Paulino Rodrigues es un politólogo y periodista argentino. Escribe una columna para el diario La Nación y actualmente trabaja en La Nación +.
En este diálogo con LA COLUMNA, el reconocido periodista -que pasó días de fuertes críticas por parte del presidente Milei- comparte vericuetos de la profesión y cuenta cómo ve el país, en la complejidad del panorama actual.
L.C.: Hace poco celebramos el día del periodista. Me parece atinado preguntarle, ya que usted está en un ámbito de mucha competencia, ¿cómo maneja el tema de los egos?
P.R.: Respecto a los egos y cómo manejarlos, calculo que en cada profesión hay una cuota de ego importante. Me parece que a veces es natural que eso suceda. Mucho más en personas que están muy expuestas. Pero, por sobre todas las cosas, está la calidad humana en el marco relacional, en las relaciones que construimos como en la vida misma. Así que en ese sentido me manejo con esa lógica.
L.C.: El presidente Milei ha dado muestras de su animadversión al periodismo en reiteradas ocasiones. ¿A qué cree que obedece esta virulencia?
P.R.: En cuanto a la virulencia hacia el periodismo la evidencia es harto conocida. Son ataques personalizados de un presidente que no escatima en vituperar a dirigentes políticos, adversarios, economistas o periodistas que digan, piensen, o manifiesten lo que él no piensa o no comparte.
L.C.: ¿Cree que parte de su enojo, tan abiertamente manifestado, obedece a que en el fondo esconde su poca cintura política?
P.R.: En cuanto a si es falta de conocimiento político y su verdadero repudio hacia los medios en general, supongo que es una estrategia fundamentalmente y, aparte de ser una estrategia, debe de haber ahí un encono personal en algunos casos.
“FUE UN DESATINO”
Hace poco tiempo, el presidente Milei, a raíz de la aparición mediática de un chico con autismo en los medios, Paulino invitó a los padres del niño y Milei salió al cruce inmediatamente, con una publicación en X, tildándolo, rebautizándolo “Pautino”, y a los padres del chiquito, como “ultrakirchneristas”. Al respecto LA COLUMNA consultó al periodista.
P.R.: En el caso de la persona con condición de autista, creo que la opinión del presidente fue desacertada y la verdad que, a mi gusto, absolutamente injusta. Con lo cual no tengo mucho más que agregar que lo que dije en público; que fue un desatino.
La situación es crítica en buena parte del país. La emergencia en discapacidad es un tema que está discutiendo el Congreso. Podemos discutir el sistema, podemos discutir el nivel de prestaciones, podemos discutir los honorarios profesionales, los nomencladores, lo que no podemos hacer es destratar a aquella persona que está en una condición particular, un tratamiento especial o al menos que alguien tenga una mirada más atenta para que esa problemática pueda ser abordada desde una forma más integral.
L.C.: ¿Cómo ve a Milei como presidente? ¿es un convencido, sabe lo que hace o arrebatadamente nos va a llevar a un colapso?
P.R.: Veo en Milei a una persona convencida de que lo que está haciendo es lo correcto y además tiene un alto nivel de ideologización. En momentos determinados aparece con alta dosis de pragmatismo, lo cual es bueno. Creo que, por momentos, está procurando más tener razón que ser eficaz, eso puede ser un aspecto que lo conduzca por el mal camino, pero él está convencido de lo que está realizando.
“EL DIFÍCIL CLIMA SOCIAL”
L.C.: ¿Cómo ve el ambiente social argentino en la actualidad?
P.R.: El clima social argentino es, por un lado, de frustración; en otro sentido, hay una enorme esperanza; en el medio, bastante desolación, yo diría apatía y, por cierto, se mantiene cierto clima de enojo, ira, basado en años de una economía estancada. Encima, las condiciones de vida no han mejorado, sino que en muchos aspectos ha empeorado.
L.C.: En una oportunidad, el presidente dijo que usted es el peor de los “Kukas”, por haberse, según su observación, sumado tardíamente a las huestes kirchneristas. ¿Qué opina de eso?
P.R.: Creo que el hecho no justifica mayor análisis. En definitiva, sus palabras hablan más de él que de mí.
L.C.: Tiene amigos en el medio. Se me ocurre que es como una suerte de “hoguera de las vanidades” el medio periodístico capitalino y al nivel en que usted trabaja.
P.R.: Tengo amigos en el medio, muchos y buenos, más allá de la hoguera de las vanidades a la cual te referís, que existe en todas las actividades, supongo.
CRISTINA Y LA CONDENA
L.C.: ¿Podría compartir con nosotros su opinión sobre la condena a Cristina Fernández de Kirchner?
P.R.: La condena a Cristina Fernández de Kirchner es una condena propia de existir hecho y prueba. Lo han narrado los fiscales, lo han corroborado los jueces en segunda instancia, Casación lo validó, y la Corte no encontró elementos para revisar lo actuado a propósito de haber observado que las garantías constitucionales se habían cumplimentado al igual que el debido proceso. Me parece que es un tema cerrado. Ahora hay una vuelta de página y termina, ciertamente, por condenar a una ex presidente, con todo lo que eso implica. Carlos Menem es el antecedente más inmediato. En una fórmula presidencial, la de Cristina junto a Amado Boudou en el 2011 donde ambos terminaron condenados.