El vicepresidente del Superior Tribunal de Justicia expuso sobre las fortalezas y debilidades de la aplicación de la Inteligencia Artificial en el ámbito judicial. La propuesta fue organizada por la Asociación de Magistrados y Funcionarios Judiciales de Santiago del Estero.
“Los poderes judiciales tenemos que ser guardianes de ese concepto de dignidad”
El Dr. Eduardo Llugdar, vicepresidente primero del Superior Tribunal de Justicia, brindó una disertación en el marco de la primera jornada del ciclo de capacitación “Fortalezas y habilidades de la aplicación de la Inteligencia Artificial (IA) en el ámbito judicial”.
En el comienzo de la jornada, el Dr. Luis Ariel Domínguez, vicepresidente de la Asociación de Magistrados y Funcionarios Judiciales de Santiago del Estero, dio la bienvenida a los asistentes y al respecto expresó que “tenemos el honor que en este curso de capacitación nos engalane con su presencia el Dr. Eduardo Llugdar y agradecerle por su referencia de estar aquí. Lo destaco por su trayectoria y la generosidad y predisposición para transmitir todos sus conocimientos”.
La capacitación, se concretó en modalidad híbrida: de manera presencial en el Salón de Acuerdos del Superior Tribunal de Justicia y virtual, a través de la plataforma tecnológica Jitsi Meet. Seguidamente dio inicio la exposición del Dr. Llugdar, oportunidad en la que dijo que “el objetivo de mi presencia hoy no es venir a dar una conferencia magistral sino conversar con mis colegas jueces sobre un tema actual que se nos presentó en la época pre y post pandemia y que en ese entonces parecían cuestiones novedosas, pero que hoy ya no lo son, porque incluso hemos incorporado herramientas que actualmente estamos en uso y eso me lleva a hacerme dos preguntas: la primera, ¿conocemos la esencia y naturaleza de lo que implica una tecnología de la información y la comunicación? y la segunda ¿por qué la llamamos 4.0 y no la llamamos 2.0, 3.0 o 5.0? y por qué me hago estos interrogantes? porque si yo le digo a alguien que utilice una computadora, o cargar un programa, utilizar un sistema sincrónico, ese es el problema, que lo vamos a utilizar para brindar un servicio”.
A continuación, mencionó que “las grandes tragedias de la Segunda Guerra Mundial visibilizaron como se podía destruir a la humanidad y desde entonces hay un factor que no era concebido como un concepto de bien jurídico protegido para ser objeto de protección que es la dignidad humana y que alteró todas las fuentes del Derecho”. A la vez, el magistrado resaltó que “ya no había que hacer culto a la jerarquía de las leyes, de las constituciones y los tratados. Hoy la norma suprema es el principio de la norma más favorable a la dignidad y la protección de ésta es lo que nos permite reconocer criterios morales como la equidad, sin los cuales no podemos distinguir grupos sometidos a especiales situaciones desiguales”.
En el mismo sentido agregó que “sin equidad no hay igualdad de género, sin equidad los niños no son sujetos vulnerables, sin equidad las personas con discapacidad no tienen apoyos razonables para romper las barreras y así podemos hablar de pueblos originarios, inmigrantes y todo lo que son instrumentos aprobados por la Cumbre Iberoamericana de Justicia”. Refiriéndose a la utilización de la IA consignó que “los poderes judiciales tenemos que ser guardianes de ese concepto de dignidad.
Cuando prendo la maquina sé qué alcance tiene, qué servidor lo tomó, conozco quiénes son los que garantizan que tenga un ámbito privado, pero para poder utilizar los sistemas tenemos que tener las condiciones óptimas. No podemos ir contra el avance de la tecnología, ni tampoco mi discurso pretende eso. Soy de promocionar que todos estos sistemas vengan a servirnos, no que vengan a condicionarnos ni a los operadores que lo vamos a utilizar, ni a los destinatarios de lo que hagamos a la hora de tomar decisiones”.
Al avanzar en ese concepto, dijo que “el verdadero progreso no se mide solo por los avances tecnológicos, sino por el uso ético y moral que se les da. Es fundamental desarrollar un pensamiento crítico para evaluar y decidir sobre el uso de la tecnología en nuestra vida. Cuando utilizamos la IA en el ámbito judicial, tenemos que tener formación continua sobre su uso. Primero ético y después pasamos al entusiasmo técnico porque así vamos a ver los beneficios que tiene”.
Para concluir, remarcó que “tenemos que ser éticos y trabajar con los técnicos y éstos últimos no pensar solamente en lo técnico sino también en lo ético, entonces hagamos capacitaciones técnicas que nos permitan pensar los otros contenidos”. Finalizada la exposición, se produjo un espacio de intercambios de puntos de vistas y opiniones entre los asistentes y el disertante, sobre aspectos legales, técnicos y experiencias que se presentan en el quehacer diario.