18 de diciembre, 2025
Actualidad

Con un llamado directo a la empatía social, organizaciones, familias y el sistema de salud redoblan este año el reclamo para erradicar la pirotecnia sonora en las fiestas. No es un capricho: es una demanda de inclusión, salud y convivencia.

La escena se repite cada diciembre: mesas familiares, brindis, luces de colores y, casi al mismo tiempo, el estruendo de la pirotecnia. Para muchos es parte del festejo. Para otros, una pesadilla. Por eso, este año, el pedido subió un escalón y dejó atrás los matices: la campaña que durante años se conoció como “Más luces, menos ruido” ahora se presenta con un mensaje más claro y contundente: “Más luces, cero ruido”.

La iniciativa, impulsada por Santiago Azul TEA junto a VAY (Venzamos al Autismo Ya) y acompañada por numerosas asociaciones y entidades de la provincia, pone el foco en quienes padecen las consecuencias del uso de pirotecnia sonora: niñas y niños con Trastorno del Espectro Autista, personas con hipersensibilidad auditiva, pacientes internados, adultos mayores, bebés y animales. Lejos de ser una consigna aislada, el reclamo se apoya en años de trabajo, testimonios y una realidad que se vuelve cada vez más visible.

“La idea es que disfrutemos todos”, resume Patricia Zírpolo, referente de Santiago Azul TEA. En diálogo con los medios, explicó que el cambio de nombre de la campaña no es casual. “Ya no queremos que sea menos ruido, sino que no haya directamente ruido. Hay muchísima pirotecnia que no tiene estruendo y que puede ser utilizada en estas fiestas”, señaló.

La campaña está vigente durante todo el año, pero se intensifica en diciembre, cuando el uso de fuegos artificiales aumenta. Y lo hace apelando, principalmente, a la empatía. “Hay muchísimos diagnósticos, muchos niños, jóvenes y adultos que la pasan mal con estos ruidos. Muchas familias se ven obligadas a irse de la ciudad o a encerrarse con auriculares para mitigar el sufrimiento. No se trata de prohibir festejar, sino de hacerlo de una manera que no lastime”, remarcó Zírpolo.

El respaldo institucional también se hizo presente. El Cepsi “Eva Perón” se adhirió a la propuesta y llevó adelante talleres en la sala de espera de los consultorios externos de Pediatría, en el marco de la campaña “Digamos no a la pirotecnia”. Allí se trabajó sobre la toma de conciencia acerca de las lesiones que pueden producir los artefactos pirotécnicos en niñas y niños y se brindaron recomendaciones para quienes, pese a todo, decidan utilizarlos, siempre enfatizando la supervisión permanente de un adulto.

Desde el hospital destacaron que la adhesión a “Más luces, cero ruido” apunta a promover celebraciones más inclusivas y seguras. La respuesta del público fue activa, con preguntas, intercambios y la entrega de folletería informativa para reforzar el mensaje.

Los fundamentos de la campaña se apoyan en datos concretos. Desde Santiago Azul TEA y VAY explicaron que los estruendos de alto impacto sonoro provocan estrés, ansiedad y miedo en personas dentro del Espectro Autista debido a su hipersensibilidad auditiva. Además, estos sonidos pueden alterar la frecuencia cardíaca, aumentar la secreción de hormonas vinculadas al estrés y, en algunos casos, desencadenar convulsiones espontáneas en personas con alteraciones neurofisiológicas. “Por eso, para que todos y todas celebremos, pedimos no utilizar pirotecnia de alto impacto sonoro”, insistieron.

La lucha no es nueva. Desde hace años, familiares de personas con TEA sostienen la consigna de “fiestas sin ruido”, buscando instalar un cambio cultural que priorice el respeto y la convivencia. En ese camino, también hubo diálogo con el sector empresario. “Al principio fue una lucha, porque no se conocía nada sobre el autismo. Aprendimos todos. Hoy sabemos que hay productos lumínicos amigables y que se está avanzando en dejar de fabricar bombas de estruendo”, explicó Zírpolo.

 

Si bien el uso y la venta de pirotecnia están regulados en la región —con prohibiciones totales o parciales en países como Chile, Ecuador o Uruguay, y con leyes como la de Pirotecnia Cero en la provincia de Buenos Aires—, el cambio más profundo sigue siendo social. “No es un capricho. ¿Por qué debo dormir a mi hijo temprano para que otros puedan tirar bombas? Hay otras maneras de celebrar”, cuestionó la referente.

En Santiago, reconocen avances, sobre todo en la Capital, donde el uso de pirotecnia sonora mermó en comparación con años anteriores. Sin embargo, en el interior aún falta mayor conciencia y control. “Hay que dar el ejemplo desde los funcionarios y desde cada vecino”, coinciden.

Mientras tanto, el mensaje se repite y se amplifica: luces, colores, globos, espuma, festejos compartidos. Todo es posible sin ruido. Porque celebrar no debería implicar que otros sufran. Porque, como sostienen quienes impulsan la campaña, la inclusión también se festeja.

 

 

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