Bajo un panorama crítico, acentuado por la parálisis comercial a raíz de la pandemia de Coronavirus, la producción editorial del año 2020 registró una caída del 30 por ciento respecto a la de 2019, y profundiza un declive sostenido que marca un descenso de 60 puntos porcentuales respecto a 2016.

«A nosotros la caída de la economía por efecto de la pandemia nos ha afectado mucho tanto que los editores hemos dejado de hacer novedades, por lo que la bibliografía se vio restringida, así como los ejemplares de venta», dice el titular de la Cámara Argentina del Libro – CAL, Martín Gremmelspacher.

«Lamentablemente la industria entró a la pandemia muy castigada, porque venía de un descenso prolongado de los últimos años, con caídas constantes» en las ventas, sostiene, no obstante lo cual señaló que intentan que la situación «este año empiece a mejorar».

Según datos de la Cámara Argentina del Libro, la producción editorial de 2020 volvió a mostrar un retroceso respecto a 2019, afectada sobre todo por la situación de pandemia. En este sentido, la entidad detalló que «la caída en la producción de ejemplares de novedades fue de un tercio respecto de 2019, acumulando un descenso de 60 puntos porcentuales respecto a 2016».

Los lanzamientos editados por el sector editorial comercial muestran «una caída en las novedades editadas en papel de un 25% en relación con 2019, y la tirada de la primera edición decrece un 35%», agrega la información.

La tirada promedio «pasó de 2.700 ejemplares en 2016 a 1.600 en 2020, y la mayoría de estas novedades salieron al mercado con una tirada de apenas 1.000 ejemplares, es decir, menos de un ejemplar por cada librería del país».

La prolongación de las medidas de aislamiento, y las restricciones generales a los desplazamientos y a la circulación de peatones por las zonas comerciales y los microcentros, a la par del aumento del comercio electrónico y la lectura en línea (e-Book) aceleraron el proceso de digitalización, incorporando el formato digital a los catálogos de las empresas: el 35% de los libros electrónicos publicados en 2020 tenían previamente una versión en papel, y solo el 5% fueron «nativos digitales», o sea ediciones concebidas exclusivamente en formato digital.

El informe de la Cámara del Libro también da cuenta de los resultados de una encuesta realizada entre sus socios, en su mayoría editoriales Pymes, en la que «el 83% manifestó que durante el año pasado sufrieron caídas tanto en la cantidad de unidades vendidas como en la facturación». Un 20% de los entrevistados declaró que esta caída en su facturación fue incluso de más de 50 puntos respecto de 2019.

Ante la pregunta de si habían tomado alguna medida frente a la pandemia, «8 de cada 10 declararon que debieron modificar su plan editorial, y que reforzaron canales de venta digital y por redes sociales».

La mitad de los entrevistados manifestó que «realizó tiradas más pequeñas, y que creó catálogos en línea» y las empresas también mencionaron que accedieron a distintos beneficios del Estado, por lo que «el 65% pudo acceder al ATP y un 30% a créditos a tasas bonificadas».

Ante este panorama, «las expectativas generales para los próximos meses no son alentadoras y la mayoría de los empresarios consideró que el sector se encontrará peor», advirtió la entidad.

No obstante, Gremmelspacher se mostró esperanzado en que «en los próximos 60 o 90 días este pico fuerte de la pandemia esté pasando, y de a poco estemos recuperando las ventas perdidas».

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