22 de agosto, 2025
Actualidad

Organismos internacionales, gobiernos, empresas y organizaciones de la sociedad civil advierten del fenómeno de los microplásticos, pero ¿qué se hace al respecto? Muchos son los informes y pocas las acciones concretas para evitar el abuso que existe de este material que contamina el ambiente y el propio organismo.
En Argentina el estudio de los microplásticos está en auge. Diferentes organismos hacen foco en la realidad que está afectando de manera silenciosa Según los investigadores del CONICET, existen cada vez más estudios que reportan la presencia de microplásticos de diversos tamaños en distintas especies, a lo largo de diferentes cadenas alimentarias.
Los efectos tóxicos que estos podrían generar es una de las líneas de investigación más relevantes en la actualidad y el verdadero problema radica en los aditivos utilizados durante su fabricación, estos compuestos, con cierto grado de toxicidad, pueden ser liberados durante los procesos de degradación y fragmentación del plástico.
Además, se ha demostrado que los microplásticos pueden transportar adherido en su superficie otros contaminantes químicos y también microorganismos como virus, bacterias y hongos, que pueden ser patógenos.
A principio de año, por ejemplo, el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMyC, CONICET-UNMDP), un equipo del CONICET liderado por Mauricio Díaz Jaramillo, Mariana Gonzalez y María Soledad Islas realizaron el monitoreo de arenas de playa, agua superficial y columna de agua en la región costera de la provincia de Buenos Aires. En el proyecto de investigación se extrajeron los residuos plásticos del medio donde fueron estudiados y clasificados en base a su tamaño, forma, color, y origen, de acuerdo a métodos armonizados.
“Muchos estudios recientes ya cuantifican la presencia de micro y nano plásticos en humanos, no solo en el sistema digestivo, sino también en otros órganos” explica Díaz Jaramillo, y agrega que “cada vez son mayores las evidencias de que hemos estado subestimando los niveles de micro y nano plásticos en ciertos compartimentos ambientales, por lo que el problema podría ser mayor de lo que se piensa”.
 
EN EL AGUA, Y EN LA TIERRA
La problemática de los microplásticos no solo tiene epicentro en las aguas de los océanos, mares y ríos. También en la agricultura se hace eco. Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), existe presencia de microplásticos en las tierras que son usadas para cultivar y sugiere que está mucho más contaminada con plásticos que el océano, aunque la mayoría de informes se centre en este ámbito.
En esta línea la organización recomienda alternativas como usar productos más duraderos como el vidrio, usar plásticos reutilizables o reemplazarlo por alternativas biodegradables.
Para la Dra en Biología, Nancy Giannuzzo, el reciclaje es uno de los caminos para la disminución de los impactos, pero apenas el comienzo. “Desde las legislaciones en el mundo, y en nuestro país, se está promoviendo la prohibición de plásticos de un solo uso, es decir de aquellos que tienen
un uso limitado y luego son desechados inmediatamente, como botellas de plástico para
bebidas, tapas de botellas de plástico, envoltorios de comida, bolsas de plástico de
supermercados, tapas de plástico, sorbetes y agitadores, etcétera”, advierte la especialista santiagueña respecto al problema que se siente, aunque no se ve explícitamente.
Al respecto, la catedrática que trabaja en la Universidad Nacional de la provincia señala que la transición hacia alternativas más ecológicas puede
ser un proceso largo, “los artículos de plástico ´biodegradables´ no se degradan
automáticamente en el ambiente, requieren una exposición prolongada a altas
temperaturas por encima de los 50°C. Tales condiciones se cumplen dentro de las plantas de incineración, pero rara vez en el medio natural. Por esto apuesta a que el fortalecimiento de la economía circular y de los sistemas de gestión de residuos pueden ayudar a reducir la contaminación por plásticos”.
 
HACIA EL 2030
Si bien gran parte de los plásticos en los océanos proviene de envases y embalajes, hoy crece la preocupación por los impactos de los microplásticos, es decir, plásticos menores a 5 mm, que son agregados intencionalmente a diferentes productos o son el resultado de la degradación en el ambiente de plásticos más grandes.
De acuerdo al estudio Plastic waste inputs from land into the ocean publicado en la revista Science, cada año se vierten a los océanos más de 9 millones de toneladas métricas de plásticos, especialmente de envases y embalajes de un solo uso.



Cada vez más estudios detectan microplásticos en la fauna marina de consumo humano y otros productos de consumo como la sal.
La ingestión de microplásticos por parte de organismos marinos no sólo afecta a aves, peces y el resto de los organismos marinos, sino que representa además un riesgo adicional y todavía poco estudiado a la salud humana, por el ingreso en la cadena alimentaria.
La Agencia Internacional de Energía calcula que es probable que la cantidad total de residuos plásticos en los océanos se duplique para 2030, y empeore a partir de esa fecha si no se toman medidas ahora.

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