23 de enero, 2025
Nota de Portada

El fallecimiento de una joven madre despertó un sinfín de hipótesis en las redes sociales, pero judicialmente infundadas. No hubo nuevas denuncias por parte de la familia, aunque los reclamos de justicia y la mediatización del caso llevaron a la Fiscalía a pedir, de oficio, una nueva autopsia. La otra cara de la desinformación.

A media mañana del 30 de diciembre, mientras los santiagueños intentaban refugiarse del calor, cumplir con sus obligaciones y terminar con los preparativos para los festejos de fin de año, una noticia corrió por la ciudad: una mujer de 35 años fue encontrada muerta en el baño de su casa.  Las primeras investigaciones determinaron que el cuerpo fue encontrado en uno de los departamentos del edificio ubicado en calle Mitre 380. 
Su familia intentaba contactarse con ella desde el día anterior, es más, su hermano fue a buscarla en reiteradas oportunidades y nunca respondieron al timbre. Frente a ello, se comunicó con la niñera que habitualmente cuida a los pequeños hijos de la mujer y le pidió la copia de la llave de ingreso que ella tenía. 
Acompañado por la ex pareja de la mujer, el hermano accedió al departamento y la encontró muerta en el baño. Todo indicaba que se habría quitado la vida.
A simple vista parecía ser una noticia más. Dolorosa, por cierto, pero de las tantas que abonan las crónicas policiales. Sin embargo, con el correr de las horas, se conoció la identidad de la mujer y las redes sociales comenzaron a inundarse de lamentos y sentidas despedidas. Nadie podía creer que Luciana Mabel Torres, de 35 años, hubiese tomado tal decisión. 
Mientras tanto, la Dra. Jacqueline Macció, representante de la Unidad Fiscal Capital, ordenó que el cuerpo fuera trasladado a la morgue judicial para la realización de la pericia forense, luego de lo cual sería entregado a su familia para darle el último adiós.
Para la familia de Luciana se acabaron los festejos. El dolor, la impotencia, la búsqueda de un por qué y decenas de cuestionamientos los atravesaron. Se llamaron al silencio e intentaron continuar con sus vidas de la manera que pueden. El llanto y el sufrimiento se agigantan cuando ven a sus hijos, que buscan desesperadamente a su mamá y no comprenden las razones de su ausencia.

PUBLICACIÓN EN FACEBOOK
Sin embargo, todo cambió el segundo fin de semana de enero, cuando en Facebook comenzó a circular una publicación que pedía “Justicia por Lu”, que dice: 
“Que el karma te vuelva 1000 veces peor chabón. 
Le quitaste esa hermosa sonrisa a un ser extraordinario, dejaste sin mama a 2 bellos niños, manipulando como todo psicópata, manipulando como todo narcisista que no mide el daño que le genera en el otro, sino más bien que lo disfruta.
Ojalá no puedas dormir nunca tranquilo.
Y ustedes chicas cuídense de basuras como esta. A la primera bandera roja salgan de ahí, antes que sea demasiado tarde”.

El texto iba acompañado de tres imágenes. La primera con la crónica policial de Nuevo Diario. La segunda con la imagen de Luciana, en donde se puede leer: “Ella puede ser tu hija, tu hermana, tu amiga. Que no haya más Lucianas en Santiago del Estero”. La tercera con la foto de quien sería la ex pareja de la joven, con un cartel que lo identifica con nombre y apellido y dice: “Tiene varias víctimas. Algunas pudieron salir de ese calvario y otras no. Golpeador. Psicópata serial”.
El posteo se viralizó de inmediato, fue reproducido por miles de personas, la mayoría de las cuales no conocía a Luciana ni tampoco al hombre señalado como el causante de su muerte. De igual manera se multiplicaron las acusaciones contra el supuesto acusado. “Que se pudra en la cárcel”, “Asesino”, “A estas lacras hay que liquidarlas”, son los comentarios más leves que circulan en Facebook. 

