30 de enero, 2025
Actualidad

El periodista Rodolfo Montenegro, periodista de El Liberal, fue testigo del exorcismo que practicó el padre Pierre en la Iglesia Cristo Rey.

“El caso del exorcismo del padre Pierre me tocó cubrirlo medio por azar. En ese tiempo, la corresponsalía de EL LIBERAL en La Banda estaba a cargo de Eduardo Peláez, el “Ruso”, quien dio a conocer el caso y alcanzó, si mal no me acuerdo, a cubrir los inicios. Como era febrero, le tocó salir de vacaciones y el entonces secretario de Redacción, Julio Boente, me designó para reemplazarlo, yo trabajaba en la sección Deportes y ya había cubierto algún franco de Peláez.
Tenía 24 años, y hacía dos que había comenzado a trabajar en el diario. En ese tiempo, 1984, la corresponsalía del diario estaba sobre calle España, justo al frente de la parroquia Cristo Rey, donde era párroco el padre Pierre, y como estaba al tanto del proceso de “liberación” (como lo llamaba el padre), me cruzaba todos los días al mediodía a la parroquia y charlaba con él.
“Es muy difícil, no la quiere dejar, pero le voy a ganar. Esto es cuestión de paciencia”, recuerdo que, palabras más palabras menos, me comentaba. Y así fui siguiendo el caso cada día. También me contaba el padre cómo los muchachos que llegaban con ella desde Clodomira terminaban “molidos” porque la debían agarrar cada vez que “el diablo” se manifestaba en ella.
“Tiene una fuerza increíble”, supieron contar me los muchachos. Liliana, era de contextura más bien chica, por eso no se explicaban de dónde sacaba tanta fuerza. Incluso le colocaban un chaleco de fuerza para que no le haga daño a Pierre.

CULMINACIÓN
Lo que más me quedó grabado (literalmente, porque incluso lo tenía en un casete, en el que grabé la última sesión) fue la voz con que se manifestaba el “diablo” el día en que asistí a la ceremonia.
En una de las charlas con el padre, me dijo que ya lo tenía cansado y que al otro día le ganaría la batalla al “demonio”, entonces le pedí que me dejara presenciar el exorcismo con un fotógrafo. 
Él accedió sin problemas. Al otro día estuvimos a las siete de la mañana en la iglesia con el “Gringo” Cabrera de fotógrafo. Y estuvimos desde que el grupo que acompañaba a Pierre en las ceremonias, del grupo de carismáticos, comenzó con las oraciones.
Cuando trajeron a Liliana y entró al templo Pierre (ya habíamos estado conversando con él y lo vi muy concentrado y decidido, se preparaba rezando mucho), dos personas de su equipo nos pidieron que nos retiráramos. Nos dijeron que, como nosotros no estábamos “preparados”, porque no hacíamos ayuno ni estábamos en oración como ellos, corríamos el riesgo de que “el diablo salga del cuerpo de Liliana y se meta” en alguno de nosotros.
No estaba dispuesto a abandonar el lugar. Miedo no sentía y la curiosidad me ganaba. Insistieron, pero les dije que teníamos la autorización de Pierre, nos dejaron quedar
Lo que pasó durante esa ceremonia no sabría bien cómo calificarlo. Entre surrealista, fantástico, increíble. Pero de algo estoy seguro: ese día escuché al diablo. Ese día no entré en discernimientos fundamentalistas de la religión, ni tampoco lo hice en los años posteriores.

PROCESO
Todo fue en ascenso, las oraciones (de las que Liliana no participaba); los muchachos a sus costados y detrás de ella esperando el momento en que entrara en trance para contenerla; Pierre con el sacramentario e n la mano y el recipiente con agua bendita, y el resto del equipo, orando y cantando. Hasta que llegó el momento en que el cura debía rociar con agua bendita a Liliana y hacerla rezar el Padre Nuestro. El agua parecía que la quemaba, se retorcía en fuertísimos espasmos que ni el chaleco de fuerza ni los robustos asistentes podían contener; y en el rezo, todo se desmadró cuando Pierre insistía en que repitiera la frase “más líbranos del mal”.
Fue entonces cuando comenzó una feroz pelea entre Pierre y el diablo (según me diría después, era Belcebú, según la demonología cristiana es uno de los siete príncipes del infierno). El sacerdote gritaba y desde Liliana emanaba una voz gutural, espeluznante (no la olvidé jamás), que no se entendía cómo podía salir de una mujer y muy joven.
Ese fue el momento crucial, porque entre la discusión de Pierre con el demonio, los rezos en voz alta de los servidores carismáticos, el clima del lugar era de terror.
Nunca se entendió la “discusión” entre Pierre y Belcebú. Según el cura, se manifestó hablando en arameo y dialectos extraños, que sólo él conocía. Hasta que Liliana dejó de retorcerse, no se escucharon más voces; muy abatida pudieron sentarla en el banco, y luego de un momento, pudo junto con Pierre recitar completo el Padre Nuestro. La batalla había sido ganada por el padre Pierre. 

(Parte del testimonio del periodista, publicado en El Liberal)

“Bueno, contame que fue eso”
Cuando después de un largo momento de distensión en el templo, durante el que no pude hablar con Liliana porque, era obvio, su estado no era el adecuado, estaba muy abatida, demacrada, lloraba.
Decía que sentía cansancio y quería ir a su casa a dormir. Hacía mucho tiempo que no podía descansar por las noches, porque era el momento en que se manifestaba la posesión.
Entonces esperé a que el padre Pierre se recuperara también, y pudiésemos juntarnos en la secretaría de la parroquia.
Se había lavado la cara y cambiado de ropa, porque terminó todo transpirado, se sentó algo sonriente (era muy agradable, simpático, pese al momento) y me miró como diciendo “misión cumplida”.
“Bueno, contame qué fue eso”, le dije. Conocía al padre desde hacía tiempo y de charlar todos los días, nos tuteábamos. “El diablo es muy inteligente y éste era Belzebú (un ángel que fue expulsado por Dios y que conforma la falsa trinidad demoníaca junto a Lucifer y Leviathan). No la quería dejar, decía que le pertenecía”, me explicó.
Y le pregunté en qué idioma hablaba, qué le decía, porque no se entendía nada: “Usó muchos, primero en arameo, que era el idioma cotidiano de Jesús, y después me habló en dialectos que se hablan en Haití (Pierre era oriundo de ese país) y en uno especial que sólo se habla en la aldea donde yo nací. Me repetía que ella le pertenecía, que no la dejaría. En un momento creyó que me haría desistir cuando ofendió a mi madre, pero yo sabía que era una de sus últimas cartas y que no debía detenerme porque estaba a punto de vencerlo”.
Y no hablamos mucho más, Pierre quería comer algo y dormir la siesta. Ya era el mediodía y había estado levantado desde muy temprano. Y yo debía volver al diario, sentarme frente a la Remington y ver por dónde empezar con la crónica. l

Liliana rehízo su vida y no quiere rememorar el suceso
Liliana tiene en la actualidad 58 años (tenía 21 cuando fue exorcizada), rehízo su vida y prefiere no referirse al tema que la tuvo como protagonista. En aquel entonces, días después de haber sido sanada por el padre Pierre, repetía a cada instante “volví a nacer”, para hacer alusión al cambio que había experimentado su vida.
“Nosotros siempre fuimos católicos y no existe ningún tipo de antecedentes familiares en relación a esta difícil situación que nos tocó atravesar… Todo es un desagradable recuerdo, pero con un final feliz. Esa pesadilla que me siguió por varios años ha quedado atrás y no desearía que a nadie le pase algo similar”, le confesó Liliana a EL LIBERAL, dos días después de la finalización de las sesiones de exorcismo. 

Toda una ciudad conmovida
Durante el caso, también viajé hasta la ciudad de Clodomira, fui a la casa de Liliana. Llegamos de tardecita, porque decían que antes de que anochezca comenzaban a pasar cosas raras. Ladrillos que caían sobre la casa, huevos que se pegaban en el techo, y ella que comenzaba con las convulsiones, el llanto, y otras manifestaciones sin explicación.
Allí estaban prestos los muchachos que la asistían cada día para contenerla y nos contaban esas cosas que, lo admito, no las llegué a ver. Había que cerrar la edición y nos volvimos sin comprobar esas experiencias.
Pero en el pueblo no se hablaba de otra cosa. Muchos contaban que al anochecer, vehículos que pasaban por la ruta al frente de la casa de Liliana, se detenían sin explicación, y que al pasar un tiempo, arrancaban sin más. Entre otras cosas raras que se escaparon de mi memoria.
Afortunadamente, no nos pasó nada extraño. Fuimos y volvimos con el chofer y un fotógrafo sin problemas. Nunca sentí miedo. Estaba viviendo un hecho que fue histórico, muy extraño y eso para un periodista con poca experiencia (hacía dos años que había comenzado a trabajar en el diario) era algo atrapante. Tal vez por esa experiencia que vivía no analizaba las cosas desde el punto personal, y no me dio temor. 

