La lucha de los campesinos por el derecho a la tierra no es tema nuevo. Los avasallamientos de sus derechos sobre el suelo que habitan desde tiempos inmemoriales se convirtieron, lamentablemente, en moneda corriente. Sus reclamos por los atropellos sufridos se acumulan junto a las denuncias contra aquellos empresarios desaprensivos que no dudan en utilizar topadoras para arrasar el campo junto con bandas armadas para expulsar a los legítimos poseedores ancestrales.
Así es que hay una lista de hechos que tienen como víctimas a campesinos, quienes murió defendiendo su derecho a la tierra.
Entre los antecedentes violentos se destacan las muertes de:
-Sandra Eli Juárez:
Tenía 33 años. Murió de un para cardiaco el 13 de marzo de 2010, cuando se paró frente a una topadora que pretendía arrasar el territorio ancestral.
En medio de un desmonte, cuando tres topadoras de la empresa Namuncurá avanzaron sobre las tierras de San Nicolás, con una orden judicial en la mano y policías uniformados asegurando el desalojo de su comunidad, Sandra no pudo resistir. Se descompensó después de que voltearan la primera planta. “Esta tierra es nuestra”, gritó y cayó.
Tenía dos hijos, Damián (14) y Agustina (7). Estaba casada con Gustavo. “Era una mujer campesina, esposa y madre, animadora comunitaria en San Nicolás y, como toda mujer del monte santiagueño, se ocupaba de la crianza de sus dos hijos chicos, las tareas de la casa, cuidar los animales, buscar leña para la cocina. También trabajaba como cocinera en la escuela durante las mañanas”, contó el sacerdote Sergio Gustavo Raffaelli.
-Cristian Ferreyra:
Tenía 23 años, era un referente de la comunidad Lule Vilela de Santiago del Estero. El 16 de noviembre de 2011, después del mediodía, se reunió con sus compañeros del Mocase-Vía Campesina, en la casa de Darío Godoy, que vive en Campo de Mayo, otro paraje cercano a San Antonio. En la asamblea se iba a tratar la defensa de las 2000 hectáreas comunitarias donde vive la comunidad indígena la que pertenecía y la intromisión del empresario Jorge Ciccioli en las tierras.
Ya habían frenado a máquinas que habían desmontado unas 200 hectáreas pero en los últimos días habían aparecido “hacheros” que empezaron a cortar el bosque de nuevo. Entre ellos estaban los “empleados” de Ciccioli, Francisco Juárez, Carlos Abregú, Mario Abregú, Víctor Juárez y Walter Juárez. Esa tarde, a eso de las tres, una moto llegó a la casa, a bordo iban Javier y otro de los Juárez. Darío fue el primero en salir a la puerta, pero Javier Juárez preguntaba insistentemente por Cristian.
Juárez, que tenía una itaka en la mano, repetía constantemente que los terrenos eran de propiedad de Ciccioli porque los había “comprado” en febrero de ese año en Metán, Salta. Finalmente, Cristian salió y Juarez le disparó. Murió desangrado, porque la bala atravesó su arteria femoral.
En diciembre de 2014, en un escandaloso fallo la justicia santiagueña condenó a 10 años de prisión más el pago de 900 mil pesos en concepto de indemnización por los daños causados, a Javier Juárez, autor material del crimen. Mientras el empresario Jorge Ciccioli, considerado el actor intelectual del hecho, y el resto de los integrantes de la patota parapolicial que estaban acusados, resultaron absueltos.
-Miguel Galván
Tenía 40 años. Era integrante del MOCASE-VC y del pueblo Lule-Vilela. El 10 de octubre de 2012 fue asesinado de una puñalada en la yugular por un “sicario” de un empresario sojero. El crimen sucedió ayer en el paraje Simbol, en el límite con Salta. Días antes, había denunciado amenazas por su militancia en defensa de la tierra.
El 2 de noviembre de 2015, en la provincia de Salta, fue condenado a 9 años de prisión al sicario Riso Patrón por el asesinato de Miguel Galván.
-Héctor Reyes Corvalán:
Tenía 56 años, 5 hijos biológicos y 3 del corazón. El 12 de octubre de 2018, en el paraje Suncho Pampa, departamento Pellegrini, al noroeste de la provincia, a 260 Km. de la capital santiagueña, sufrió graves quemadoras mientras era desalojado violentamente.
En un video que se difundió rápidamente se podían ver las imágenes estremecedoras. Varios policías, con las manos en los bolsillos, mirando al piso, se mueven con lentitud. Alguno tiene las manos detrás, como esperando alguna orden. Alguno muestra un bastón. Otro una Itaka. Mientras tanto, un oficial de justicia exhibe una orden judicial para desalojar el lugar. A lo lejos, detrás de una tranquera, un hombre grita, se resiste a abandonar su tierra, muestra una botella con combustible, y dice que se quemará si se acercan. “La justicia no está conmigo”, vocifera desesperadamente.
A simple vista, pareciera que nadie le cree. De pronto, se escuchan disparos y uno de los uniformados corre hacia el hombre, quien cumple su amenaza y, en segundos, se arroja el líquido en su cuerpo y comienza a arder, como una pira humana.
Gritos, corridas. El policía que llega primero intenta sofocar el incendio con su propio cuerpo, otro se quita la campera y trata de apagarlo. Lo hacen, pero ya es tarde, al menos para el hombre que yace gravemente quemado.
Durante la siesta del 22 de enero, luego de 10 días en el hospital Padilla, en Tucumán, el campesino murió a consecuencia de las graves quemaduras.
-Fabián Martínez:
Fue asesinado el 5 de abril de 2024, por integrantes de una banda armada que estaba avasallando sus derechos posesorios, en el paraje San Francisco, departamento Alberdi, en el noreste provincial.
El conflicto comenzó el 28 de marzo, cuando “hombres, señalados como pertenecientes a "la Banda de los Padilla", comenzaron a cercar los campos”, informaron desde la agencia Tierra viva. “En esa zona rural, los campesinos del Mocase-VC crían a sus animales, que pastorean en predios compartidos”. A la vez, señalaron que aquel día, “hubo una discusión entre los recién llegados y los campesinos que viven allí desde hace generaciones. Estos últimos realizaron la denuncia ante la policía, pero no obtuvieron respuestas”.
De modo tal que “el 5 de abril se terminó de alambrar el predio, pero muchos animales quedaron dentro del perímetro cercado”. Fue entonces cuando “los campesinos se acercaron a pedir por sus animales”.
En ese grupo estaba Martínez, quien “se dedicaba a la cría de aves de corral y fue a acompañar a sus vecinos”. Asimismo, “era miembro del Mocase-VC y padre de cuatro hijos”.
En un video en donde se ve que “los campesinos hablaban con el grupo que había cercado el campo, llegó Padilla, al grito de ‘¿No les he dicho que se vayan a la mierda?’. A continuación, empezó a golpear a los presentes”, indica la agencia noticiosa.
Frente a ello, el violento “sacó una escopeta. Martínez se interpuso y recibió dos balazos que lo mataron”.