.

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