08 de octubre, 2024
Emprendedor

“No todo el mundo tiene la posibilidad de hacer algo casero”

Con las recetas del abuelo Orlando, abrieron un negocio gastronómico en el que trabajan todos. Comenzaron con pastas y se fueron expandiendo a otros platos, ideales para esos días en que el tiempo no alcanza para cocinar.

Stella Fontán cuenta que su padre, Orlando Oscar, no quiere dejar la cocina por nada del mundo. Tiene 84 años y es panadero desde que ella tiene uso de razón, aunque ahora se dedica a la elaboración de pastas. El “Paseo de la Cocina” del barrio Cabildo nace de los conocimientos gastronómicos de este santafesino, radicado hace años en Santiago del Estero.

Fue uno de sus nietos el que le pidió que le enseñara a hacer sorrentinos para degustar en familia. Sin embargo, la iniciativa de hace seis años atrás tuvo un giro inesperado, cuando unas amigas del joven empezaron a pedirles que hicieran para la venta.

La familia supo aprovechar el envión y se lanzó a un emprendimiento de pastas frescas, listas para hervir y servir en casa. Fideos, ravioles, lasaña, los ñoquis del 29, así como empanadas, tartas y otros tantos platos están a la orden del día en el local ubicado sobre calle Juncal.

Stella y sus tres hijos, junto a su padre y, hasta no hace mucho tiempo, su madre, se turnaban en las tareas, tanto de cocina, como de promoción y ventas; ya que todos saben preparar los menús. Con el tiempo, el mecanismo de trabajo se fue aceitando y ya cada uno tiene un trabajo asignado, aunque cualquiera puede amasar, en caso de que sea necesario.

Según comentan, el emprendimiento tiene clientes muy antiguos que no dejan de elegirlos cada vez que quieren algo casero. Stella cree que el éxito de este negocio es justamente ese: preparar una comida rica y libre de aditivos para quienes no tienen tiempo suficiente para dedicarle a la cocina.

Pese a las circunstancias económicas que frenan cualquier tipo de crecimiento, la familia se aferra al trabajo diario y apuesta a mantener la calidad de sus productos. Lejos de desalentarse, consideran que los buenos tiempos van a volver y que el “Paseo de la Cocina” volverá a expandirse.

-¿Cómo nace este proyecto familiar?

-Mi papá fue panadero toda la vida y tenía fábrica de pastas también. Nosotros somos de Santa Fe, una época hemos vivido también en Buenos Aires y siempre ha sido este nuestro trabajo.

Aquí en Santiago no lo hacíamos, pero mi hijo le pide un día al abuelo que le enseñe a hacer las pastas para la familia. Se enteraron algunas amigas y empezaron a pedirle que les haga y así arrancó. Empezamos a hacer en la casa, un tiempo, y cuando había una base de clientela, alquilamos un local.

-¿Cuál fue el primer plato que vendieron?

-Lo primero, sorrentinos. Con eso empezó la idea del negocio. Básicamente empezamos a hacer todo congelado; todo lo que es frizado, casero, sin ningún conservante, ni aditivos, ni colorantes, ni nada.

Aquí se friza y de ahí ya queda listo para ir a la olla o al horno porque hacemos tartas, empanadas, pastas. Son productos que se comen, como recién hechos. La idea es que los clientes puedan mantener una alimentación un poco más sana, casera.

-¿Cuántos son los que trabajan en el negocio?

-Trabaja toda la familia. Está mi papá, mi hijo y mis hijas; antes también trabajaba mi mamá , pero ahora ya no puede. Entre todos nos turnamos y tenemos también dos chicas que nos ayudan. Las recetas son todas de mi papá.

-¿Cuál creen que es el sello de “Paseo de la Cocina” o lo que lo distingue de otros del rubro?

-Para mí, lo casero y el hecho de que no tenga ningún conservante o aditivo. Es como si lo hicieras en tu casa y eso se nota. Nosotros no usamos ningún extracto y los ingredientes son todos del día; es todo fresco.

-¿Qué es lo que más demanda tiene?

