Los equipos de rescate han recuperaron en las últimas 72 horas un total de 450 cadáveres bajo los escombros de la ciudad libia de Derna (este), la más afectada por el ciclón Daniel que este domingo dejo a su paso al menos 7.000 muertos y 10.000 desaparecidos.

Mientras tanto, la ayuda internacional continúa llegando y la comisión de emergencia creada por el Gobierno de Unidad Nacional (GNU), basado en Trípoli y reconocido por la comunidad internacional, anunció la recepción de más de 38 aviones y cinco barcos humanitarios procedentes de dieciséis países de todo el mundo.

Este mismo sábado ha llegado a Bengasi, ubicada a unos 300 kilómetros al oeste de Derna un envío de 29 toneladas de ayuda humanitaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con suministros para asistir a 250.000 personas.

El envío, fletado desde el centro logístico de la OMS en Dubai (Emiratos Árabes) incluye medicinas esenciales, suministros quirúrgicos de emergencia, equipamiento médico y bolsas para cadáveres, según ha precisado la organización en un comunicado, en el que también ha confirmado que hasta el momento se han recuperado e identificado los cuerpos sin vida de 3.958 personas.

Pero la ayuda humanitaria enviada hasta el momento es una “gota en el océano”, lamentó este jueves UNICEF, que hizo un llamamiento a los donantes para reunir 67 millones de euros destinados a cubrir las necesidades de 250.000 damnificados durante un trimestre.

El fiscal general, Al Sidiq al Sour, declaró que que los expertos e ingenieros encargados de la investigación, a petición del Consejo Presidencial- que funciona como Jefatura de Estado-, evaluarán las dos represas de Derna (este) construidas en la década de 1970 así como la partida presupuestaria destinada a los fondos de mantenimiento.

Además se investigará el papel de las autoridades locales y los dos gobiernos precedentes.

“Se tomarán medidas firmes y disuasorias contra los implicados en el desastre de Derna que se ha cobrado la vida de miles de personas”, declaró el fiscal Al-Siddiq Al-Sur.

El pasado día 10 las lluvias torrenciales arrasaron el noreste del territorio, especialmente en esta localidad costera, y provocaron el colapso de dos presas, vertiendo 33 millones de litros de agua que arrastraron zonas residenciales enteras hasta el mar.

La propagación de epidemias por la descomposición de los cadáveres amenaza ahora a los supervivientes del ciclón.
El Ayuntamiento de Derna advirtió del peligro de la contaminación de las aguas subterráneas en la zona siniestrada, que exponen a los supervivientes a enfermedades como la diarrea y la cólera así como la deshidratación.

El director del Centro Nacional para el Control de Enfermedades, Haider Al-Sayeh, informó haber registrado al menos 55 casos de agua contaminada, lo que podría suponer un problema de salud pública.

Pese a la urgencia de la situación, las autoridades enfrentadas no han logrado unificar sus políticas, lo que algunos analistas califican de “gestión caótica”, aunque ambas pidieron el lunes por separado ayuda humanitaria y declararon tres días de luto nacional.

Por su parte, el representante de OMS en Libia, Ahmed Zouiten, calificó las inundaciones de “desastre de proporciones épicas”, y transmitió sus condolencias a las familias de las víctimas./EFE

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