21 de septiembre, 2024
Emprendedor

Con garra de mamá y espíritu emprendedor, Pamela Cardozo, se lanzó hace seis años a la gastronomía. Lo que en principio era solo una fuente de ingresos, mutó a un proyecto de desarrollo personal al que pone cuerpo y alma; mientras difunde las virtudes de la alimentación saludable.


“Haciendo el bien no te puede ir mal”, dice Pamela Cardozo (40), la emprendedora detrás de “Tentempié Dulces y Salados”. Sus clientes saben de ella porque construyó su marca mostrando con su imagen, lo que a diario explica en las redes sociales: Que la comida saludable es fuente de bienestar y que no se necesita ser millonario para acceder a ella.

Este proyecto tomó ribetes quizás impensados para esta vecina del barrio Siglo XXI. Su incursión por la cocina comenzó en 2017, mientras buscaba una fuente de ingresos que le permitiera criar a su hija que entonces tenía solo unos siete meses de vida. El rubro de trabajo no era un problema para ella. Fue cadete y empleada doméstica; pero descubrió que lo que mejor le sentaba era vender productos elaborados en su cocina.  

Arrancó desde cero, preparando bombones con los conocimientos básicos que tenía. Recuerda que al principio todo era más complejo. Como no contaba con medio de movilidad se trasladaba en colectivo, con su hija en brazos para entregar el producto a sus clientes.

Poco a poco construyó un mejor contexto que le permitió trabajar más cómoda y que, a la vez, le garantizó tiempo de calidad con su pequeña. Paralelamente, incorporó nuevos hábitos de vida que inclinaron la balanza por la alimentación cetogénica y, consciente de sus buenos resultados, decidió difundirlo a través de su marca.

Hoy, “Tentempié”  presenta una amplia variedad de productos conocidos como “keto”, una dieta que se caracteriza por un bajo consumo de carbohidratos y alto en grasas. Pamela asegura que comenzó a experimentar cambios muy positivos en su salud y sus condiciones físicas, gracias a esta nueva forma de alimentarse. Ahora está completamente segura de que “lo natural es sano, la comida real es sana”, así como la grasa saludable.

En los años que lleva su proyecto, esta mamá emprendedora aprendió que “el prestigio se gana manteniéndose y perdurando en el tiempo” a base de un trabajo honesto. Así lo revela en la siguiente entrevista, mientras repasa el paso a paso de lo que fueron sus inicios y comenta sobre su próspero presente.

-¿Qué es “Tentempié Dulces y Salados” y cómo nace?

- La palabra tentempié viene del significado refrigerio. Es como una entrada antes del plato fuerte… puede ser un tentempié clásico o un tentempié saludable.

Nace para poder tener un ingreso económico, cuando mi hija tenía meses de vida. Yo empecé produciendo bombones en invierno, después yogures en verano, y más adelante me fui animando a la pastelería clásica en porciones surtidas dentro de una cajita. Después armé desayunos y picadas, luego tortas para seguir en mesas dulces y/o saladas para eventos grandes. Así nació “Tentempié Dulces y Salados”.

-¿Qué productos ofrece actualmente?

-Actualmente solo realizamos productos saludables, más específicamente para alimentación cetogénica. Todo de forma natural; las mermeladas, dulce de leche, caldos de hueso, jugos verdes, las harinas son semillas de primer molienda.
Ofrecemos pastelería, panadería y viandas saludables para lograr el cambio metabólico y también hábitos saludables; puesto que al ser naturales nutren y sacian más el organismo.

-¿Cuándo incorporas la alimentación saludable y por qué?

-La alimentación saludable surge en mi vida por personas cercanas. Algunas con buenas anécdotas, como descenso de peso rápido y otras anécdotas tristes de personas que se enfermaban de cáncer y debían comer saludable de forma obligatoria.

Me tocó muy de cerca y empecé a investigar, leer, ver videos, podcast y todo lo necesario para entender muchas cosas desconocidas por mí en ese momento.

-¿Cómo aprendiste de cocina?

- Aprendí de cocina viendo a mis abuelas y a mi mamá cocinar, más que nada con la llegada de mi hija, cocinándole a ella y después buscando vender para sustento de ambas…cuando vi que la gente me compraba y tenía retribución económica empecé a ver en redes videos, más que nada, en YouTube. También veía mucho el gourmet en tele y así fui metiéndome en el mundo de gastronómico, aprendiendo y practicando.

