Nadie puede parar el ritmo arrollador de Red Bull y el bicampeón mundial Max Verstappen, quien este domingo ganó el Gran Premio de Bélgica y obtuvo su décima victoria de la temporada, la octava de forma consecutiva. La escudería austríaca festejó por duplicado, ya que Sergio Pérez llegó segundo y logró el 1-2 del equipo.

La decimotercera victoria consecutiva de Red Bull convirtió al equipo en el primero en los 73 años de historia del deporte automotriz en ganar las primeras doce carreras de una temporada, una más de las que logró Mclaren en 1988, con Ayrton Senna y Alain Prost.

Verstappen, que salió sexto después de una penalización de cinco puestos en la parrilla, amplió su ventaja en el campeonato sobre Pérez a 125 puntos (equivalente a cinco carreras), después de recibir la bandera a cuadros 22,3 segundos por delante de su compañero mexicano y Charles Leclerc (Ferrari).

El uno-dos fue el quinto de la temporada para la escudería austríaca y, por otro lado, fue tan cómodo para Verstappen que sus conversaciones por radio con el ingeniero de carrera Gianpiero Lambiase dieron mucho más que hablar y mostraron otro domingo su dominio supremo en la categoría.

«¿También podría seguir adelante y hacer otra parada? Un poco de entrenamiento de paradas en boxes», sugirió Verstappen a 14 vueltas del final del Gran Premio de Bélgica. «No, esta vez no», fue la concisa respuesta del ingeniero.

Previamente, Lambiase le había dicho a Verstappen que «usara un poco más la cabeza» y cuestionó si había sido sensato que el piloto forzara tanto los neumáticos en su vuelta de salida tras una parada. «Max, por favor, sigue mis instrucciones y confía en ellas», fue la recomendación de Lambiase a su piloto.

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