DOS FISCALES
Frente a tantas acusaciones en las redes sociales, la justicia se vio forzada a actuar en forma rápida. Tal es así que los restos de Luciana fueron exhumados durante la tarde del 15 de enero y trasladados a la morgue del hospital Independencia, para ser sometidos a una nueva autopsia. Esta medida no fue solicitada por la familia de la joven, tal como se afirmó en reiteradas oportunidades, sino que fue requerida por el Ministerio Público Fiscal y refrendada por el juez de feria.
Movilizada por la incesante información que circulaba en las redes sociales, la fiscal Macció pidió la reautopsia, a fin de despejar todas las dudas que pudieran existir en torno a la muerte de Luciana. A la vez, se incorporó a la investigación la Dra. Cecilia Gómez Castañeda, integrante de la Unidad Fiscal de Violencia de Género, a fin de confirmar o desvirtuar los dichos de las redes al respecto.
Asimismo, la familia de la joven, que hasta el momento había permanecido al margen, nombró como abogado querellante al Dr. Sebastián Robles, para que tome conocimiento de todos los procedimientos que realizará la justicia en torno a la pesquisa, fundamentalmente para saber si la causa de muerte de Luciana fue un suicidio o se trató de un homicidio.
Además, las fiscales decidieron tomar declaración a familiares, amigos y personas cercanas a la víctima, mientras tanto en las redes continuaba viralizándose la publicación inicial que reclama justicia y acusa a su ex pareja como responsable de su fallecimiento.

“DESPEJAR DUDAS”
Por su parte, el abogado querellante indicó que “a la familia le llamó la atención cuando la fiscalía solicitó la exhumación del cadáver”. De modo tal que “nos acercamos como querella para ver el legajo y los informes de la primera instancia”, sin embargo, la justicia se negó a entregar dichos documentos. En tal sentido, el Dr. Robles afirmó que “esto nos llama la atención ya que desde el lunes hemos trabajado con la fiscalía y queremos aportar algún instrumento para avanzar en la causa. La familia quiere definir lo que pasó realmente".
Sin embargo, el letrado sostuvo la importancia de manejarse con cautela, ya que “hay una información sumaria, y esperamos que se conforme la junta médica para la reautopsia”. Solo así se podrá “despejar todo tipo de duda, complementando los informes, para que el Ministerio Público Fiscal pueda explicarle a la familia qué sucedió".
De igual manera, expresó que, pese a lo que se afirme en las redes sociales, aun no hay pruebas que permitan el cambio de carátula en la causa. En tanto que sostuvo que la familia de Luciana no realizó las publicaciones en las redes sociales. 

“EVITAR SUSPICACIAS”
Aunque las fiscales continúan trabajando para determinar las causas de la muerte de Luciana, los pedidos de justicia no se detienen en las redes sociales, donde miles de personas ponen en el ojo de la tormenta a la expareja de la mujer y acusan a la justicia de no hacer una correcta investigación.
Frente a tales acusaciones, desde el Ministerio Público Fiscal se hizo conocer un documento que donde informan acerca de las investigaciones realizadas en torno a la muerte de Luciana. En el escrito se informa que fue requerida "una batería de medidas a los fines de esclarecer las causales del fallecimiento de la ciudadana Torres, encontrándose pendiente al momento la realización de diversas pericias, como ser el análisis del teléfono celular y la reautopsia que fue dispuesta".
A la vez, se señala que la máxima autoridad del Ministerio Fiscal también interviene en la causa. En este sentido, el escrito afirma que las medidas tomadas surgieron “por expresas directivas del fiscal general, Dr. Luis Alberto de la Rúa, en el entendimiento de que se torna necesario e indispensable a efectos de llegar a buen puerto, y evitar cualquier tipo de suspicacias y/o yerros interpretativos, dada la consternación pública y la mediatización que provocó en la sociedad el deceso de la ciudadana Torres".
Por lo cual, "consideramos pertinente disponer el secreto de la investigación penal en curso. Es objeto primordial para este Ministerio Público Fiscal arribar a la verdad, y conocer a ciencia cierta lo acontecido, y para ello es necesario adoptar esta medida, que, nos permitirá efectuar las diligencias pendientes e indispensables, tendientes a descubrir la verdad".
Asimismo, el documento precisa que "es preciso referir que no existen imputados en la presente causa. Para ello es necesario adoptar esta medida, que, nos permitirá efectuar las diligencias pendientes e indispensables, tendientes a descubrir la verdad".
De modo tal que el Ministerio Público Fiscal “resuelve disponer el secreto de la investigación penal preparatoria".

