24 de abril, 2025
Entrevistas

La periodista santiagueña se encuentra en El Vaticano cubriendo todas las alternativas del fallecimiento del Santo Padre. En diálogo con LA COLUMNA brindó su visión personal acerca de este momento trascendental para la Iglesia.

La escritora y periodista Cintia Suárez, autora de varios libros sobre Mama Antula, tuvo la oportunidad de conocer personalmente al Papa Francisco en ocasión de la beatificación de la santa santiagueña. Estuvo presente en la capilla Sixtina donde el pontífice, en febrero de 2024, cuando se realizó este hecho histórico para la iglesia local.

Si bien tenía previsto viajar a Roma para participar del Jubileo de la Iglesia Católica, apenas se enteró del fallecimiento del Santo Padre, decidió adelantar su viaje a Roma. Hoy se encuentra trabajando desde el lugar donde están concentradas las miradas del mundo y será partícipe de la despedida al papa argentino. Desde allá, dialogó con LA COLUMNA.

 

-Sin dudas, todo el pueblo cristiano está viviendo uno de sus momentos más difíciles. Usted lo conoció, tuvo la oportunidad de estrechar su mano. Personalmente, ¿cómo lo está viviendo?

-Es una mezcla de emociones porque si bien estaba enfermo, ya no estaba en un estado crítico. Es una mezcla de sentimientos y de emociones, sobre todo al ver esta movilización y cantidad de gente que llega a Roma para despedir al Papa argentino. Es una emoción muy grande. Personalmente, creo que ha muerto un santo.

 

-A su entender, ¿por qué Francisco decidió santificar a nuestra Mama Antula? ¿Qué significó esa decisión para los argentinos en general y los santiagueños en particular?

-Marca un antes y un después en la historia de la iglesia porque se trata de la primera santa argentina y además era una causa histórica que había quedado totalmente olvidada. Si no hubiese sido por el entones arzobispo Bergoglio y posterior papa Francisco, creo que no tendríamos a Mama Antula como santa. Entonces, me parece que él se ha ocupado personalmente de esa causa, de reactivarla en el año 99 y eso lo hace muy valioso, y luego destacarla con esa ceremonia tan imponente y para ella sola, dentro de la Basílica San Pedro, es verdaderamente un hito.

 

 -¿De qué manera analiza la relación del Santo Padre con Santiago del Estero, sobre todo teniendo en cuenta que trasladó la sede primada del Episcopado a esta provincia?

-Hizo justicia histórica y fue consecuente a lo que pensaba siendo arzobispo. Al restituir la Primatura hizo nuevamente que se reconozca Santiago del Estero como es, no solamente como la madre de ciudades, sino la madre de las iglesias de Argentina.

 

-¿Cómo se vive en Roma este momento?

-En Roma se vive una mezcla grande porque, por un lado, está la gente que participa del jubileo; por el otro, se nota toda la cobertura de los periodistas, lo que se podía ver incluso en el avión en el que llegué desde Argentina. Está la presencia de la gente que venía a despedir al Papa y, a su vez, la gente que viene al jubileo, que estaba programado y del que solamente algunos actos se suspenden y otros no.

 

-¿Cuál cree que será el destino de la iglesia a partir de ahora?

-Bueno, ahora habrá que esperar a ver si se sigue la línea del Papa Francisco o si se vuelve a una política más conservadora y que fue la que él, de alguna manera, intentó cambiar. Renovar la iglesia antigua para volverla a una iglesia más sensible con las cuestiones no solamente espirituales sino también de política internacional como es el caso de la guerra, los migrantes, etc.

 

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