-Los sorrentinos, las empanadas. De cada cosa tenemos mucha variedad, todos los días.

-Producen de manera diaria…

-Los únicos días que no se elabora son los domingos.

-¿Tienen clientes fijos?

Si, tenemos clientes fijos y siempre están apareciendo nuevos.

-¿Cómo lo sostienen el emprendimiento en medio de la crisis económica?

-Es duro para todos. Es muy complicado porque las ventas bajaron mucho, los servicios vinieron mucho. Pero bueno, con las ganas y el esfuerzo y haciendo equilibrio todos los días.

-En los seis años que llevan, ¿alguna vez se sintieron tan desalentados, al punto de pensar en cerrar el negocio?

-No. La pandemia fue un poquito duro hasta que nos acomodamos con los horarios y todo. Pero hemos podido seguir trabajando, por suerte. Hubo momentos en que uno sabe que está todo muy complicado y piensa: ¿cómo hago?… Pero, de querer dejar, no.

-¿Cómo es para ustedes trabajar juntos, en familia? ¿Se llevan bien o se complica a veces?

-Yo creo que bien. Al principio hacíamos todo, todos, porque sabemos hacer todo, todos. Si pasa algo nos reemplazamos... En mi caso y el de mi hijo, ahora nos dedicamos más a la atención de los clientes, las compras… cada uno tiene sus tareas.

-Tienen otros productos fuera de lo que es la comida en el local...

-Lo que pasa es que, cuando nosotros empezamos, estábamos unas cuadras más atrás, en un local más grande y era diferente. Se llama “Paseo de la Cocina”, porque la idea era tener todo para la cocina. Desde los alimentos hasta los utensilios. En el otro local teníamos un salón adelante, donde había bazar: desde manteles, repasadores, ollas, cubiertos, todo... atrás estaba toda la parte de lo que era alimentos, condimentos y las comidas elaboradas. Al mudarnos aquí no nos daba para hacer tanto en el salón, así que quedamos con algunas cositas de decoración.

-¿El local anterior era dentro del barrio Cabildo?

-Sí, siempre buscamos estar en la zona porque ya tenemos una clientela... Igual, sí viene mucha gente de otros barrios.

Además, cuando estábamos en el otro local hacíamos feria en toda la cuadra. La hacíamos los viernes, se llamaba "La Noche de la Juncal". Había barcitos, unas chicas hacían sushi, otras vendían ropa, ponían su perchero y se ponía lindo. La gente iba porque era algo distinto.

-¿Qué les gustaría incorporar para que esto crezca?

-Como incorporar, se puede incorporar muchas cosas, porque el rubro lo permite; desde el plato, los vasos, los cubiertos, los condimentos, más la comida… El tema es que estos no son momentos muy apropiados para crecer o pensar en expandirte porque se necesita más capital. Pero sí, la idea de volver a lo que fue, siempre está.

-¿Qué consideran que se  podría hacer desde el Estado?

-Y bueno, ahora creo que se van a poner nuevas normas. Lo que pasa es que, lo que se paga de impuestos es mucho. Uno siente que no te miran. Por ejemplo, ahora con el tema de la luz, es terrible, lo que pagas. Con ayudar a bajar un poco los costos, ya creo que sería suficiente, una maravilla.

He visto que ahora hay propuestas nuevas, así que vamos a ver qué pasa, porque ahora es como que estás con números, no finos, re contra finos. Así que, por ahora es mantener, lograr mantenerse.

-¿Cómo se definirían como emprendedores?

-Yo creo que somos emprendedores todos y nos caracteriza el trabajo y las ganas de tener y hacer algo. Además, colaborar con la gente también porque, hoy por hoy, con el tema de la comida, las familias tienen horarios que son terribles, entre el trabajo, la escuela, los chicos… Esto es un aporte, porque no todo el mundo tiene la posibilidad o el tiempo de ponerse a hacer algo casero. Eso es lo que más nos impulsa a seguir en , porque vos puedes tener un negocio de productos frizados, pero con cosas que son totalmente industrializadas…

 

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