04 de diciembre, 2024
Entrevistas

El artista termeño construye impresionantes piezas con objetos de hierro en desuso. Su trabajo llegó a Norte y Centroamérica, Europa y Oceanía.

Con piezas impresionantes, realizadas con hierro en desuso, el artista Andrés Lemostrasciende fronteras”. Sus obras más audaces se exhibieron y vendieron en museos de distintas provincias y en otros ocho países del mundo. Con mucho entusiasmo, el termeño anunció en sus redes sociales sus notables avances en el mundo de las arte.

Mis obras están presentes en ciudades como Miami (Estados Unidos), Auckland (Nueva Zelanda), Málaga (España), Liverpool (Inglaterra), Glasgow (Suiza) y Buenos Aires. Algunas de mis piezas pueden ser apreciadas en el museo María Kodama, el museo de Arte Popular José Hernández y en la Nuu Muse Gallery. He vendido obras en Estados Unidos, México, España, Inglatrerra, Suiza, Polonia, Escocia, Nueva Zelanda y a lo largo de toda Argentina”, explica a sus seguidores en su cuenta de Instagram.

Hace unos seis años, Andrés comenzó a recolectar piezas descartadas para armar figuras de lo que imaginara. Desde entonces, no paró de trabajar en su taller en la ciudad “spa”. Quienes tenían la posibilidad de tomar contacto con sus obras podían advertir el gran talento de este joven.

Entre sus creaciones se cuentan figuras de animales que impactan por su realismo, personajes conocidos, juegos, mesas y hasta instrumentos, como una guitarra que fue a parar al Hard Rock de Buenos Aires o un corno francés que aparece en la serie “How i meet your mother”.

Todo se trata de soldar, pero con una precisión, mucha paciencia, esmero y una creatividad que pocos tienen. Además, pertenece a una familia de artesanos, aunque él optó por un camino distinto al de sus padres, quienes fabrican cuchillos. En diálogo con La Columna, Andrés recordaba hace dos años atrás que su primera obra fue una moto tipo chopera.

Me costó un montón. No sabía soldar bien, me quemé todo. Pero más o menos ahí entendí cómo era esto. Muchas práctica, muchas horas de soldadura y ahí empecé mejorar un poco. Después fui vendiendo en ferias artesanales acá, en Córdoba...anduve por todos lados vendiendo. (…) Es cuestión de práctica y de ganas”, reflexionaba.

Por entonces, consideraba que su mayor inspiración era todo aquello que se encontraba diariamente. “Hay cosas que tenemos alrededor, como por ejemplo un árbol al momento en que está por oscurecer y eso es muy bonito. El tema es concentrarnos en eso. Por ahí no nos detenemos, no nos damos cuenta. Observar lo que tenemos alrededor es inspirador. Yo hago esculturas de lo que veo. Si me gusta una película armo algo con eso”, contaba.

 

ECO-ART

El arte de este ya famoso termeño tiene un costado ecológico, en tanto toma objetos de herrería ya descartados. Cree que es interesante “darle una vida útil de nuevo a lo que la gente va a tirar  a la basura”. “Es como hacer un poco de reciclaje y cuidar al medioambiente, esa es la idea. Igual, no soy el primero que hace eso. Hay un montón de gente que lo hace y se hacía hace 30 años ya”, señalaba.

“Está bueno también que la gente por ahí lo vea materiales y diga: “mirá esta pieza se la cambié a la moto, al auto…” Y eso está bueno porque capaz que terminaba en la basura y nadie lo hubiera recogido. Yo lo termino haciendo una obra de arte. Eso es lo genial también. Hacé de cuenta que todo se puede reciclar y tener una segunda vida”, indicaba.

En sus redes sociales, Andrés plantea: “Mis obras abarcan una amplia gama de tamaños y estilos, adaptándose a diferentes materiales y conceptos artísticos. En mi colección, pueden encontrar piezas de pequeño tamaño, como peces, pegaos y tableros de ajedrez, conde cada detalle está diseñado con precisión. También  podrán encontrar obras monumentales a escala real, como majestuosos caballos, pumas y personas, todas ellas meticulosamente elaboradas a partir de materiales reciclados en metal”.

 

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