“INOCENTE”
Por su parte, los amigos de la expareja de Luciana, tildado en las redes como el causante de su muerte, también inició una campaña en las redes para reclamar que no tuvo nada que ver con el hecho. Con su imagen sonriente, se puede leer, en letras rojas, lo siguiente: 
“Inocente.
La verdad siempre se hace presente.
Videos, fotos, chats y más dejan ver la inocencia.
Dejemos de culpar y de juzgar sin conocer todo”.

Mientras que los comentarios a su favor, entre otras cosas, dicen: “Nunca me pareció que difamen a este chico sin pruebas de nada. Que la fiscalía investigue y que se haga justicia”. En el mismo sentido, otro usuario señaló que “están difamando y quemando a una persona sin pruebas”. Otro dijo: “Hablan y hablan sin saber”.
Sin embargo, la campaña a favor de su inocencia no parece ir tan bien, por los comentarios desfavorables que se leen:
-“A esta gente nunca le tocaron una hija hermana madre abuela, enfermos mentales son todos”.
-“Si tan inocente es ¿por qué se esconde?”

“CADA VEZ MÁS EXPUESTOS”
“Las redes sociales ya forman parte de la vida cotidiana de nuestra civilización a nivel mundial. Facebook para la mayoría de los integrantes de la sociedad moderna, Instagram para los más jóvenes, Tinder para los enamorados, Twitter para periodistas, políticos y personalidades excéntricas, Linkedin para profesionales con entorno de ofrecimiento y búsquedas de empleo. Una simple computadora de escritorio, una tablet como un celular ya nos sumergen en un mundo virtual completamente interconectado, a través del cual podemos acceder a infinidad de cosas”, precisa el Dr. Javier Esteban Bura Peralta, en un extenso artículo publicado en el Sistema Argentino de Información Jurídica, titulado: “Calumnias e injurias en redes sociales: construyendo las herramientas argumentales y jurídicas para proteger nuestra identidad digital”,
El investigador señala que “a medida que interactuamos más profundamente dentro de este vasto universo digital, nos encontramos cada vez más expuestos. Internet parece ser un mundo infinito: las redes sociales, junto a los chats de mensajería de telefonía celular, aparentan gozar de toda impunidad”. A la vez, sostiene que “todo parece irreal, aunque deja de serlo cuando se sufren las consecuencias por la maledicencia de sus pares. Usuarios con identidades apócrifas (o no) avanzan sobre nuestra privacidad e intimidad. Disparan insultos e injurias sobre nuestras vidas y a veces, también acompañan fotos o videos perturbadores. Lo que comenzó como un medio de entretenimiento y diversión muchas veces puede transformarse en un auténtico dolor de cabeza”.
En su análisis, el abogado sostiene que “en la última década la masificación de los medios técnico-informáticos han introducido situaciones antes desconocidas para nuestro derecho. La utilización de las redes sociales nos ha llevado a reflexionar sobre los límites de la comunicación, el respeto del derecho a la intimidad y a la propia imagen”. Tal es así que “nuestros tribunales ya se están planteando nuevos escenarios: conflictos en el ámbito de la responsabilidad parental derivada por el desacuerdo entre progenitores en relación a la publicación en redes sociales (Facebook o Instagram) de imágenes de menores. También el acoso a través de dichas redes ha aparecido en el ámbito de la violencia contra la mujer (stalking, sexting y porno revenge) o en el ámbito escolar contra menores (grooming, ciberbullying)”.

EL SUICIDIO DEL VETERINARIO
En mayo del año pasado, se viralizó un video en el que se ve a un hombre llamado Hermes Moreyra, apaleando a una perra y luego arrastrándola hasta una camioneta, dentro de un country en Villa Allende, un pueblo lindante a Córdoba Capital.
Luego se supo que Moreyra no era veterinario, pero ejercía como tal, y que tenía una veterinaria con las regencias vencidas, pero estaba habilitada a nombre de Leandro Porta. “Lo que supuestamente ocurrió es que Moreyra había presentado una foto del título de Leandro, y sólo con eso se la habilitaron, incluso sin la previa autorización de regencia del Colegio”, señalaron desde el Colegio de Veterinarios de Córdoba.
Ahí comenzó la pesadilla de Leandro, un profesional que ejercía en una veterinaria de Córdoba Capital, que de la noche a la mañana pasó a estar sindicado públicamente como cómplice de Moreyra, aunque él se enteró de los hechos a través del ensañamiento y los comentarios virtuales que comenzó a recibir.
 El acoso, la difamación y el hostigamiento llevaron a Porta a una crisis depresiva que derivó en su posterior suicidio. 

