El jugador bandeño falleció luego de luchar contra una enfermedad. Gran congoja se vivió en todo el ambiente deportivo por quién era no solo un gran jugador, sino también una persona con un irradiante energía.
“Trate que él no hiciera su juego. Era complicado dejar que Maradona se diera vuelta”, recordaba el “Loco” Valoy –Luis Américo en el DNI- a LA COLUMNA en la ultiman entrevista vista que se le realizó, mientras se encontraba en su living frente a las camisetas y trofeos ganados a lo largo de su vida, y que desde el 5 de julio lo extrañarán.
“Messi es gran jugador, pero Diego fue e grande”, asentaba con un tono de voz impecable en aquella oportunidad, que luego se fue debilitando por la aparición de una grave enfermedad.
Cientos de fanáticos del fútbol, y del deporte en general, le dieron el último adiós a quien dejó huella en la cancha, y en la vida. Con su manera directa, jocosa, y paternal, cosechó aún no jugando, asistiendo y siendo sobre todo, un buen compañero.
En repaso a lo que fue su paso por la revista, recordamos una de las charlas más emocionante, porque el mismísimo “Loco” Valoy, le toco enfrentar cuerpo a cuerpo a Diego Maradona.
“Esperaba que viniera con Gimnasia Esgrima La Plata a jugar con Central Córdoba. Le iba a llevar el pantalón que me dio en 1979, con el número diez de color totalmente rojo, con la transpiración y magia de ese día. Quería que me lo firmara”, contaba en la entrevista respecto a uno de esos pequeños sueños con la leyenda del mundo.
Con la nostalgia de saber que jamás se concretará aquel esperado encuentro pero la satisfacción de haber podido pisar el mismo césped, el Loco, compartió aquella emoción con La Columna.
RECUERDO
¿Cómo fue esa relación que tuviste con el “Diego”?
La relación con Diego fue adentro de la cancha, lo enfrente cuatro veces. Contra Argentinos Juniors y luego cuando jugaba en Boca.
Compartimos una vez también un doping. A Galván de Atlético Tucumán, al “Loco” Gatti y Diego de Boca y a mí, nos hicieron el examen.
Hemos mantenido la relación de rivales dentro de la cancha. El ya demostraba allí en aquellos años 80, todo lo que demostró como jugador. Sobre todo, la humildad.
Después de haberlo cruzado en la cancha, ¿hubo otros espacios donde se cruzaron?
No. La verdad no.
Pero antes que se paralizo todo por la pandemia, tenía la decisión de ir al partido de Gimnasia Esgrima de La Plata y Central Córdoba. Esperaba que viniera a Santiago, y poder saludarlo. Sabía que era un entrenador que estaba ocupado y todo, pero quería la oportunidad después de tanto tiempo años, saludarlo.
¿Cómo fue la charla mientras esperaban ese famoso “doping”?
Estábamos esperando poder orinar para hacer el examen químico que te detecta el consumo de sustancias. Como a veces te cuesta orinar luego de un partido, debes descansar o ponerte un diurético. Charlábamos.
Mientras esperábamos sentados, hablamos sobre cosas del futbol, de la vida. Anécdotas. Él preguntaba, y mucho.
¿Qué cosas preguntó en aquella oportunidad?
Me consultó en donde venía yo. Y esas cosas. Si estaba al tanto de donde era, como siempre nos identificamos con nuestra provincia a dónde íbamos, se dio la charla. También tenía conocimiento de la provincia por otros ex jugadores que compartieron con él la cancha. Y sobre todo lo calorcitos que nosotros tenemos.
El vino una vez a la provincia, cuando era cebollita a un torneo que se jugaba en Pinto.
¿En la cancha como eras?
Diego era un jugador que realmente se la bancaba. Era guapo, nunca protestaba, ya desde muy chico se le notaba sus cualidades y condiciones técnicas. Con el pasar de los años lo demostró más.
Para mí fue el más grande de toda la historia del futbol argentino que he conocido.
Disfrutaba de lo que hacía, y lo hacía muy bien.
¿Cuántos años tenían en aquella época?
Él venía de salir campeón del mundo en el juvenil de AFA en el 79. Tenía 19 años. Y yo tenía 23 años. Él estaba en Argentinos Juniors, y yo era el 5 de Atlético Tucumán.
¿Te toco tener roce directo o “entrarle” para pararlo?
Sí, sí. Los números 5 de aquella época salían a marcar al número 10 rival. Tuvimos muchos contactos, infinidad de veces. Le entre fuerte.
Trate que él no hiciera su juego. Era complicado dejarlo que se diera vuelta, porque cuando te encargaba pararlo era difícil, tenía potencia y habilidad. Era rápido.
Dentro de la cancha jugaba de uno a uno. Iba a cada pelota con las mismas ganas e intensidad. Él se la bancaba, repito, a pesar de no haber sido un jugador físicamente grande, estaba bien armadito.
Por eso creo que ha llegado, y por la humildad que demostró en la cancha.
Tengo entendido que intercambiaron prendas en aquella oportunidad. ¿Cuál es ese recuerdo que guardas? Y ¿Cómo fue ese momento?
En realidad, él me regalo su pantaloncito (el short). ¿Para qué va a llevar el mío? (risas).
En el partido de Atlético Tucumán contra Argentinos, que se disputo en Tucumán.
En un momento del partido, mientras jugábamos, le digo si me podía regalar el pantaloncito. A lo que me respondió en el momento, que sí.
Al terminar el partido, él se va al túnel. Como la cancha de Atlético tiene dos túneles, el de local y visitante, estábamos separados. Pero antes de llegar a su túnel me llamó. Pensé que se había olvidado del pedido, porqué le dije una sola vez. Me grito, fui, se sacó el pantalón en el túnel y me lo dio.
Eso tenía, mucha humildad. Otro jugador se va, se olvida. Ese momento fue una satisfacción enorme por lo que hizo conmigo.
¿Imagino que lo conserva?
Si. Está enmarcado. Muchas personas me han ofrecido dinero para comprarlo, subastarlo. Y no. Ahí está en el living de mi casa con otras tantas camisetas.
¿Está tal cual él te la ha dado?
Si. Tiene el número diez y la marca deportiva de las rayitas. Hace 41 años que está en las mismas condiciones que me lo entregó. En el año 79.
¿Tienes alguna firma?
No, solo el pantalón.
Esperaba que viniera su equipo a jugar con Central Córdoba. Le iba a llevar el pantalón, que lo vea que estaba intacto y que lo firmara.
¿Es el mejor jugador del mundo de todos los tiempos? Esto a comparación de Messi, por ejemplo. Vos que no solo lo viste al Diez, sino que jugaste.
No tengo duda que el Diego fue el más grande. Y será siempre así. De acuerdo a lo que aquella vez vi. Lo que hacía él, era espectacular.
Hay un dicho que expresa “Messi es gran jugador, pero Diego es el más grande”.
Todos aquellos te tuvimos la suerte de enfrentarlo no nos vamos a olvidar nunca de alguien que nos dio tantas alegrías.