Hace poco se entregaron los premios Martín Fierro en su versión clásica. Digo, no los de moda, no los de radio, los de la televisión, esa televisión que tanta polémica genera, que muchos niegan pero que todos ven, y una parte de la población reverencia.
La tele, esa que nos informa, nos entretiene y nos genera, al menos, intriga. Por la que pasa la vida en feroz competencia con las redes sociales, pero que sigue vigente, el lunes pasado, fue premiada.
Y como mejor conductora, nuevamente fue elegida Susana Giménez. Hablar de Susana Giménez es hablar de la argentinidad al palo, y también de fisuras ideológicas.
No se puede escindir la imagen de “Su”, sin pensar en los dinosaurios y su icónica pregunta: “¿vivos?”, como tampoco su oscuro pasado en que escondió un auto en un pajar, como si el sol, literalmente se pudiera tapar con el pulgar.
Tampoco se puede uno olvidar de Jorge “Corcho” Rodríguez, Hard Communication y el padre Grassi.
Por si quedara algo en el tintero, aquí va un recordatorio, Hard Communication fue fundada en 1995 por el empresario Jorge Born y el ex montonero Rodolfo Galimberti, que fue, antes, el secuestrador del empresario. Actualmente, sus cabezas visibles son el mismo Born, que la preside, Federico Quirno, su vicepresidente, y Jorge Rodríguez, director, socio y novio de Susana. Galimberti sigue siendo uno de los socios. (Descripción que daba Clarín en la década de ’90)
Mientras que Rodríguez se ganaba el corazón de Susana, los negocios de Hard Communication fueron viento en popa. En 1997, a través de la línea del programa -el 0939 12222- se habrían reunido unos 20 millones de dólares.
El problema era que la 0939 (costaba 3 pesos el valor de llamada). Era una línea de colectas de bien público y, para poder utilizarla, Telefé y Hard Communication tuvieron que firmar un convenio con la fundación Felices los Niños, liderada por el padre Julio César Grassi.
Según denunció el padre Grassi en aquel momento, sólo recibió un 19 por ciento de las utilidades (no de la recaudación), lo que representó unos 400.000 pesos, una cifra que sería mucho menor a la recaudada por la firma. Mientras, Hard Communication se quedó con jugosas ganancias.
LOS NIÑOS NO TAN FELICES
Digamos que, ante la opinión pública, a la Su la salvó el gong. Justo se le ocurrió a Grassi meterse con unos chicos de su fundación, y el resto es por todos conocido.
La Giménez, inveteradamente querida por todos, fue disculpada, pero a la larga su relación con Rodríguez terminó y el padre Grassi fue condenado.
Podría ser que, aparte de la pedofilia, tenía inclinación por arrimarse al poder.
Reproduzco a continuación la charla entre Susana Giménez y el padre Grassi en ocasión de él reclamar en el programa, lo que no le habría entregado Hard Communication:
-¿Y cuánto le faltaría para terminar?
- Yo calculo que 600 mil pesos más - respondió, como sacando la cuenta en el momento, su invitado, un clérigo de la Iglesia Católica acostumbrado a manejarse con cifras grandes en materia de caridad.
- Padre, pero ¿qué se está construyendo? ¿el Sheraton?
Grassi, con su cara de filántropo incurable, logró granjearse la confianza de ricos y famosos, de los que hacen su tarea comunitaria y de los que quieren tramitar su salvación eterna.
Luego de unos años, fue hallado culpable de hechos de abuso y corrupción de menores y condenado a prisión.
Pese a sus intentos de liberación, el padre Grassi sigue preso, hasta la fecha.
SUSANA Y “VERO” LOZANO, UNIDAS POR EL ESPANTO
Luego del “triunfo” de la “Su”, surgieron a la luz las asperezas que todos suponían, existían entre la diva rubia y la conductora sorora, Verónica Lozano.
Enfrentamiento que viene por la existencia de un hombre en común, nada más y nada menos que “Corcho” Rodríguez. Ex pareja de Susana y actual de la conductora de “Cortá por Lozano”.
En el fondo, hay una disputa grande entre ellas por diferencias ideológicas. A Verito, el abrazar, aunque sea en su discurso, la “izquierda”, le venía de perillas para ocultar los negociados de su marido, a quien la Oficina Anticorrupción le pedía hacía algunos años la inhibición de sus bienes, por el caso Oderbrecht, más prohibición de salida del país.
Claro, reposando en mucho dinero e impunidad, es fácil decir que se abrazan pensamientos de izquierda. Es una actitud recurrente en nuestra farándula vernácula. (Ver fotos de la mansión de los Rodríguez-Lozano)
De aquellos negociados de Corcho, siguen, metamorfoseados, pero siguen.
¿A qué quiero llegar? Se preguntará el eventual lector: A que nadie suda agua bendita. Ni Su con su pajar, ni Vero son su falsa buen onda.
Son pensamientos acomodaticios. Sobre frases icónicas, nadie se olvida, aparte del jugoso pensamiento jurásico de Susana, la burla inoportuna y dolorosa de Lozano hacia el periodista Wiñaski por la muerte de un familiar en pandemia.
Todos tienen un poco de razón y no la tienen toda. También, como todo, según el cristal con que se mira cada situación y según qué lugar de la incurable grieta está parado el virtual observador.
En fin, el Martín Fierro terminó sacando a la luz viejas rencillas, y todos siguen jugando al don pirulero, en que cada cual atiende su juego.