- ¿Notas una mayor demanda de productos saludables por parte del público?

- Si…la gente está tomando más conciencia del cuidado de la salud. Pasa que tenemos como conocimiento que lo saludable es caro, que solo la gente de dinero tiene acceso a comer sano. Pero la alimentación cetogénica me demostró que no; que muchos productos de la industria que teníamos como sanos son malos. Y totalmente lo contrario a lo que nos transmiten en una propaganda televisiva o lo que fuere, lo natural es sano, la comida real es sana, la grasa saludable sana, y trato de transmitir y ayudar a que la gente conozca esto y que saquen tabúes.

-¿Qué repercusión tienes por parte de tus clientes?

- Mis clientes fueron creados por el “boca en boca”, por la recomendación, la mayoría de los emprendedores apasionados por nuestros productos seguimos gracias a clientes satisfechos y así la rueda va girando y crecemos. 

En mi caso, yo logré armarme un cimiento bien fuerte plasmado en mi propia experiencia, siendo de guía para todas las personas que quieren lograr el cambio metabólico o bien hábitos saludables. Lo fui haciendo y descubriendo sola con mi vivir y sentir. A cada cliente que me pregunta algo, por experiencia vivida sé acompañarlo en el proceso de cambio, tanto emocional, como físico, mental y por supuesto, con comidas.

-¿Cuál crees que es el secreto para sostener un proyecto de estas características?

- Somos lo que comemos… Eso también lo aprendí. Todo en la vida debe tener argumento, porque todo en la vida tiene solución. Yo tenía muchas preguntas que, si bien no tienen nada que ver con lo gastronómico, indirectamente influyen… Mi pasión por cocinar la descubrí en el proceso de tener un sustento para mi hija. Y la vida me llevó a crecer y aprender cada vez más.

En un momento de mi vida hice un click, donde creía haber experimentado todo lo que tenía a mi alcance. Hasta estudié en el IGA, pero mi pasión me llevó a conocer más, y así llegué a la relación de la comida con la biología, el cuerpo humano, las emociones y el desencadenamiento de enfermedades.

Me súper motivó encontrar buenos argumentos y me animé a experimentar todo. Viendo y viviendo mis resultados me animé a transmitir ayudar, guiar y enseñar. Llevo casi cinco años de alimentación cetogénica y puedo decir, con mucho orgullo y satisfacción, que personas dejaron de consumir fármacos y hoy pueden permitirse disfrutar de una vida óptima.

Y el secreto para mí es eso: vender con argumento, poniendo las manos en el fuego por tu producto, y sobre todo que sea persistente y real perdurando en el tiempo. Haciendo el bien no te puede ir mal…

-¿Puedes vivir de esto o tienes otro empleo? ¿Cómo organizas tu trabajo?

- Siempre traté de vivir de mi emprendimiento porque tengo que criar mi hija. Ella se crío viéndome trabajar siempre en la cocina.
Al principio de “Tentempié” trabajaba muchísimo. Lo que sea que vendía se lo llevaba al cliente en colectivo con mi hija a upa, después alquilamos un departamento céntrico y los clientes retiraban o enviaban cadetes. 

En época de pandemia crecimos con desayunos y tortas a domicilio. Muchos clientes de otras provincias enviaban sus presentes con nosotros. Después incorporamos muñecos con personajes para hacer las entregas, luego eventos… Contraté gente para que me ayude a producir y así fueron surgiendo todos los cambios, siempre evolutivos y superando lo que se me presentaba, venciendo miedos, y animándome a lo que me permitía crecer.

Mi hija, Josefina, se crío siempre con mamá trabajando en la cocina y mi crianza con ella fue enseñándole a que sea una niña independiente, pero sabiendo que mamá está siempre. Todo lo resolví en ahorro de tiempo: escuela cerca, compras cerca, cadetes, mucho celular para comprar, pagar, vender y así todo en mi vida se ordenó.

