Artista y estudiante de Psicología, Nicolas Gagliardi fusiona estas disciplinas buscando que su arte sea un puente para el "sentir" humano. Utilizando principalmente la escultura, afirma que la profesión del psicólogo es un arte en sí mismo y que la creación es fundamental para la expresión personal.
Nicolás Gagliardi lleva el arte en su ADN. Con padres escultores y una madre maestra de bellas artes, su conexión con la creación comenzó en la infancia, manifestándose en los bocetos impulsivos que llenaban sus cuadernos de la escuela primaria. Sin embargo, no fue hasta la adultez que decidió activamente reconocer y cultivar esa pasión latente.
Este proceso autodidacta lo llevó a estudiar movimientos y técnicas, formándose en diversos talleres de pintura, escultura y dibujo, e integrándose activamente al espacio de creación colectiva Casa-Taller La 48. Su trabajo lo ha llevado a participar en La 21° Muestra Encontrarte.
Hoy, Nicolás se encuentra en una encrucijada fascinante: es un artista plástico emergente de Santiago del Estero y un estudiante de cuarto año de Psicología. Lejos de ver estas disciplinas como caminos separados, él ha encontrado en su complemento la clave para una expresión más profunda.
Para él, la psicología es un arte en sí misma, y el arte es un puente necesario para el sentir humano, una conexión que busca transmitir a través de la expresión y el gesto, particularmente en la escultura.
En una entrevista exclusiva con LA COLUMNA, Nicolás Gagliardi nos cuenta sobre su vínculo con el arte.
- ¿Desde qué momento has empezado a ilustrar, crear, dibujar?
-Yo el arte lo he llevado toda la vida, sin saberlo. Yo era de los chiquitos que en la primaria prestaban atención a la clase y mientras escuchaban se ponían a hacer bocetitos, a levantar dibujitos así, con mucha impulsión. Siempre retenido, nada más que de un modo latente. Mi madre es profesora de bellas artes, maestra en realidad, y mis dos padres son escultores. Al arte lo conozco y lo reconozco, digamos, que me interesaba a partir de la pandemia, preguntándome qué era el arte.
- ¿Cómo decides estudiar Psicología?
-Estoy en cuarto año y todavía no sé responder (risas). Siempre me ha llamado la atención lo social, lo particular de cada persona y las formas de vida que lleva cada uno. Ha sido más una cuestión, en este momento juvenil, de elegir una carrera, de decir que era eso donde me iba a sentir cómodo. Y ahora que estoy estudiando, sí ha sido acertado.
- ¿Cómo crees que podrías vivir el arte y ser un psicólogo? ¿Cómo podrías mezclar todo eso?
-He tenido un proceso largo pensando si había que decidir entre una u otra, y me he dado cuenta de que se complementan, de que son inherentes una a otra, que no hay forma de separarlas. El arte que yo busco expresar incide en muchísimos conceptos de la psicología. El proceso de aprendizaje que estoy haciendo en la carrera me hace dar cuenta de que la profesión del psicólogo también es un arte.
-¿Cómo crees que podría darse eso? ¿Cómo es el arte de la psicología?
-Se puede hacer arte en las distintas posibilidades que te da la psicología: la clínica, una orientación laboral, empresarial. Es que cada profesional tiene su propio estilo, y más allá de la orientación o la corriente que decide elegir, es el modo de afrontar, de encarar y de manejar el encuadre de una sesión terapéutica.
- ¿Qué ha significado venir desde Beltrán a vivir en Santiago para tu desarrollo artístico?
-Cada lugar tiene su valor. En Beltrán he tenido yo la formación de mi vida, que hoy estando en Santiago es la formación de la técnica. Beltrán es la cultura de la que yo vengo, la palabra que me habita desde la infancia. Aquí en Santiago sí he conocido un cuerpo de artistas muy vasto y quizás, por ser la capital, nos aúna. Hay un montón de artistas del interior con muchísimo talento.
- Entonces, ¿hay una necesidad desde el interior de venir hacia la capital para desarrollarse artísticamente?
-Si hay una necesidad no. El artista es donde está. Pero las posibilidades no son las mismas. Lo que valoro en haber estado en Santiago es haber conocido a personas y haber estado en talleres. Puede que en el interior existan talleres de arte, pero son muchos menos. Aquí hay mucha más diversidad de posibilidades, de intereses, de técnicas que se te enseñan.
- ¿Qué es lo que vos mayormente haces, o sea, que te gusta hacer y por qué?
- Me gusta mucho la escultura. Es un proceso de uno conectar y poder transmitir por medio de las manos el sentir de uno. En ese contacto con la arcilla, cada hallazgo, cada sombra, cada pliegue, cada ángulo, significa.
- ¿Qué te gustaría lograr como artista?
-Quiero esforzarme en encontrar una forma que sea mía, propia, de poder conectar
(el arte y la psicología) a mi manera. ¿Qué quiero lograr como artista? Darle una posibilidad a la gente para sentir. Y algo que suelo decir mucho es que no es fácil sentir, no es fácil abrirse al sentir, el verdadero sentir. Y siento eso, que capaz busco eso con mi arte.
- ¿Qué buscas provocar o generar en la persona que se encuentra frente a tu obra?
-Yo siento que el valor que tiene mi arte tiene que ver con no solo transmitir algo que a mí me significa, sino buscar significar en la otra persona.
Permitir que por medio de una obra, que por medio de un rostro, que por medio de una mirada, haya un encuentro en donde esa persona también pueda verse a sí misma y pueda vivenciar y conectar con esa sensación o esa emoción que yo he buscado o que he sentido. Es eso, el arte es un puente para el contacto y es muy necesario para vivir.
- Aparte del arte y la psicología, ¿qué otras actividades haces?
-Soy instructor de taekwondo también, que es conocido como el arte científico de la defensa personal. Y me gusta correr, estoy con un grupo de runners. Me doy cuenta que soy una persona muy variada, con muchos intereses, con muchas ganas de hacer cosas distintas, de estar en todos lados, de que me llama todo la atención y de que quiero conocer y poder hacerlo todo.