El 11 de febrero de 2025 se conmemoró el primer aniversario de la canonización de María Antonia de San José, "Mama Antula". Con un gran recorrido, la imagen de la santa santiagueña llegó a lugares inimaginables, y cumplió promesas de cientos de fieles. Un año para recordar a quién también puso en el mapa global a Santiago del Estero.
Ha pasado un año desde que llegó Mama Antula a los altares. Un año donde las bendiciones (no milagros) -cómo dice el padre Mario Ramón “Monchi” Tenti que la difundió desde los inicios-, se multiplicaron. Cientos son los casos que evocan su figura en las redes sociales a modo de agradecimiento, o directamente se llegan al santuario en Villa Silípica, al suroeste de la provincia para dejar una oración de gratitud. O bien, se entroniza su imagen, como lo sucedido en la Catedral "Nuestra Señora de Nahuel Huapi" de la ciudad de San Carlos de Bariloche, en dónde en una ceremonia estuvo presente su figura.
Ha pasado un año y hablar de Mama Antula hoy es sinónimo de caridad, inspiración y humanización. No es una Santa más, aunque sea la primera del país, es esa mujer que evoca la dedicación materna, esa contención de caminante y esa fraternidad de lo simple.
Desde la icónica celebración el pasado 11 de febrero de 2024, nada volvió a ser igual en los caminos de la fe. Aquellos que abrazaban las creencias católicas, la abrazaron más fuerte. Y los que no, los que militaban fuera de esos paradigmas, se acercaron. Y si, es la primera mujer argentina, santiagueña y laica consagrada.
Tras conocerse el 16 de diciembre de 2023 la comunicación de la Santa Sede, que la canonización de María Antonia de Paz y Figueroa tendría lugar en Roma el 11 de febrero de 2024 en la basílica San Pedro; la unión y convicción de la santidad dio un giro esperado y enérgico. Solo recordar la vigilia durante esa madrugada de verano frente a la Catedral Basílica de Santiago del Estero, marcó no solo la manera de vivir la fe sino también la necesidad de humanización para con todos. Quizás el legado más fuerte hasta ahora.
En la basílica Nuestra Señora de la Piedad (Bartolomé Mitre 1524, barrio porteño de Balvanera), donde descansan los restos de la futura santa, se realizaron actividades al respecto del año de canonización, y la proyección del documental sobre la vida de Mama Antula. Cerca de 400 personas asistieron a este acontecimiento, el cual se destacó por ser la primera vez en la historia que se proyecta una película dentro de este templo. El documental, realizado por el director Fabián Pérez Battaglini, con el apoyo del Gobierno de Santiago del Estero fue estrenado el año pasado pero continúa su recorrido de difusión.
El arzobispo, por su parte, el primado de la Argentina, Vicente Bokalic cm, por supuesto no olvido este hito histórico, religioso y espiritual con un mensaje que conduce a la misma línea que la misionera de pies descalzos. Entre sus líneas se lee que “aunque pasaron más de doscientos años, su ejemplo continúa dando luz e impulsa a repetir lo que ella vivió con pasión. Hoy, ha crecido el conocimiento y la devoción de Mama Antula en muchas comunidades. “Se va metiendo en el corazón de nuestro pueblo creyente y cristiano”, aseveró. Y agregó que, amada por mayores y jóvenes, su vida despierta interés en muchísimos ámbitos: ha sido nombrada mediante decreto del Dicasterio del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Patrona Argentina de las Misiones; la Universidad Nacional de Santiago del Estero la declaró Doctora Honoris Causa. Cada vez más los ámbitos buscan conocerla para adoptarla como patrona, inspiradora, modelo de discípula misionera de Jesús.
A lo que fue su primer milagro confirmado por la Junta Médica en el Vaticano, que trata de una religiosa de 1900 quien sufría una infección generalizada y los médicos la habían desalentado, entonces decidieron rezar y pedir la intercesión de Mama Antula; a 100 años de que fuera aprobado por los médicos como un hecho en donde no intervino la acción del hombre y un año de la canonización; hablar de Mama Antula trasciende lo religioso. Su espiritualidad significa un cambio de paradigma en la visión sobre la figura de la mujer, la lucha de los derechos, el apoyo incondicional a los más necesitados, o la mano a la experiencia del conocimiento. Quizás estas palabras suenan semejantes a otras áreas, porqué sin dudas la trascendencia de la misión que realizó, aunque fue hace 200 años, sea clave para entender, admirar e imitar.
A un año de su canonización, que la vara de Mama Antula siga siendo el ejemplo para por sobre todo ser un buen ser humano.