21 de noviembre, 2024
Colaboración

Una historia de sangre, religión y disputas territoriales

En uno de los lugares más sagrados del mundo, la Nación judía, la Nación Árabe y la Nación Persa, incrementan las hostilidades entre sí, generando una escalada militar que parece no tener un final alentador. 

Israel combate en varios frentes, su agresión constante en Palestina después del atentado de Hamas, hace un año atrás, ha provocado una respuesta bélica fulminante. Las Naciones Unidas pugnan por un cese al fuego, algo que está muy lejos de suceder.

Hezbollá, grupo terrorista del Líbano, que ahora tiene partido político en su país, ataca constantemente el norte de Israel. Los hutíes musulmanes de Yemen preparan nuevos lanzamientos de proyectiles sobre el territorio judío. La incursión militar de Israel en el Líbano ha provocado que Irán intervenga (el régimen musulmán persa), atacando a Israel con más de 500 misiles. Según Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, Irán subvenciona con armas y plata a los grupos terroristas, y su gran objetivo es hacer desaparecer del mapa a su nación judía.

En el escenario estratégico mundial los demás actores mueven sus fichas y se preparan para una intervención de ser necesario. Estados Unidos va a defender por aire y tierra a su aliado de la OTAN, pero no va a agredir directamente el territorio iraní por el momento. Por otro lado, Biden sí ordenó atacar el sur de Yemen, en represalia a los ataques de los hutíes terroristas. Cisjordania, hace años dio un vuelco rotundo en su política exterior, y más allá de haber ido a la guerra contra Israel en otros tiempos, ahora apoya a su vecino, provocando en los demás países árabes un resentimiento por su cambio de postura. 

Miles de años han pasado, y el conflicto sigue siendo el mismo. Para los palestinos, el territorio de la Franja de Gaza en conflicto, más parte de Jerusalén, les pertenece a ellos, según su biblia. De la misma manera religiosa, Israel reclama ese lugar como propio. Territorialmente, el miembro de la OTAN es fundamental para sus aliados. 

A Estados Unidos y algunos países de Europa, como Inglaterra, Alemania y Francia, les permite vigilar de cerca a sus enemigos y, por el otro lado, también controlar los factores energéticos como el petróleo. 

En el otro frente, uno de los principales aliados de Irán es la madre Rusia, que continúa su conflicto militar extenso con Ucrania, pero sabe que si tiene que multiplicarse para ayudar al país iraní lo hará sin dudarlo. Para Putín, estratégicamente, el país persa es fundamental en el equilibrio de poder en la zona en disputa.

La China, expectante por el momento, piensa solo en negociar con el mundo, desea un cese del fuego más permanente; al mismo tiempo, si su amigo ruso se ve en un peligro inminente, no va a vacilar en entrar en conflicto, lo que atraería a su aliado más temido e inestable, Corea del Norte. 

El techo de cristal de Medio Oriente se empieza a romper, y en el reino de los cielos los conflictos sangrientos, religiosos y territoriales, siguen castigando a los únicos perjudicados por la guerra, los civiles desamparados e inocentes.

 

*Emilio Javier Sialle, analista en Comercio Internacional, director de Sialle & Asociados

 

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