23 de noviembre, 2024
Salud

Desde la Federación de Argentina de Cardiología afirman que las personas que no realizan suficiente ejercicio presentan un riesgo de mortalidad de un 20% a un 30% superior a las que son suficientemente activas.

Regular el colesterol, prevenir la hipertensión arterial y diabetes, y hasta tener un sueño reparador son algunos de los beneficios que aporta la actividad física. “La actividad física tiene una respuesta a cada uno de los interrogantes que se presentan en la consulta diaria, solo basta un turno con tu médico, quien, a través de un examen físico, un electrocardiograma y análisis de laboratorio podrá guiarte hacia el entrenamiento o el deporte que puedas realizar”, señala el Luis Cicco (MN 81369), médico cardiólogo integrante de la Secretaría a la Comunidad de la Federación Argentina de Cardiología (FAC).

Se ha demostrado que las personas que no realizan suficiente ejercicio presentan un riesgo de mortalidad de un 20% a un 30% superior a las que son suficientemente activas, según refiere el Dr. Alejandro Amarilla (MP 2682), cardiólogo, miembro de la misma organización y especialista en el área de rehabilitación cardiovascular. 

La actividad física es fundamental para todos, más allá que se tenga alguna discapacidad o limitación al movimiento, debido a que fomenta la salud cardiovascular, incrementa la fuerza muscular y promueve la movilidad, facilitando la independencia en las actividades diarias. Además, mejora la coordinación y el equilibrio, reduciendo el riesgo de caídas. En el plano emocional, contribuye a la reducción del estrés y la ansiedad, elevando la autoestima y favoreciendo la inclusión social, de esta manera es que proporciona bienestar integral.

Eso sí, una las principales premisas en relación a la actividad física es mantener la constancia, es decir hacer ejercicio regularmente, así como también reducir el tiempo de actividades sedentarias, esas pausas prolongadas de inactividad que deben intercalarse con pausas activas como ser utilizando las escaleras en el trabajo.

Las nuevas directrices de la OMS recomiendan por lo menos de 150 a 300 minutos de actividad física de moderada intensidad y 75 minutos de actividad vigorosa por semana para todos los adultos, incluidas las personas que viven con afecciones crónicas o discapacidad, y un promedio de 60 minutos al día para los niños y adolescentes.

El ejercicio nos beneficia a todos, independientemente de la edad, sexo o capacidad física, por ello es importante adaptar la actividad física para que resulte en beneficio de todas las personas”, señala la Dra. Paola Courtade (MP 7165), médica cardióloga miembro de la FAC.

De esta forma, por ejemplo, si la persona tiene una lesión de la médula espinal o parálisis cerebral, que entraría en el grupo de discapacidad motora, se recomienda la realización de estiramientos y movilidad para mantener la flexibilidad. También entrenamiento con pesos ligeros o bandas de resistencia. “Entre los deportes se pueden mencionar la natación o bien el ciclismo adaptado” dice la Dra. Natalia Salcedo, MN134274, médica cardióloga miembro de la FAC. En el grupo de personas con discapacidad visual se aconseja la realización de actividad física junto a un acompañante. Como ejemplo se puede citar el ciclismo o la natación con indicaciones en la pileta.

En el caso de discapacidad auditiva, como ser la sordera o la hipoacusia, lo ideal es realizar actividades grupales con señales visuales y táctiles. Se debe contar con una rutina bien explicada y gráfica para que resulte más sencilla su realización.

Si se trata de personas con discapacidad intelectual, como ser el síndrome de Down o trastornos en el desarrollo, es importante realizar actividades que resulten divertidas y en equipos como puede ser bailar, jugar al fútbol o aquagym. Siempre es importante que los lugares en donde se realicen los ejercicios cuenten con rampas de acceso y supervisión para evitar lesiones o molestias en general. También hay que tener en cuenta una correcta nutrición y la hidratación durante el ejercicio.

 

REHABILITACIÓN CARDÍACA

Asimismo, las personas que tuvieron algún evento cardiológico se pueden beneficiar mediante la realización de actividad física: “Es recomendable acudir a un centro de rehabilitación cardíaca dado que éste proporciona un entorno controlado donde se realizan ejercicios supervisados y se ofrecen estrategias educativas para mejorar la salud cardiovascular, reducir riesgos futuros y mejorar la calidad de vida de los pacientes”, señala la Dra. Salcedo.

Se deben realizar ejercicios aeróbicos, como caminar o bicicleta estática, de 3 a 5 días a la semana durante 30 a 60 minutos. Pero también incluir ejercicios de fuerza con pesos ligeros o bandas elásticas, dos o tres veces por semana”, dice la Dra. Salcedo. Otro punto a tener en cuenta son los ejercicios de estiramiento y flexibilidad que se deben realizar todos los días.

 

NIÑOS Y ADULTOS MAYORES

La realización de actividad física se debe comenzar durante la niñez y no debe abandonarse. “La clave está en adaptar las actividades a las posibilidades de cada rango etario”, refiere el Dr. Cicco.

En niños el beneficio es el de mejorar el sistema vascular, fortalecer los huesos y músculos, contribuir a su desarrollo cognitivo y generar inclusión social. Se debería realizar al menos una hora de ejercicio diario. Entre las posibilidades se destacan los ejercicios de tipo aeróbico como correr, nadar, saltar la soga, bailar. En cuanto a ejercicios de fuerza se destacan la escalada o juegos en una plaza.

En el caso de los adultos mayores la actividad física es crucial, entre los ejercicios que se recomiendan se encuentra caminar a paso ligero dado que mejora la circulación, refuerza el corazón, ayuda a mantener un peso saludable y reduce el riesgo de enfermedades crónicas. Levantamiento de piernas, flexiones de brazos, estiramientos de cuello, rotación de tobillos, etc., así como también ejercicios de respiración profunda, así se mejora la capacidad pulmonar y se reduce el estrés.

 

Acerca de la FAC

La Federación Argentina de Cardiología es una Institución científica que tiene más de cincuenta años estimulando la excelencia en la cardiología nacional a lo largo y a lo ancho del país. Está presidida actualmente por el Dr. Gustavo Beder Farez de la provincia de San Luis. La FAC está compuesta por 33 Sociedades Federadas, 5 delegaciones, 25 Comités Científicos de Subespecialidades y 14 Secretarías, de las cuáles la de Extensión a la Comunidad, cuyos responsables son los Dres. Sonia Costantini, Luis Cicco y Natalia Cocco son los encargados de ejecutar las políticas vinculadas a la prevención dirigidas al público general no médico. Además, la Dra. Amelia Laciar se desempeña como nexo entre la Mesa Directiva de la FAC y la Secretaría de Extensión a la Comunidad. Esta conformación y desarrollo del trabajo representa un aporte de la Institución como Sociedad Médica, a la concientización y prevención de la enfermedad cardiovascular. Sus bases federales y de gran presencia nacional no eluden su gran proyección internacional.  Es miembro pleno de la World Heart Federation y está vinculada a importantes Sociedades Científicas Internacionales.

 

 

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