15 de abril, 2025
Pienso, luego existo

Un decreto del Triunvirato del 9 de abril de 1812 ponía fin al comercio de esclavos, luego de un año, la Asamblea Constituyente declara que serán personas libres todos los hijos de madres esclavas, aunque debió esperarse hasta 1853 para la abolición definitiva en términos constitucionales.

El 14 de mayo de 1812 el gobierno ordenó publicar en la Gazeta "el decreto superior del 9 de abril sobre la prohibición de la introducción de los esclavos".

Este acontecimiento, aunque quizás poco conocido, fue un gesto de gran simbolismo que anticipaba las transformaciones sociales y políticas que vendrían en los años siguientes. La medida fue no solo un avance en el camino hacia la libertad y la justicia, sino también un preludio de la Asamblea del Año XIII y de la futura Constitución Nacional, documentos fundamentales que cimentaron la abolición de la esclavitud en el país y la defensa de la libertad de todos los habitantes.

En 1812, las Provincias Unidas del Río de la Plata se encontraban en una situación convulsa. La Revolución de Mayo de 1810 había marcado el inicio del proceso de independencia del dominio español, pero aún quedaban muchos desafíos por superar, tanto en el ámbito político como social.

En este contexto, la cuestión de la esclavitud seguía siendo una herencia colonial que perduraba, especialmente en las economías vinculadas a la producción agrícola y ganadera, sectores que utilizaban mano de obra esclava para sostenerse.

Aunque en las primeras décadas del siglo XIX ya existían debates en varios países sobre la esclavitud y su futura abolición, en el Río de la Plata la esclavitud seguía siendo una institución vigente.

El decreto histórico que prohibió la introducción de nuevos esclavos al territorio era un primer paso, aunque no eliminaba la esclavitud en su totalidad, representaba un avance en la lucha por la libertad y la dignidad de los seres humanos, y constituía un claro mensaje de los ideales que guiaban el proceso independentista.

La prohibición de la introducción de esclavos en el territorio de las Provincias Unidas del Río de la Plata fue un acto simbólico, cargado de significado. En primer lugar, esta medida reflejaba la influencia de las ideas revolucionarias de la época, que abogaban por la igualdad y la libertad para todos los hombres, sin importar su raza.

En segundo lugar, fue un paso concreto hacia la erradicación de una de las instituciones más opresivas y deshumanizantes de la sociedad colonial, aunque no se trataba de una abolición total de la esclavitud.

El decreto del 9 de abril de 1812 también puede verse como el preludio de la Asamblea del Año XIII, que se convocó en 1813 para sancionar una serie de decisiones fundamentales para el futuro de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Esta Asamblea fue clave en la historia de Argentina, ya que en su seno se sancionaron leyes que sentaron las bases de una nación libre y soberana.

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