LAS COMUNICACIONES EN MEDIOS DIGITALES
El Dr. Bura Peralta señala también que la publicación de mensajes y “posteos” en las redes tiene varias características esenciales. “Una de ellas es que normalmente se realiza desde un ámbito privado (nuestra casa, nuestro trabajo) y no frente a los receptores: puede tenerse la sensación de que son mensajes que se vierten al aire y sin que llegue prácticamente a nadie, generando en el sujeto una falsa sensación de intimidad.
Tal es así que “este acceso continuo y masivo a los medios tecnológicos le imprime una rapidez en nuestra conducta que lleva en ocasiones a la irreflexión”. Tal es así que “los mensajes y opiniones en Facebook e Instagram, o los comentarios en Twitter se realizan de forma constante y en cualquier momento, por lo que en ocasiones no se reflexiona, en esa absurda obsesión por lograr la inmediatez, sobre la incidencia que aquellos puedan tener en la opinión pública”.
“Más aún, normalmente se piensa sobre los alcances del posteo a nivel contactos, pero sin llegar a meditar sobre el impacto que estos tengan respecto de la vulneración de bienes jurídicos, como el honor o la dignidad de las personas. Así pueden verse casos realmente curiosos en los que el emisor manifiesta opiniones inconexas entre sí y de un gran contenido ofensivo”, añade el abogado.

IDENTIDAD DIGITAL
“¿Quién no tiene un perfil en alguna red social? No tenerlo es como un "suicidio virtual". Quien no pertenece a algún tipo de red social se ve relegado de "compartir", "enterarse" o "formar parte" de un círculo social "exclusivo". Es ahí cuando el ADN digital de un individuo se involucra o le permite hacer una simbiosis, pues en el ámbito de la tecnología, en cada "click" que se realiza, se van dejando indicios de quienes son y, sin darse cuenta, se van convirtiendo en entes identificados o identificables dentro de la comunidad virtual; dejan vestigios claros de lo que hacen y permiten con facilidad (a través de esos datos) la creación de perfiles que los distinguen de la misma forma que los alelos los asocian con sus ascendientes en una prueba genética”, comenta el Dr. Bura Peralta.
En el mismo sentido indica que la identidad digital, que también se conoce como Identidad 2.0, es todo lo que describe a una persona en el entorno online, convirtiéndolo en un ser digital.
Asimismo, indica que, “en las redes sociales, además de que conservamos los mismos datos que nos reconocen en el mundo offline (normalmente), nuestra identidad se ve completada a través de todo lo que hacemos: posteos, comentarios en publicaciones, likes en Facebook, retweets, fotos como influencer en Instagram, peticiones que firmamos en Change.org, etc.”
De modo tal que “nuestra identidad en el mundo analógico está formada en base a una serie de rasgos característicos como nombre y apellidos, fecha de nacimiento, sexo o nivel de estudios. Algunos de estos rasgos se recogen en nuestro DNI, que es un elemento asociado a nuestra identidad analógica. 
Mientras que “en el entorno digital, cada uno de nosotros conserva esos mismos datos distintivos, pero nuestra Identidad 2.0 también se forma en base a todas nuestras acciones en las redes sociales. Ello es sin duda un gran avance, pero también supone retos importantes en cuanto a la seguridad de nuestra identidad digital y a la privacidad de nuestros datos personales en la red”.

Si bien el caso del veterinario no tiene nada que ver con lo sucedido con el caso de Luciana Torres, sirven como ejemplos para entender la manera negativa en que pueden incidir los comentarios en las redes sociales. 
La justicia tiene la obligación de investigar hasta las últimas consecuencias y determinar fehacientemente qué es lo que sucedió con la joven, si fue un suicidio o un homicidio. Si alguien le quitó la vida, todo el peso de la ley debe caer sobre quien fuera el responsable. Sin dudas, es tarea de la justicia. 

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