El 12 de mayo de 1551, en Lima, se fundó la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la primera universidad de América, un hito clave que refleja el impacto duradero de la colonización española en el continente.
La creación de esta institución académica no solo marcó el inicio de la educación superior en América, sino que hoy día contribuye a desmitificar la leyenda negra que ha oscurecido la historia de la conquista española.
La leyenda negra es un término que se refiere a una serie de relatos y exageraciones que presentan a España durante su época imperial como un imperio brutal y sanguinario, responsable de la destrucción de las culturas indígenas, el sometimiento violento de los pueblos y la imposición de su religión.
Este relato, promovido por los rivales de España, como las potencias protestantes en el siglo XVI, pintó un panorama de terror y devastación, sin matices, ignorando las contribuciones fundamentales de la conquista a la estructuración de la América moderna.
La figura del conquistador fue retratada frecuentemente como cruel e insensible, y muchos de los logros que surgieron a partir de la colonización, como las reformas sociales, políticas y educativas, fueron relegados al olvido. Sin embargo, la fundación de la Universidad de San Marcos y otras instituciones educativas de la época de la conquista nos obliga a reconsiderar este relato.
La fundación de San Marcos en Lima no fue un hecho aislado, sino parte de un proceso más amplio de transmisión del conocimiento europeo a América, sino recordemos la fundación en nuestro territorio de lo que hoy todavía sobrevive como algo magnánimo y ejemplo vivido de la más alta educación, la Universidad de Córdoba.
A través de la educación, la corona española pretendió no solo evangelizar, sino también formar una clase dirigente que pudiera administrar sus nuevos territorios de manera eficaz.
Las innumerables universidades creadas por los españoles en el continente americano se erigen como símbolo de ese esfuerzo por promover el saber y establecer una estructura académica que perdurara en el tiempo. Además, estas universidades fueron claves en la creación de un nuevo marco intelectual en América.
A lo largo de los siglos, estas instituciones se convirtieron en un centro de pensamiento crítico y científico, atrayendo a figuras influyentes que ayudaron a dar forma a las ideas y la cultura del continente.
En sus aulas se cultivaron los primeros estudios de medicina, derecho, filosofía y otras ciencias, estableciendo los cimientos para la educación superior en toda América Latina.
Lejos de la imagen de destructores que impuso la leyenda negra, los colonizadores españoles, con sus imperios, trajeron una infraestructura educativa avanzada que permitió la creación de universidades, academias y colegios, elementos cruciales para el desarrollo intelectual y cultural de los pueblos americanos, cumpliendo no solo un rol académico, sino también un rol social y cultural.