Oración de liberación o exorcismo solemne
“Jesús reunió a sus doce discípulos, y les dio poder y autoridad para expulsar toda clase de demonios”...Lucas 9:1 (New International Versión).
Sobre el supuesto exorcismo realizado por el tan querido y recordado sacerdote Pedro Fils Pierre, lo primero que quiero dejar en claro es que, por cuestión de edad y origen de vida, no soy testigo directo de tal acontecimiento.
Debemos recordar que no es lo mismo la oración de liberación realizada por muchos sacerdotes e incluso laicos o grupos de oración que el Exorcismo Solemne (“Cuando la Iglesia pide públicamente y con autoridad, en nombre de Jesús, que una persona sea protegida contra las asechanzas del maligno y sustraída a su dominio, se habla de exorcismo”...) catecismo de la iglesia #1673
Se debe aclarar esto dado que la gente muchas veces dice exorcismo o exorcista y muchas veces se oró por liberación de alguna atadura, vicio, obsesión, opresión y no necesariamente es un exorcismo.
Esta confusión puede poner en problemas al sacerdote o comunidad dado que un exorcismo solemne sólo se realiza con permiso de la autoridad eclesial (obispo titular). Ya sea Ad Casum (cuando es para un caso en particular) o cuando es nombrado por el Ordinario del Lugar para los diversos casos en general (exorcista). Referencia Código de Derecho Canónico, can.1172.
Si fue o no un exorcismo solemne el suceso histórico en que se nombra al padre Pierre desconozco, lo que si todos sabemos es que fue un sacerdote amado por su pueblo y hasta nuestros días su fama y servicio recorre la memoria del pueblo fiel y eso basta para honrar y destacar su memoria.
Mi opinión es una más como cientos de opiniones por lo que prefiero hablar de la Enseñanza de la Iglesia (el demonio existe, pero fue derrotado en la Cruz del calvario).
No podemos negar que el amor de Dios y su enviado nuestro Señor Jesucristo vencen el mal y que éL ganó para nosotros en la cruz del calvario la Vida Eterna. Jesús único y suficiente Salvador de las almas. 

La visión que tenía el sacerdote sobre la práctica
Por aquel entonces, el padre Pedro Fils Pierre supo decir que la Iglesia aceptaba la existencia del espiritismo, la magia negra o el curanderismo para hacer daño, argumentando que “el demonio tiene un poder inferior al de Dios. Es un ser inteligente, prácticamente más inteligente que el hombre, con la única diferencia que esta inteligencia está orientada hacia el mal, nunca hacia el bien”.
Al mismo tiempo, ante el cuestionamiento sobre si en realidad no se tratan de casos de histeria, el sacerdote oriundo de Haití reconoció: “La Iglesia es prudente, no acepta fácilmente, por eso el sacerdote debe pedir todos los análisis clínicos que sean imaginables para ver si no hay algún trastorno nervioso, porque uno puede estar poseído sin estar enfermo, o enfermo poseído, o ambas cosas… Este caso era claro, la chica estaba poseída sin estar enferma”.
También justificaba su posición al asegurar que “en el Evangelio se habla de partes concretas en donde Cristo expulsa a los espíritus. Pero, lamentablemente, en este siglo, por el racionalismo hay mucha incredulidad y se tiende a negar el misterio en la vida del hombre. Muchas veces, a un mismo cura le cuesta hablar del demonio, del espíritu impuro”.
Se crea o no. Se piense igual, o no. El padre Fils Pierre dejó su marca entre la comunidad católica santiagueña, principalmente porque fue un hombre de mucha oración, de una comunión permanente con Dios y de ayunos heroicos de diez a quince días, hasta el punto de que a veces decaía físicamente pero nunca espiritualmente. 

Fuente: El Liberal
https://www.elliberal.com.ar/nota/-618408/2022/02/a-38-anos-del-hecho-habla-un-testigo-del-exorcismo-del-padre-pedro-fils-pierre

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