30 de mayo, 2025
Entrevistas

Desde el Puestito de San Antonio hasta festivales internacionales, Sergio “Puma” Herrera ha hecho del muralismo una herramienta de memoria, identidad y transformación social. Docente y uno de los pocos artistas que dominan la técnica del esgrafiado, lleva en cada trazo el pulso de su tierra, el folclore y las luchas del presente.

A kilómetros de la Ciudad Capital de Santiago del Estero, en el Puestito de San Antonio, el pequeño Sergio comenzaba a descubrir el mundo del que sería parte. “Jugaba” a dibujar, con lápiz, lapicera, carbón, con la tierra de los parabrisas de los autos que llegaban al taller de soldadaduras de chapa de su padre o en los moldes de costuras de su madre. Todo lo que dejaba marca, y toda superficie que podía ser marcada, le permitía crear. 
Fue un libro el que lo acercó a las imágenes de los frescos de la Capilla Sixtina. Deslumbrado, empezó a tratar de dibujar la figura humana, dejando atrás el trazado de figuritas de súper héroes. La pasión por el dibujo fue aumentando y la certeza de que el arte era su camino apareció pronto. A pesar del desafío de lo lejano y lo desconocido se formó, con el apoyo de su familia, en el Profesorado de Artes Plásticas.

Sergio “Puma” Herrera, no solo se volvió docente. Durante el secundario, tuvo su primer acercamiento al arte mural, y desde ese momento se encendió una llama que hasta el día de hoy crece sin cesar. El proceso lento y minucioso que requiere realizar un mural lo atrapó e inspirado por las letras que sonaban en el folclore, se dispuso a pintarlos en la vía pública,  así conoció los condimentos que lo motivan a seguir.

Su arte ha llegado a diferentes partes del mundo y ha representado a Santiago del Estero en diferentes eventos internacionales. Ha participado de dos Bienal, una exposición de gran formato y de las más importantes del país a nivel internacional, una en Puerto Tirol Chaco y otra en Miramar, Buenos Aires. Actualmente, es uno de los pocos que realiza esgrafiado, una compleja técnica antigua que consiste en hacer capas de revoque colorido para luego raspar generando contrastes y crear un diseño. 

En un dialogo intimo con LA COLUMNA, el artista compartió detalles de su trabajo y trayectoria. 
-¿Qué busca transmitir con sus obras? ¿Qué temas no pueden faltar en su trabajo?

-Considero al muro como una importante herramienta de comunicación, y me gusta ponerme en el rol de facilitador para tocar temas de causa común, siempre revalorizando lo ancestral, la memoria, la verdad por justicia, en defensa de nuestros montes, de nuestra identidad latinoamericana, visibilizando luchas por los derechos, por el agua y nuestros recursos, a favor de los derechos de pueblos originarios, por la paz. En mis obras, lo que no puede faltar es un mensaje. Trato de no pintar por pintar bonito no más; me tomo el trabajo de ver el contexto y tenerlo en cuenta a la hora de plasmarlo. Lo que busco transmitir es que sea entendible y pueda generar alguna reflexión al espectador. Intento contar un relato en imágenes, revalorizando la cultura de Santiago del Estero, homenajeando a su folclore.

-Ha sido parte de la Galería de Arte a Cielo Abierto de Salavina. ¿Puede comentarnos sobre eso?
- Sí, participé desde el primer encuentro. Venía creciendo mucho y, este último tiempo, empezó a costar llevarlo adelante, pero estamos con el compromiso de sostenerlo. Es un lugar que tiene más de 30 murales de diferentes artistas nacionales e internacionales que pasaron por esta tierra mágica y ancestral donde nació la chacarera. El primer organizador fue el muralista Lisandro Urteaga, y en varias oportunidades lo hicimos de manera colectiva, con apoyo de compañeros de otras provincias. En estos últimos años, yo estuve realizando lo que se denomina Sachaencuentro de Arte Mural en conjunto con la comisión municipal de Salavina. Es un lugar al que siempre quiero volver, especial para mí por su gente, su cultura y la magia y energía que se siente ahí.

-¿Qué siente de haber llevado su arte a otros lugares y representar a Santiago del Estero en encuentros internacionales?
-Es hermoso ir a encuentros de muralismo y arte público. Desde el compartir con gente que tiene tu misma pasión, conocer maestros de los cuales se aprende un montón, conocer gente, cultura y lugares increíbles. Es un honor muy grande representar a la provincia adonde vaya. Tengo un orgullo santiagueño que trato de que no sea desmedido, pero a donde voy llevo nuestra cultura y, con mucho respeto, trato de compartirla. En algunos encuentros y festivales internacionales me tocó ser el único argentino, y se siente algo increíble representar a la provincia y al país. He tenido la suerte de que se me abrieran varias oportunidades de viajar, muchas invitaciones y recomendaciones, de las cuales estoy muy agradecido. Donde tuve una experiencia de un año fue en México. Estuve ahí en una escuela de muralismo y participando de un proyecto municipal en Hidalgo, en donde pinté en muchas comunidades y en edificios públicos, como en la universidad y en establecimientos de salud. Fue una experiencia tremenda, la cual elegí porque era todo un sueño que se hacía realidad.

-¿Cómo llega a realizar la técnica de esgrafiado?
-Fue una búsqueda personal para incorporar otra técnica más. Me gusta seguir aprendiendo siempre. Tuve varios maestros y maestras que me fueron compartiendo sus conocimientos: referentes de las provincias de Chaco, de Corrientes, de Córdoba y de Buenos Aires, de los que fui aprendiendo en diferentes oportunidades. Pude traer al  maestro Marcelo Carpita, docente y muralista de vasta trayectoria de Capital Federal,  a compartir un taller de esta técnica en el espacio Sachataller. En un taller intensivo pudimos dejar un mural de importantes dimensiones en una  pared que da a la vía pública, en el Puestito de San Antonio. Me gustan mucho los resultados finales: la combinación de los materiales convencionales de construcción con resultados artísticos increíbles y más duraderos.

-De todo su recorrido. ¿Cuál ha sido su experiencia y obra más significativa?
-Es una pregunta muy difícil de responder, ya que viví muchas experiencias increíblemente hermosas. Una podría ser que pinté un mural en un festival de arte urbano en Lisboa, Portugal, y la temática del mural era el trabajo en la tierra, justo el 1ro de mayo, Día del Trabajador. Utilicé la canción de Jacinto Piedra en la que dice “hombre es el que trabaja lejos de la violencia”, y unos días después empecé una comunicación por redes con el hijo de Jacinto Piedra, Gregorio Gómez Cantos, que me invitaba a su casa en Múnich, Alemania. Fue increíble eso. Desde ese momento tengo una relación de amistad con él y su familia. Otra fue pintar en festivales como el de Cosquín, en el escenario Mayor, en Jesús María, en La Salamanca también. Fueron lindos momentos que me regaló el arte de la pintura.

-¿En qué está trabajando ahora?
-Ahora estoy trabajando con un proyecto de murales en Timbúes, provincia de Santa Fe, organizando encuentros y realizando talleres en diferentes comunas y municipios. Y en Santiago, con el Sachataller Espacio de Artes, de manera autogestiva e independiente fuimos creando un lugar para compartir diferentes talleres, como cerámica ancestral, bordado mexicano, fotografía, percusión y talleres de arte mural. También tengo un emprendimiento familiar de Remeras Sachapuma, con motivos de pinturas de cuadros que realizo.

Compartir: