Henry Kissinger murió en las últimas horas del miércoles a sus 100 años de edad. El exsecretario de Estado y asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos falleció en su domicilio en Connecticut. La noticia la confirmó la firma Kissinger Associates a través de un comunicado, en el que detallaron que «habrá una ceremonia conmemorativa en Nueva York».

Más allá de su edad, el diplomático estuvo activo hasta sus últimos días, con declaraciones y viajes a países con el objetivo de reunirse con funcionarios de primer nivel, como ocurrió en el pasado julio en su encuentro con Xi Jinping en China.

El diplomático nació un 27 de mayo de 1923 en Fürth, Alemania. Su familia llegó a Estados Unidos escapando del nazismo cuando era adolescente. Actualmente, su núcleo familiar estaba compuesto por Nancy Maginnes Kissinger, su esposa, sus dos hijos producto de un primer matrimonio y sus cinco nietos.

Con respecto a su carrera como político, fue galardonado con el premio Nobel de la Paz por las negociaciones que llevó adelante para terminar la guerra de Vietnam, reconocimiento que todavía es cuestionado. Además, fue clave para establecer las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y China durante la gestión de Richard Nixon, donde él fue su secretario de Estado.

El diplomático es señalado también por su respaldo a las dictaduras en Latinoamérica durante la década de los 70s, en especial a los regímenes en Argentina y Chile, además de su apoyo a Francisco Franco en España. Es considerado el cerebro del «Plan Condor», operación que tenía como fin reprimir y eliminar a opositores de izquierda de la región.

Por ejemplo, durante 1970, expresó: «No podemos permitir que Chile se vaya a las alcantarillas». Tres años después, fue clave en el golpe de estado contra Salvador Allende, que dejó a Augusto Pinochet en el poder hasta 1990. Mario Del Pero, autor de la biografía del diplomático llamada ‘The Eccentric Realist’, expresó en charla con EFE que «a Kissinger no le molestaban las dictaduras. De hecho, le gustaban si estaban del lado de Estados Unidos y mantenían el comunismo fuera de América Latina».

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