25 de julio, 2025
Nota de Portada

En menos de una semana ocurrieron ocho siniestros viales en la ciudad y murieron tres personas. Las imprudencias al volante no cesan a pesar de los controles. La provincia continúa con el mayor índice de mortalidad por accidentes de tránsito en el país, y las preguntas se multiplican: ¿Qué es lo que falta?, ¿La culpa es de los conductores?, ¿Es una pandemia santiagueña?

La gota que rebalsó el vaso fue Cristian Flores, que tenía 32 años y hoy integra la triste y larga lista de víctimas en siniestros viales de la provincia. El dolor de su partida, cómo el de su brutal muerte a manos de un cabo de la policía que manejaba alcoholizado en el barrio Campo Contreras Viejo, despertó nuevamente la mirada sobre el fenómeno que no ha parado de crecer.

En una semana se contabilizaron unos diez incidentes en distintas zonas de la ciudad y el interior que involucraron diferentes vehículos. El resultado, unas tres personas fallecidas drásticamente.

A ellos se le suman las 78 muertes hasta el mes de junio. Padres, madres, hijos y amigos que no volverán abrazar, ni caminar, disfrutar la vida porqué la torpeza e impericia al volante se los llevó.

Hace más de una década la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a los siniestros viales como una pandemia en el mundo. “Todavía no hay una mejoría de la misma, no hemos encontrado una vacuna para la siniestralidad. Eso nos pone en estado de alerta porque todos los días tenemos siniestros viales. La mirada siempre recae en los excesos. El 95% de los siniestros se dan por el factor humano, es muy poco lo que puede influir la cuestión mecánica", dijo el organismo durante el 2021 cuándo los datos de muertes en tránsito volvieron a subir post pandemia.

Santiago del Estero es informe anual de la disuelta Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), durante el 2024 la provincia encabezó la lista de los lugares con mayor tasa de víctimas fatales, alcanzando los 14,2 fallecidos por cada 100.000 habitantes.

Pese a los datos oficiales, Fabián Pons, presidente del Observatorio Vial Latinoamericano (Ovilam), aseguró a un medio nacional que “las estadísticas viales que recopilan las provincias son escasas y de mala calidad”. Lo difundido se tropieza con la realidad de cada día, basta con ver los reportes policiales o circular por las calles céntricas. Ni hablar de los caminos vecinales o rutas provinciales. El manejo en el tránsito es visible.

El 22 de julio se registró un fuerte accidente entre un auto y una moto en la intersección de Costanera y Av. Solís. Otra moto y un auto colisionan en Lavalle y el barrio Villa del Carmen. En ambas ocasiones solo resultaron heridos sin consideración.

El lunes 21 de julio, nuevamente un auto y una moto chocaron en San Juan y Sebastián Ávalos. En otra parte de la ciudad, despedían a Eduardo Gael González, el joven motociclista de 19 años que había chocado con un camión en el barrio Mariano Moreno y permaneció varios días internado; y en el barrio Parque barrio Parque del Río I a José Enrique Cardozo de 59 años, falleció inmediatamente luego de estrellarse contra un auto.  Asimismo, en la ciudad de La Banda, el conductor de una camioneta perdió el control y se estrelló contra un árbol.

 El domingo 20 de julio murió de manera indignante Cristian Flores, quien iba en bicicleta con su amiga, y lo chocó un auto que en primera instancia se dio a la fuga y luego lo detuvieron. En tanto, el día anterior, sábado 19, se registraron tres siniestros. El   primero en el barrio Juan Felipe Ibarra, un motociclista terminó con heridas al caer de su moto. En el segundo, estuvo involucrado un auto que por ganarle al semáforo embistió a otros dos resultando todos heridos. Y el tercer siniestro, tuvo de protagonista una camioneta que se incrustó en un local gastronómico en plena avenida Belgrano en el barrio Cabildo.

En menos de una semana la cifra de sucesos en las calles dio que hablar, no solo por la espectacularidad de los mismos sino también por qué dejó a familias destrozadas por las muertes. Transitar ya no parece seguro, a pesar de los controles y otras formas de prevención, bajarse del cordón en Santiago del Estero, implica hasta la vida misma.

  

MOTOS SIN CONTROL 

La falta más recurrente que tenemos, es la falta de casco en la moto", afirma el Dr. Balmaceda a La Columna, quien tiene a su cargo el juzgamiento de las infracciones de tránsito cometidas en todo el territorio de la provincia, labradas por el Cuerpo Especial de Seguridad Vial de la Policía.

Actualmente, se estima que 7 de cada 10 accidentes de tránsito en Santiago del Estero involucran motocicletas. Según datos del primer trimestre, se registró un incremento significativo en la cantidad de accidentes protagonizados por motociclistas, especialmente de aquellos que intentaban avanzar por el carril izquierdo, vía destinada exclusivamente para adelantamientos controlados.

Aunque los valores de las multas aumentaron, la falta de responsabilidad civil no desciende. La fragilidad para romper justamente las normas, cómo no llevar cascos o conducir por el carril izquierdo, es directamente proporcional a la facilidad para adquirir una moto o vehículo. Por cada auto 0km vendido en la provincia durante el año pasado, se comercializaron tres motocicletas. En total se inscribieron 13.379 unidades, de acuerdo con la Dirección Nacional del Registro del Parque Automotor (DNRPA). 

Los tipos de financiamientos y la proliferación de lugares de venta, favorece al sector que tiene mayor demanda y es el mayor protagonista de accidentes.

“A la falta de casco, le sigue la falta de cédula o cédula vencida. Se acostumbra a no hacer boleta de compra venta porqué se la vendió un pariente o amigo. No se hace la transferencia en la propiedad del automotor. Y por último la falta de luces o elementos de seguridad. Pero el número que encabeza por lejos, es la falta de casco en moto, y el seguro en los autos”, asegura el responsable del área que además lleva adelante parte acciones conjuntas entre el Ministerio de Gobierno Seguridad y Culto, y las municipalidades con el objetivo conocer y entender conceptos claves de la Seguridad Vial.

 

JUSTICIA A MEDIAS

Esa madre que ya no tendrá el abrazo de su hijo, o ese hijo que ya no ayudará más a su padre, deberán afrontar una cuota más de dolor, quizás tan pesada como la muerte misma, la de la justicia.  

Durante el 2024 Santiago del Estero fue la quinta provincia con más accidentes de tránsito “fatales” de acuerdo a los registros de la “Asociación Civil Luchemos por la vida”. Sin embargo, las penas por infracciones a las normas viales parecen demasiado laxas para impedir esas conductas negligentes. Rara vez los homicidios culposos en estos hechos alcanzan una condena de prisión por ser considerados “delitos menores”.

En una extensa entrevista con LA COLUMNA, la Dra. Lorena Nieva, que fue fiscal en el Ministerio Público de la provincia, señaló en su momento que, generalmente, los fiscales presentan una requisitoria de elevación a juicio, pero las causas por accidente de tránsito nunca llegan. El sistema es el que viene atrasado y por lo general solo se fijan juicios de las personas que están detenidas y por delitos graves. Entonces, este tipo de causas, conocidas como delitos menores, tienen el pedido de elevación, pero a veces la causa prescribe”, detalla.

Para que quede claro, las penas que corresponden a un homicidio culposo tienen una máxima de cinco años. Como asesoría, el juez puede incluir la inhabilitación para conducir y también se agrava la pena en caso de haber ingerido alcohol o estupefacientes, contemplado como agravante.

Cuando se trata de accidentes que no requieren intervención del sistema penal, las posibilidades son todavía más amplias en lo que a responsabilidades compete. Los profesionales son claros en esto: “En la enorme mayoría de los casos, el 99% - afirma por otra parte el especialista el Dr Ramiro Julián - el que afronta las consecuencias negativas de los siniestros, las indemnizaciones, son las compañías de seguros, porqué nosotros tenemos que entender que, por más doloroso que sea, es un accidente. Nadie sale de la casa con intenciones de protagonizar. Los resultados terminan en un juicio abreviado y la persona no va presa si no tiene antecedentes, si no hay agravantes…”.

ALTOS COSTOS

El camino de la siniestralidad es multicausal, varios factores influyen, e intervienen diferentes protagonistas. Además del sistema policial y judicial, el de salud es el que recibe la peor de las tareas.

Desde la emergencia hasta su eventual recuperación, el sistema interviene en el fenómeno. El primer acto que realizan consiste en asistir a las víctimas con la ambulancia, que conlleva un costo de $30.000, sin contar los gastos. La frecuencia y la gravedad de los accidentes elevan el valor, cómo afirma Nelson Mir, director del Servicio de Emergencias 107 (SEASE), en declaraciones a medios.  

Dependiendo del tipo de complejidad, las cifras varían, aunque el costo siempre lo paga la provincia. La intervención económica en salud ante cada siniestro es elevada, tanto para la víctima como para la familia, en casos que haya secuelas motrices graves o cualquier otra secuela.

Pero antes de los resultados, se encuentran las acciones, que van a determinar la gravedad y costo. No es lo mismo un accidente llevar puesto el cinturón de seguridad a ir él, usar el casco o pasearlo en el codo, manejar alcoholizado o en perfecto estado, llevar dos pasajeros o cuatro, respetar las velocidades máximas a no hacerlo, o el estado de las rutas y calles.

Los fines de semana el SEASE mantiene la alerta constante, ya que son los días con mayor atención a víctimas en accidentes de tránsito. En tanto entre las 6 y 7 de la mañana, y luego entre las 13 y 14 horas, son los horarios de mayor demanda en la semana.  Actualmente atiende el servicio entre 10 y 11 accidentes por día, muchos de ellos con heridos graves o fallecidos, por ello es inminente un ejemplar llamado de conciencia a la ciudadanía, para asumir un real compromiso de cuidar la vida, porqué si se puede evitar no es un accidente.

 

 

RETROCESO

Mientras de lado se pide, de otro se quita. Como tantos organismos la Agencia Nacional de Seguridad Vial también se disolvió este año. Tras 17 años de funcionamiento, desde una visión integral de la Seguridad Vial, con los aportes de ONG, desinteresados en el caso de Luchemos por la Vida, de Familiares de Víctimas y los de especialistas, nacionales e internacionales, dejó de existir.

No en vano enmarcar su protagonismo en el fenómeno, ya que, como organismo descentralizado, lograr la reducción de la tasa de la siniestralidad y la mortalidad en el territorio nacional mediante la promoción, coordinación, control y seguimiento de políticas de seguridad vial en todo el país con una visión actualizada y sistémica del tránsito.

Con varias capacitaciones, creada por Ley Nacional N° 26.363 Art. 1º y disuelta por el Decreto 461/2025, contribuyó en la provincia a mejorar el sistema de control, aunque los índices de siniestros son altos, sin la intromisión como organismo oficial, los datos hubieran sido otros.

Con el fuerte impulso de la Ley de Víctimas, la línea 149 de atención a víctimas, la ley de alcohol 0, la de reducción de velocidades en zonas urbanas y otra, la organización federal marcaba un punto en el horizonte para lo que pasa en las calles, y seguramente pasará si no se toman firmes las riendas para controlar la siniestralidad vial y por consecuencia las fatalidades.

 

·         En caso de un siniestro vial llamar siempre al 911 y a Línea 149 opción 2: Red Federal de Asistencia a Víctimas de Siniestros Viales

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