19 de diciembre, 2025
Espectáculos

Con más de 70 emprendedores, artistas en vivo y un clima festivo, este 21 de diciembre llega la tercera edición de la propuesta que mezcla creación local, tradición y comunidad.

Hay ferias que se esperan como quien espera el verano. Que vuelven con la fuerza de lo que ya se hizo nombre y, cada tanto, estrenan un brillo nuevo. ArteVivo es una de ellas. Y esta vez —en su 3.ª edición, especial Navidad— regresa con la promesa de convertirse en ese paseo donde la ciudad respira más lento, donde el tiempo se mezcla con el aroma a mate, el sonido de los músicos probando micrófonos y el movimiento inquieto de los artesanos preparando sus puestos.

El próximo domingo 21 de diciembre, desde las 18 hasta las 24, el espacio volverá a abrir sus puertas para que los visitantes encuentren sus regalos navideños entre manos santiagueñas, como define la organizadora Naisha Chandi, que insiste en remarcar un espíritu: “queremos que la gente compre a quienes crean, a quienes producen desde la provincia, que sientan que cada pieza lleva un pedacito de Santiago”.

La feria se ha consolidado como un punto de encuentro para marcas de productos o servicios manufacturados, de creación propia. Los revendedores, si bien no están excluidos, deben consultar previamente. “La idea es priorizar el trabajo original, el diseño propio”, explican desde la organización. Y con esa consigna, este año la propuesta se expande.

Más de 70 emprendedores, artesanos y diseñadores confirmaron su presencia. Los hay de todos los rubros: desde joyería contemporánea hasta tejidos tradicionales, desde objetos de cerámica hasta cosmética natural, pasando por textiles, ilustraciones, juguetes, decoración y piezas únicas que no suelen encontrarse en circuitos comerciales tradicionales.

Pero eso no es todo. La feria incluye food trucks de helados y jugos, un bar abierto para quienes prefieren sentarse a disfrutar de la noche, y un espacio para niños que convierte la visita en un paseo familiar. También habrá empresas locales que acompañan con sorteos y regalos, sumando ese toque navideño que se mezcla con luces cálidas, música y colores.

 

Arte vivo… literalmente

Si algo distingue a ArteVivo es que la feria no solo expone: muestra procesos. En esta edición, los organizadores decidieron ampliar los espacios donde los emprendedores pueden revelar cómo trabajan, cómo moldean, cosen, pintan o diseñan. Un rincón especial estará destinado a quienes quieran hacer demostraciones en vivo —sin costo adicional—, en un ida y vuelta que suele atraer a curiosos, estudiantes y amantes de los oficios.

Los artistas plásticos creando en vivo serán otro de los puntos altos. Entre pinceladas y carbonillas, la feria se vuelve una especie de taller abierto donde es posible ver cómo nace una obra, cómo se construye un trazo, cómo la inspiración se mezcla con las charlas espontáneas del público.

La presencia de la Agencia Look Models, con más de 30 modelos en escena, suma un plus visual y dinámico: un desfile donde los emprendedores pueden mostrar sus productos en movimiento, lucidos por jóvenes que suelen convertirse en embajadores espontáneos de los diseños locales.

Además, el tradicional micrófono abierto vuelve a decir presente. Allí, cada emprendimiento puede presentar su historia, contar qué hace, cómo nació su marca, por qué elige producir en la provincia. Es un gesto sencillo pero potente: la feria no solo vende, sino que acerca voces, reconoce trayectorias y habilita diálogos.

Quienes deseen ir más allá tendrán la posibilidad de usar un espacio para dictar talleres durante el horario del evento. Es una oportunidad para quienes buscan acercar técnicas, compartir saberes o simplemente sumar una experiencia práctica a la jornada.

Un paseo para quedarse

Si en algo coincide el público de ediciones anteriores es que ArteVivo no es una feria para pasar de largo. Es un sitio para quedarse, para caminar despacio, para dejarse llevar por los colores, las texturas, la música y la conversación fácil entre los puestos. "Es un lugar hermoso para pasar la tarde-noche en familia o con amigos. Podés llevar tu mate o disfrutar del bar abierto", resumen desde la organización.

La edición navideña busca reforzar ese espíritu: que el encuentro sea algo más que una compra; que se vuelva un momento de comunidad, una celebración de los oficios, de la economía local, de las manos que producen lo que después regalamos para abrazar a otros.

En un diciembre donde la ciudad se enciende entre fiestas, cierres de año y compromisos, ArteVivo ofrece una pausa luminosa. Un respiro. Una feria que se vuelve paseo, una feria que se vuelve relato de identidad.

Y tal vez sea por eso que cada año crece un poco más. Porque quienes pasan suelen volver. Porque quienes crean encuentran una vidriera amplia, cuidada, generosa. Y porque, como repiten los organizadores, “ArteVivo no es solo un evento: es un proyecto que crece, que escucha y que acompaña a la comunidad emprendedora”.

El 21 de diciembre, cuando el sol se esconda y las luces empiecen a marcar el pulso de la noche urbana, ArteVivo volverá a desplegarse. Con música, con arte, con creadores en acción. Y con esa mezcla de feria, crónica urbana y ritual comunitario que ya es parte de su identidad.

Una invitación abierta, luminosa y festiva para cerrar el año entre manos santiagueñas.

 

Compartir: