Una durísima historia de abuso ocurrida en 2018 acaba de salir a la luz ahora, tres años después de que una adolescente que había llevado a vacunar a su beba de 5 meses le confesó a la enfermera que la niña era hija suya y de su hermano, quien la violaba hacía varios años. El abusador, que desde ese entonces se encontraba prófugo, fue finalmente detenido el lunes en una obra en construcción en Tigre, Buenos Aires.
La confesión de la adolescente se dio en agosto de 2018 cuando llevó a vacunar a su beba a una unidad sanitaria de Merlo. Cuando la enfermera que la recibió le preguntó por la madre de la pequeña, recibió una sorprendente respuesta: «Soy yo» fue la respuesta de la joven, dando inicio a al valiente testimonio sobre una artroz historia de abuso y violencia intrafamiliar.
La historia detrás de la detención del sospechoso, se originó gracias a la interacción y confianza que supo generar la enfermera de la salita de salud con la chica, de quien, por protección, no se difunde la identidad.
La mujer encargada de aplicar las vacunas le hizo saber del caso a una trabajodra social del municipio, que posteriormente entrevistó a la menor articulando con la Psicóloga de la unidad sanitaria. Finalmente, se realizó la denuncia correspondiente.
El abusador, Luis G.P (también se preserva su identidad para proteger a su víctima menor de edad), atacó sexualmente a su hermana, que producto de esas violaciones quedó embarazada y dio a luz el 28 de marzo de 2018.
Luego de la confesión y del inicio de una investigación en la justicia, la menor continuó en su vivienda familiar, y lejos de recibir apoyo, enfrentó los reproches y ataques de otros familiares y vínculos cercanos. Condenaban que acusara a su hermano de semejante aberración e, incluso, era acusada de haberlo provocado.
La adolescente fue derivada a un tratamiento terapéutico con la Licenciada Victoria Martí (MP 98353 y MN 68214), psicóloga del sistema sanitario de Merlo.
El abandono de su familia
En esas conversaciones de terapia la joven hablo del «innombrable», como se refiere al abusador, y también contó del maltrato y abandono que sufrió por parte de su familia. «Le pedían que se hiciera cargo de la beba cuando no tenia para comer y mucho menos para los pañales. Vivía completamente abandonada. Así es que pudo irse de su casa, siempre con su beba para estar institucionaliza», detalló Martí.
La causa judicial siguió su curso y la fiscal del caso, Paula Hondeville, de la UFI N° 10 de Morón, ya habia recibido el aval del Juez de garantías N°3, Ricardo Fraga, para la detención del sospechoso, pero no se logró dar con su paradero. Luego de un contacto con Asuntos Especiales de la policía se aceleró la investigación para encontrar a quien se estaba prófugo desde hacía tres años.
Una división de ese Departamento de la Policía Bonaerense, a cargo del Comisario Flavio Andrés Marino, arrestó el lunes a Luis G.P, quien se encontraba a prueba en un nuevo trabajo, una obra en construcción en Tigre. «El acusado no opuso resistencia», hicieron saber fuentes del procedimiento.
Se lo acusa de abuso sexual con acceso carnal agravado por haber sido cometido contra una menor de 13 años aprovechando su situación de convivencia preexistente.
La joven y su niña buscan ahora un hogar de tránsito que les abra sus puertas con amor y contención a ambas, para no tener que volver a una institución de régimen cerrado, ni tampoco a su casa de origen./Clarín