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La detección temprana del cáncer colorrectal es una herramienta clave para salvar vidas. En Argentina se registraron 15.863 nuevos pacientes con cáncer colorrectal, representando un 11,9% del total de casos de cáncer.
En Argentina, el cáncer colorrectal se ha consolidado como una de las principales preocupaciones oncológicas del país. Con más de 15.000 nuevos casos diagnosticados anualmente y más de 8.000 fallecimientos registrados en 2022, se posiciona como el segundo cáncer más frecuente en el país, superado únicamente por el cáncer de mama, de acuerdo con datos de Globocan.1
La detección temprana es el camino para cambiar esta realidad. El principal desafío reside en concientizar a la población sobre la importancia de realizarse chequeos preventivos de manera regular.
Muchos casos de cáncer colorrectal se detectan en etapas avanzadas, cuando las opciones de tratamiento son más limitadas y el pronóstico es menos favorable. Sin embargo, cuando se detecta a tiempo, es altamente tratable y, en muchos casos, curable, transformando el panorama para el paciente. La clave está en convertir la prevención en un hábito.
Factores de riesgo
El cáncer colorrectal no aparece de manera aleatoria. Los especialistas han identificado con precisión diversos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar esta enfermedad.
• En primer lugar, la edad se posiciona como el factor demográfico más determinante, con una marcada concentración de casos en personas entre los 65 y 80 años.
• En segundo lugar, los hábitos y el estilo de vida juegan un papel clave en el desarrollo de esta enfermedad. Se ha comprobado que una dieta deficiente en fibra, con escaso consumo de frutas y verduras, y abundante en grasas animales, carnes rojas y alimentos procesados, incrementa notablemente el riesgo de tener cáncer colorrectal.
• A esto se suman otros factores que pueden ser controlados, como el consumo habitual de alcohol, el tabaquismo crónico, la obesidad y el sedentarismo.
• Finalmente, la genética completa este tríptico de factores de riesgo, con patrones bien definidos: el 75% de los casos diagnosticados son esporádicos (sin antecedentes familiares identificables), mientras que un 20% presenta un componente familiar evidente, con antecedentes en parientes de primer o segundo grado.
La sintomatología: señales que no deben pasarse por alto
"Los síntomas del cáncer colorrectal se manifiestan como cambios en los hábitos intestinales, sangrado rectal o dolor abdominal, los cuales pueden ser sutiles o incluso inexistentes en las etapas iniciales. Por eso, la detección temprana a través de estudios regulares es fundamental, incluso si uno se siente bien", explica el doctor Gustavo Rossi (MN 95.243), Jefe de la Sección de Cirugía Colorrectal del Hospital Italiano.
De acuerdo con los especialistas, éstas son las señales que nos pueden indicar que debemos consultar con un especialista:
• Un cambio en los hábitos intestinales, como puede ser la diarrea o el estreñimiento, así como en la consistencia de las heces, durante más de cuatro semanas.
• La presencia de sangre rectal o sangre en las heces. Puede ser de un color rojo vivo o de una tonalidad más oscura. En cualquier caso, esto significa que debe consultar a un especialista cuanto antes.
• Dolor abdominal continuo, como calambres, gases o dolor.
• Una sensación de necesitar volver a defecar justo después de una deposición, como si no se hubiera conseguido vaciar por completo los intestinos.
• Cansancio o fatiga continuada.
• Pérdida de peso acusada sin una causa aparente.
Métodos de detección
En la actualidad existen diversos métodos de detección, desde pruebas no invasivas, como el test de sangre oculta en heces, hasta procedimientos más completos como la colonoscopia, la cual se considera la mejor opción para un diagnóstico certero. Otros métodos incluyen la sigmoidoscopia, un procedimiento médico que permite examinar el interior del recto y la parte distal del colon utilizando un tubo delgado y flexible con una luz y una cámara, la colonoscopia virtual y la prueba de ADN en materia fecal.
"Por lo general, estos exámenes pueden ayudar a detectar el cáncer colorrectal en sus etapas iniciales, cuando es pequeño, no se ha propagado y es más fácil de tratar. Un pólipo puede que tome tanto como de 10 años para que se convierta en un cáncer colorrectal", añade el doctor Rossi.
Siguiendo lineamientos internacionales, se recomienda iniciar la realización de colonoscopía a los 45 años en personas sin antecedentes familiares, y a los 40 años para quienes tienen historia familiar de la enfermedad, estrategia que optimiza la detección precoz y mejora significativamente el pronóstico.
Enfermedad silenciosa
“A pesar de ser una enfermedad silenciosa, es factible de prevenir dado que presenta una lesión precursora, el pólipo adenomatoso, de lento crecimiento, cuya detección y resección mediante colonoscopía permite disminuir eficazmente la incidencia”, afirma el Dr. Luis Caro (M. N. 51.580), presidente de Fundación Gedyt. A la vez, agrega que, “detectado tempranamente, las posibilidades de curación son cercanas al 95% y en esas fases de la enfermedad, las intervenciones tienen un perfil costo-efectivo muy favorable”.
Asimismo, la Dra. Julia Ismael (M. N. 94.807) directora de la Fundación Gedyt, refiere al preocupante porcentaje de la población que realiza los controles preventivos de cáncer de colon. “Es alarmante que en Argentina un muy bajo porcentaje de la población acceda a las medidas de prevención”. Tal es así que “la pandemia vino a empeorar el escenario incipiente del 25% de cobertura con caídas de más del 80%, que aún no se recuperan”. En ese sentido, indica que “se estima que sólo el 5%* de la población mayor de 50 años accede al screening de cáncer de colon”.
Abordaje terapéutico: tratamientos personalizados para cada etapa
En cuanto al tratamiento, el doctor Rossi explica que "la cirugía es comúnmente el primer paso en el tratamiento del cáncer de colon. Los avances en las técnicas quirúrgicas como la cirugía laparoscópica y la cirugía robótica permiten una recuperación más rápida y menos dolorosa para los pacientes. Dependiendo del estadio del cáncer, la cirugía puede ser curativa por sí sola o combinarse con otros tratamientos, como la quimioterapia o la radioterapia. Y resulta fundamental el abordaje multidisciplinario de estos pacientes para brindar la mejor opción terapéutica para cada paciente".
Aunque la cirugía sigue siendo fundamental, los avances en quimioterapia, radioterapia, terapias dirigidas e inmunoterapia han mejorado notablemente las tasas de supervivencia y calidad de vida de los pacientes, adaptándose a cada caso según su etapa, localización y condición general de salud.