Siempre dejo dos días de ocio para mí y para mi hija. Los demás días trabajo hasta que mi cuerpo,  tiempo e hija lo dispongan. En base a las entregas organizo todo. Primero mi trabajo que es lo que me permite realizar demás actividades; obviamente siempre que mi hija y yo estemos bien. “Tentempié” nos ayudó siempre a tener una vida muy linda, disfrutamos de pasear, de deportes, de tener lo necesario y también ambas disfrutamos mucho trabajar. A Josefina también le gusta mucho cocinar con sus 7 años.
 
-¿Qué tan importantes son las redes sociales para tu emprendimiento?

-Las redes sociales actualmente son todo. Yo Soy gracias al Internet.

Pero también tienen mucho que ver tus objetivos y metas… La mía fue siempre que a mi hija no le falte nada, que sea una niña forjada. Eso me llevó a no quedarme quieta tratando de buscar la forma. No siempre mi vida fue emprender en pastelería; trabaje limpiando casas y también en una cadetería. Vivimos en pensión, en casas prestadas y así…hasta que esto surgió, pasaron muchísimas adversidades a superar, tremendas, tristes, duras; pero con una satisfacción enorme de haberlas superado y agradeciendo todo, porque es lo que te permite crecer mucho más.

Con internet aprendí la mayoría de las cosas…las redes me ayudaron a mostrar lo que aprendía, me ayudaron a que lleguemos a los clientes. “Tentempié” es gracias, primero a las redes que fue la herramienta para que nos conozcan; después a los clientes que nos recomendaban y compartían un link del cual nos llegaron más clientes produciéndose así demanda y perdurando en el tiempo.

-¿Qué crees que diferencia a tus productos del resto de igual rubro?

-La diferencia de “Tentempié keto” con otros emprendedores saludables, creo que fue siempre plasmar la realidad que transité en mi cambio metabólico. Si bien, exponerse no es fácil y cuesta, es lo que me permitió estar en el mercado y seguir viviendo de esto. 

Entonces, es muy contradictorio no transmitir “por redes” los beneficios que obtengo al consumir keto. Yo lo transmito más en carne propia, compartiendo mis cambios físicos, mis experiencias, lo bueno, lo no tan bueno y así con todo. Eso hace empatizar con el cliente; puesto que si el cliente siente algo, yo puedo asesorarlo y guiarlo por experiencia propia, sea lo que sea. Y así con casi todos, al ser algo poco conocido, muchos tienen miedos.

-¿Cómo de te definirías como emprendedora?

-Como emprendedora soy igual que todos los emprendedores. Creo que a todos nos surgen cosas buenas, miedos, dudas; pero gracias a Dios entendí que solo hay que continuar…seguir…el prestigio se gana manteniéndose y perdurando en el tiempo y siempre con honestidad.

-¿Podrías nombrar una o dos cosas que hayas aprendido sobre la tarea de emprender?

-Emprender me enseñó a ser constante y a que, más allá de que un emprendimiento, la mayoría de las veces te apasione y te reditúe económicamente, hay que tratar de que no llegue la codicia y aprender a disfrutar de la vida, porque el tiempo pasa rapidísimo.

-¿Qué te gustaría incorporar a este proyecto para que crezca?

-Siempre a lo que aspiro es a crecer, así podemos ayudar a más gente, pero todavía no encontré el momento.
Me gustaría producir más cantidad y para eso debería contratar más empleados, es algo a lo que aspiro en un futuro no muy lejano.

-¿Qué consideras que se podría hacer desde el Estado para ayudar a los emprendedores?

-Nunca tuve ayuda del Estado para mi emprendimiento. Si sé de gente, mucha, que recibió ayuda del Gobierno y esa gente por ahí no es tan apasionada o emprendedora como dice serlo. Yo creo que el Gobierno debería hacer investigación, aprovechando redes sociales y todo lo que conlleva eso: difusión, comentarios, crecimiento, además del lugar físico donde se realice el emprendimiento. 

Hay mucha gente del interior que no cuenta con oportunidades para llegar a dicha ayuda…pero hoy las redes nos acercan. Entonces, creo que es un factor clave investigar para llegar a quienes realmente necesiten ser ayudados. Tal vez hay muchas madres solteras que con una batidora hoy pueden resurgir solas, como lo hicimos mi hija, Josefina, y yo.