22 de octubre, 2024
Entrevistas

Con poca aplicación, pero si mucha difusión, la Psicología Positiva va ganando terreno en la mirada de la salud emocional e integral de las personas. En un breve recorrido, la profesional santiagueña en sicología Ludmila Anriquez, abordó la temática que, aunque no conscientemente, se la implementa en todos los ámbitos cotidianos.

Estudios recientes han analizado el impacto de ciertas frases en el bienestar emocional de las personas. El uso consciente mejora significativamente la manera en que nos sentimos y, además, influye de manera positiva en quienes nos rodean.

Sobre esta base trabaja la Psicología Positiva, que en síntesis es el estudio científico que se centra en responder a la gran y existencial pregunta, ¿cómo ser feliz?

La psicología positiva fue descrita por el psicólogo Christopher Peterson como “la llamada de la psicología científica y práctica para estar tan preocupados por las fortalezas como por las debilidades”.

Aunque se trate de una teoría de “temprana” consolidación, la psicología positiva tuvo sus primeros antecedentes en la década de los 20s y 30s, específicamente en los trabajos de Lewis Terman y John B. Watson.

Antes de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de estudios se enfocaban en acciones que contribuyen a la productividad de los individuos, por lo que se identificaban y reforzaban fortalezas en los pacientes para afrontar diversas situaciones.

Las consecuencias de la guerra hicieron cambiar el enfoque general de la psicología para que se ocupará sobre todo de evaluar trastornos mentales y aliviará el sufrimiento de los individuos.

La popularidad de esta rama de la ciencia la alcanzó en simultaneidad con las propuestas desreguladoras y de libre mercado que se impusieron desde los años 90. En 1990 cuando Martin Seligman, psicólogo y educador estadounidense, presentó la primera propuesta real de lo que es la psicología positiva durante su nombramiento como presidente de la Asociación Americana de Psiquiatría en 1998.

Tú puedes, Házlo (Just do it), Si te lo propones lo lograrás, Sigue tus sueños, son algunas de las consignas que, desde entonces, y bajo la promesa de la felicidad futura, impulsan a muchas personas a una infelicidad presente

La profesional santiagueña, Licenciada en Psicología Ludmila Anriquez –MP 821-, quién en diálogo con La Columna, explicó sobre la temática que al ser significativamente nueva, no tiene demasiada aplicación profesional en la provincia, aunque se la percibe como una filosofía de vida en actos cotidianos.

 

¿De que hablamos cuándo decimos “sicología positiva”?

Surge en el año 1998 de la mano de Martín Seligman, psicólogo estadounidense que introduce el término luego de observar que la psicología como ciencia tradicional se dedicaba exclusivamente a “reparar” lo negativo en las personas, dejando de lado la búsqueda del desarrollo de fortalezas, habilidades y emociones positivas.

La psicología positiva es una rama de la psicología (relativamente nueva) que pone énfasis en las potencialidades o habilidades humanas.

A diferencia de otras teorías, no se centra en las deficiencias ni en los aspectos patológicos de los sujetos, sino que busca trabajar con la creatividad, humor, resiliencia, felicidad, amor, autoestima, gratitud, etc.

El objetivo que se propone con ella, es que el paciente pueda transitar su vida desde una perspectiva más saludable, que sea más feliz, desarrollando y potenciando actitudes positivas. No se centra en curar enfermedades mentales.

 

¿El propósito es solamente mirar el lado “feliz” de la vida?

El propósito principal de esta nueva manera de encarar la mente humana tiene que ver con poner el énfasis en lo que la persona SI tiene. Esto no significa negar que las emociones negativas existan, al contrario, las reconoce como válidas y necesarias para el aprendizaje, crecimiento y autoconocimiento.

No se trata de un pensamiento meramente positivo, según el cual está prohibido sentirse mal o experimentar emociones desagradables, sino que busca resaltar los aspectos que pueden ser desarrollados y/o reforzados.

También, es necesario aclarar que el término “positivo” no se refiere a un estado de felicidad y tranquilidad permanente, es decir que si decidimos aplicar la psicología positiva en nuestras vidas no significa que los sucesos que nos perturban se terminarán o dejaran de ocurrir, sino que al ponerla en práctica podremos enfrentarlos desde una perspectiva funcional y saludable, cuyo efecto se verá traducido en grandes beneficios para la Salud Mental.

 

¿Es absolutamente aplicable a distintos ordenes de la vida?

Puede aplicarse a la vida personal, al trabajo, al estudio, a las relaciones sociales, deportes, etc. Su aplicación dependerá del objetivo de cada persona, que como siempre, es personal y único.

Por ejemplo, si quiero lograr un objetivo relacionado a potenciar mi cualidad de gratitud puede utilizarse una técnica como la de confeccionar al final del día una lista con 10 motivos por los que estar agradecido hoy.

Con este ejercicio (en combinación con otros) es que comenzaré a ser un poco más consciente de ese aspecto, y podré fortalecerlo.

Podemos encontrarla en las acciones de las personas que reconocen sus fortalezas y trabajan en ellas para mejorarlas, en los trabajos donde se ubica a los empleados en puestos relacionados a lo que saben y les gusta hacer, en las actitudes de agradecimiento, en el sentido del humor, en el reconocimiento de los propios aspectos negativos con el objetivo de aprender de ellos y superarlos.

En pocas palabras, se encuentra en la mayoría de lugares de la vida cotidiana, pero a veces, nos encontramos tan enfocados en lo negativo y en lo deficiente, que olvidamos lo que si somos capaces de lograr.

 

¿Tiene aplicación profesional en la provincia?

Al ser una perspectiva joven, no es tan utilizada en la provincia, debido a que en general, existe una base teórica rígida, y arraigada con mucha fuerza, relacionada con diagnosticar, etiquetar o poner el rótulo de “trastorno” o “enfermedad mental” al padecimiento de una persona.

Si bien, las alteraciones mentales son reales y existen desde hace mucho tiempo, aún hoy cuesta descentrarse de la postura de otorgarle una denominación negativa al paciente.

Pero cómo todo lo nuevo, seguramente la Psicología Positiva, de a poco irá ocupando el lugar que le corresponde, y surgiendo como una alternativa eficaz al momento de encontrarnos frente a una persona que no está a gusto con los sucesos de su vida actual.

 

 

Compartir: